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Martha Ramírez Ruiz |

Retraso, desorden y largas filas al arranque de vacunación; sí es necesario registrarse para el refuerzo

Lento y accidentado inicio de la primera de tres jornadas en que se aplicará el refuerzo con AstraZeneca y la segunda dosis de Sinovac a rezagados

Con una gran afluencia entre largas filas, desorden y retraso de por lo menos una hora, comenzó la primera de tres jornadas de vacunación en La Lija, en donde simultáneamente se aplicará el refuerzo con AstraZeneca a las personas de 60 años y más, así como la segunda dosis a los rezagados que en noviembre recibieron la primera con el biológico de Sinovac, que también se están aplicando refuerzos y segundas dosis en el Hospital Naval,

Debido a una evidente descoordinación entre las dependencias de los tres ordenes de gobierno que participan en estas jornadas que se tiene previsto hasta el próximo miércoles a llevar a cabo en La Lija y en el Hospital Naval.

Afectando a los cientos y cientos de personas -entre adultos mayores y rezagados de todas la edades de más de 18 años- que desde la madrugada hacían fila en las inmediaciones de La Lija, que esperaban dieran las nueve de la mañana para ser vacunados.

Sin embargo, se encontraron en los filtros de ingreso en que están los llamados “servidores de la nación”, les indicaban a los adultos mayores que requerían haberse registrado de nueva cuenta en la plataforma federal de mi vacuna, lo que no habían hecho casi ninguno ya que en la convocatoria difundida por el gobierno municipal se decía que solo debían llegar una identificación oficial como la credencial del INE.

Información errónea que derivó en el desatinado arranque de la primera de tres jornadas, errata que se pretendió atribuir a la VIII Región Sanitaria de la SSJ por parte de la coordinación regional de la Secretaría de Bienestar y fuentes oficiales del Ayuntamiento. Ante lo que se deslindaron las autoridades de la Octava Región Sanitaria al enfatizar que la logística y tramites los marca la Secretaría de Bienestar que es la responsable del Plan Nacional de Vacunación, y el personal de salud de la SSJ solo aplica los biológicos.

De nueva cuenta, fueron los “servidores de la nación” los que habrían desatado el desorden, porque así como comenzaron a pedir el registro en la plataforma federal a los adultos mayores para permitirles ingresar a La Lija, lo que provocó el desorden y molestia de aquellos de 60 años y más ya que incluso en el anuncio de la campaña de refuerzo, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, había informado que para la aplicación de esta dosis de refuerzo no se necesita un registro previo, por lo que todas las personas mayores de 60 años pueden acudir a los centros de vacunación con una identificación oficial que confirme su edad y recibir la vacuna sin mayor trámite.

A lo largo de las dos primeras horas del proceso de vacunación, prevaleció la desorganización e incluso entre los mismos colaboradores de la Secretaría de Bienestar, ya que mientras el coordinador indicó que a los adultos mayores que ya habían llegado se les aplicaría el refuerzo aun cuando no se hubieran registrado. Sin embargo la información fluía incorrecta ya que algunos servidores de la nación incluso solicitaban copia de la credencial del INE.

Obligando a los adultos mayores o sus familiares, ya que algunas personas de más de 60 años llegaron en silla de ruedas, a buscar algún ciber cercano para sacar la copia fotostática del INE que pedían “los servidores de la nación”.

Hasta alrededor de las 10 de la mañana, comenzó la aplicación del refuerzo a mayores de 60 años, proceso lento al contrario de lo ágil de otras campañas, ya que los adultos mayores que ya estaban ahí, debían llenar formatos del nuevo registro antes de entrar al área en que ya los esperaba el personal de salud para ponerles el refuerzo con la AstraZeneca, independientemente si había recibido la Pfizer, Cansino, AstraZeneca o Sinovac, pero que hayan completado el esquema antes de junio de este año.

Cerca ya del mediodía, tras varias horas de espera, doña Norma de 64 años de edad, todavía molesta no solo por el retraso, sino por la desorganización que atestiguó de primera mano, ironizó que ya deberían cambiarle el nombre a la dependencia federal «no es ya la Secretaría de Bienestar, ya debe llamarse la Secretaría del Malestar». Y secundado a doña Norma, su yerno Adolfo, remato al decir «fue un desmadre».