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José Fernando Ortega |

Urgen a emprender medidas para proteger la biodiversidad en la región

Con el aumento de la actividad humana, la biodiversidad de la región corre el riesgo de ser impactada de manera negativa, por lo que deben tomarse medidas preventivas de inmediato, advirtió la bióloga marina Iyari Espinoza, miembro del Grupo de Investigación de Mamíferos Marinos en Bahía de Banderas A.C. (GRIMMA). La especialista refirió que la observación de ballenas es una actividad muy apreciada en la región Bahía de Banderas, pero debe ser tratada de una manera responsable y sostenible para no generar un impacto negativo en las poblaciones de cetáceos. La Maestra en Ciencias y Oceanología del Tecnológico Nacional de México Campus Bahía de Banderas, informó que México es pionero en programas para la protección de los cetáceos, sobre todo con la ballena gris, pero a raíz de eso la protección se extendió a las demás especies, entre estas la ballena jorobada, principal visitante de las costas de esta región.

Dijo que un punto importante para brindar la protección, es conocer el número de ejemplares que visitan la bahía, así como sus costumbres, su comportamiento, pero sobre todo las amenazas a las que se enfrentan. Recordó que recientemente inició el proyecto “Análisis poblacional de dos especies de cetáceos en Bahía de Banderas”, el cual incluye a la ballena jorobada y al delfín nariz de botella o delfín tursión (Tursiops truncatus), como se le conoce comúnmente. Se realiza gracias al soporte de la Fundación Punta de Mita, que otorgó los recursos para poder hacer el monitoreo correspondiente a este año y se realiza en conjunto con el Tecnológico Nacional de México Campus Bahía de Banderas y Corazón de Mar.

Tiene el objetivo de trabajar principalmente con cetáceos, en las costas de Nayarit y Jalisco, es decir delfines, ballenas y otros odontocetos que se encuentran tanto en la Bahía de Banderas como en áreas adyacentes. Los primeros registros de ballenas y delfines se hicieron a principios del año 2000, y ya han pasado 20 años desde entonces, de ahí la importancia de esta iniciativa. Desde que comenzó la actividad de observación en los años 90, se propuso una norma, que comenzó con la ballena gris y luego se extendió a la ballena jorobada. En esta norma, que actualmente es la NOM 131 Semarnat 2010, se incluyen los lineamientos a seguir para realizar correctamente la observación de ballenas por las embarcaciones turísticas. La Norma Mexicana dice que debe haber una línea restringida, que es de 2 km desde la línea de costa desde la rompiente de las olas, donde se supone que no se debe hacer observación. Sin embargo, hay algunas embarcaciones que no siguen esta regla, quizás por desconocimiento o quizás porque como ya estaban ahí las ballenas, no quieren perder al turista. De las embarcaciones que existen en la bahía el 50% son privadas, de ahí que es muy importante que conozcan que existe esta norma. Lamentablemente no siempre es respetada por las embarcaciones y el organismo encargado de realizar la vigilancia –que es la Profepa- no cuenta con suficientes recursos económicos y humanos para hacerlo.

En ese sentido, el proyecto que recién echó a andar GRIMMA cubrirá tanto el monitoreo para saber cuántas ballenas hay por kilómetro cuadrado y en dónde están mayormente distribuidas, así como la información para los turistas y para los touroperadores, para que tengan herramientas para informar y hacer las cosas correctamente.