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Martha Ramírez Ruiz |

Suicidios consumados, la punta del Iceberg de un problema de salud pública creciente en Vallarta

Adolescentes y jóvenes los que más se suicidan, de entre 15 a 35 años de edad, de acuerdo al Centro Integral de Salud Mental se estima que por cada suicidio consumado habría otros 20 intentos

Martha Ramírez Ruiz/Javier Frías 

En Puerto Vallarta están encendidos los focos rojos por la frecuencia en que se registran suicidios, aunque la cifra de los suicidios consumados, representan la punta del Iceberg de un problema de salud pública, debido a que especialistas consideran que detrás de cada caso existe “una cifra oculta” o subregistro de otros 20 intentos de suicidio.

El crecimiento sostenido y preocupante de los casos de personas que suicidan en este municipio, solo por mencionar en los últimos tres años: en 2017 en estadísticas oficiales de la Secretaria de Salud se dieron 21; mientras que en reportes periodísticos se consignaron 27 en los doce meses del 2018, y en los ochos meses de este año se han reportado 23.

Un problema que va creciendo año con año y no para, y que incluso se han modificado las estadísticas llegando a afectar en su mayoría a la población más joven.

Así lo confirma Germán Núñez Valencia coordinador del Centro Integral de Salud Mental (Cisame), en Puerto Vallarta el rango de personas se quitan la vida y aquellas a las que la dependencia a su cargo atiende oscila entre los 15 y 35 años. “Se trata de adolescentes y adultos jóvenes”, dijo.

A diferencia de años pasados, cuando los suicidas eran en su mayoría adultos mayores, jubilados o adultos desempleados, hoy en día el principal factor del suicidio es la falta de capacidad del manejo del estrés o situaciones difíciles, tales como el rompimiento o pérdida de un ser querido.

Asimismo, dijo que el bajo nivel educativo es indicador del suicida actual y que el nivel socioeconómico no es determinante. “No hay relación comprobada de ello”, dijo.

La reflexión por Día Mundial de Prevención del Suicidio

Por otra parte, la presidenta del Colegio de Sicólogos, María de la Luz Aviña Jiménez, destacó que en este 10 de septiembre, Día Mundial de Prevención del Suicidio, es ocasión para reflexionar sobre esta problemática en la que “todos tenemos que actuar para evitar que haya más suicidios y sobre todo actuar en conjunto para atender a aquellos que tengan ideas o conductas suicidas”.

Acerca del subregistro en estadísticas oficiales, lo que se refieren como “cifras ocultas” se estima que por cada caso conocido de alguien que se quita la vida, hay otros 20 que lo intentaron o que no se hizo pública la causa de la muerte.

Insistió que la fecha es para reflexionar sobre este problema de salud pública que crece en Puerto Vallarta, y de lo que se debe de trabajar desde el ámbito familiar, en las escuelas y centro laborales para estrategias de prevención, “la Organización Mundial de la Salud, considera que todo suicidio es prevenible, y estoy convencida de ello, aunque es un arduo trabajo en que debemos involucrar a la comunidad”.

Autoridades preocupadas, crearán Red de Prevención del Suicidio

En diversas ocasiones, incluso el presidente municipal, Arturo Dávalos Peña ha declarado que hay preocupación por los casos de suicidios en Puerto Vallarta que ya han llegado al seno de las reuniones que diario se realizan sobra la seguridad en la región.

Con un promedio mensual de tres muertes por suicidio “de dos a cuatro por mes, aunque el promedio son tres, estamos preocupados”, dice Dávalos Peña.

En otro orden, el regidor presidente de la Comisión Edilicia de Seguridad, y sicólogo de profesión, Adolfo López Solorio, quien en meses pasados llevo este tema al pleno en sesión del Ayuntamiento, adelantó que en octubre se instalará el comité municipal de salud mental y creará la Red de Prevención del Suicidio.

López Solorio, indicó que esto sucederá después del 10 de octubre, el Día Mundial de la Salud Mental, y se fijará la fecha dependiendo de las agendas de autoridades municipales, así como de la Secretaria de Salud y del Instituto Jalisciense de Salud Mental conocido como SALME.

En la prevención de más muertes por suicidio

Es preciso conocer las señales que nos ayuden a identificar y de esta manera ayudar oportunamente a un posible suicida, el cual puede ser atendido por personal profesional, tal como lo indica Germán Nuñez Valencia coordinador del Centro Integral de Salud Mental (Cisame) en esta ciudad.

Al señalar que “el suicida es aquella persona que quiere dejar de sufrir, y no aquella que ya no quiere vivir”, el maestro en sicología clínica señaló las principales señales que da un posible suicida.

Entre éstas destaca los mensajes de agradecimiento, las despedidas repentinas e inoportunas. “Esos mensajes de mejor no vivir, quisiera morir, quisiera dormir y no despertar. Estas son las señales sutiles verbales”, explicó.

Existen también las señales no verbales, las cuales es el aislamiento de las personas, regalar pertenencias de manera repentina, argumentando que poco tiempo ya no las necesitará. “Otras tienen que ver más con que las personas caen en una situación de abandono personal, de higiene y arreglo, entonces son alertas de que algo no está bien”.

Y es que entre los factores principales de riesgo se encuentra la depresión o trastornos mentales, el abuso de sustancias tóxicas, la violencia familiar, abuso físico o sexual, la pérdida de algún ser querido o la pérdida del trabajo, entre otras, razón por la cual ante este tipo de señales, es preciso acudir con los profesionales de la salud para ser atendidos, destaca Nuñez Valencia.

“Cuando las personas tienen esas conductas, lo que tenemos que hacer es canalizarlo a un lugar para que lo atienda. Por muy mínima que sea la alerta, es mejor que lo valore un especialista y que diga, fue una idea de muerte, fue algo que no es tan grave, pero se le da la atención, a que solamente yo me imaginé que no es grave”.

Cinco primeros auxilios del suicidio

De la misma manera, en cualquier momento puede uno toparse con una situación de crisis y podemos ayudar a esa persona que lo necesita, para lo cual existen cinco pasos principales para ello.

Lo primero es hacer contacto con la persona. “Si no la conozco, presentarme, decirle quién soy y que mi intención es ayudarle. A veces en cualquier momento a nosotros nos puede tocar una situación y podamos intervenir”, dijo el coordinador del Cisame.

Después de ser el contacto psicológico, el segundo paso es permitirle al otro que se exprese, sin interrupciones, sin juzgarlo, sin contarle yo mi historia y hay que dejarlo que fluya. Es permitirle que se exprese emocionalmente.

A partir de ahí el tercer paso es buscar solución. A la persona se le invita. “A ver, vamos pensando cómo solucionar este problema, cómo lo ha solucionado en el pasado, cómo crees que lo podemos solucionar ahorita. Y si logramos una solución o encontramos que la persona encuentre una opción viable, entonces el siguiente paso es tomar una decisión concreta.

Ah mira, ahorita vamos al hospital, vamos a encontrar algún familiar y ahí te voy a dejar, pero una decisión concreta, realista, alcanzable.”

El quinto paso o auxilio sería canalizarlo. “Que sería el seguimiento, y es llevarlo a un lugar donde alguien ya lo recibe, entonces digo, yo ya cumplí, lo dejé a la clínica, se lo dejé al familiar y entonces yo ya terminó mi parte”.

Es preciso identificar los signos, escuchar a las personas, no las juzguemos, ayudarlas, canalizarlas y tener siempre presente los números del servicio de intervención en crisis, que funcionan las 24 horas, los 365 días del año. Estos números son: el 075 y el 800 227 4747.

Otros datos

De acuerdo con Nuñez Valencia, el Cisame atiende entre mil 500 y 3 mil personas al año, en promedio 16 al día, de los cuales el 80% son hombres y el resto mujeres.