El gobierno municipal de Puerto Vallarta ha emprendido acciones para modificar la movilidad mediante la creación de ciclovías, sin embargo, lo hace sin resolver antes los problemas que existen en numerosas vialidades, errores en los trazos y otras complejidades, con lo cual sólo viene a generar más conflictos.
El claro ejemplo lo vemos precisamente en estos días en la avenida México, en el tramo que presume la autoridad recién terminado (la ciclovía) entre 16 de Septiembre y Prisciliano Sánchez.
El trabajo de inmediato provocó el reclamo de mucha gente porque eliminó varios cajones de estacionamiento que son indispensables para quienes acuden a realizar algún trámite a la Unidad Municipal Administrativa (UMA), pues el estacionamiento en el sótano del edificio no es abierto al público.
Además de ello, la medida ha provocado congestionamientos en la esquina de Prisciliano Sánchez en los carriles de norte a sur porque la ciclovía le ha restado bastante espacio a los vehículos motorizados. En horas pico la fila se extiende hasta la calle Pino, en la colonia Arboledas.
Conductores están contrariados porque cuando la administración municipal dio apertura a esa vialidad presumió que se acortaba notablemente el tiempo para desplazarse desde Ixtapa hasta la avenida Medina Ascencio, pero ahora se vuelve a prolongar por ese conflictivo crucero.
Ya se trabaja para prolongar la ciclovía hacia el sur, para lo cual se están haciendo más angostos los carriles. A la falta de espacio se debe decidir entre sacrificar espacio de los peatones o de los vehículos y se opta por esta última opción.
Lo mismo ocurrirá cuando se continúe la ciclovía hacia el norte, será reducido el ancho de los carriles desde 16 de Septiembre hasta Las Mojoneras, y en algunas partes quedarán tan angostos que no habrá espacio para dos vehículos grandes y en general transitar será más riesgoso.
Hay un punto en particular donde el trazo de los carriles vehiculares es tan deficiente que el riesgo de choque es continuo, en avenida México y Montessori, donde recién colocaron boyas en ambos sentidos, pues una construcción invade el trazo natural. Ahí la ciclovía vendrá a acentuar el conflicto.
A ello hay que sumar que hay varios tramos donde ni siquiera hay banquetas. Es decir, en este caso la autoridad está resolviendo las peticiones de los ciclistas antes de atender las necesidades de los peatones.
Este tema sólo viene a reflejar la inexistente planeación que ha prevalecido en un Puerto Vallarta con crecimiento anárquico.