Un tradición que sobrevive aun con la competencia de productos “made in china”
Como cada año, con la llegada de septiembre también aparecen los tradicionales vendedores de banderitas y accesorios con los símbolos patrios, aunque “la patria está pobre” para ellos que cada año merman sus ventas, ya que la gente cada vez prefiere comprar los adornos patrios en supermercados, aunque sean de manufactura extranjera “made in china” por ser de menor costo.
“Nuestras banderitas son de tela y durables, no como esos adornos de plástico, las nuestras aguantan hasta las lluvias y el viento, duran meses, pero sobretodo son hechas a mano y no de fábrica o como dicen Made In China”, dice Toribio López Díaz.
El joven de 21 años, procedente de Guanajuato, llegó el fin de semana para instalar su puesto en afuera de una conocida tienda de autoservicio en la colonia 5 de Diciembre.
Mientras muestra las banderas mexicanas, explica que hay de tamaños, como la grande cuesta 300 pesos y la más pequeña cuesta entre 30 y 55 pesos, se venden también sombreros, silbatos, adornos, así como accesorios como anillos, aretes y collares entre otros artículos de los símbolos patrios.
Aunque desconoce la procedencia de las banderas, “eso lo sabe mi patrón”, dice al decir que a él le contrataron y como le gusta viajar a la que vez que trabaja, “así he ido a la Ciudad de México, Tamaulipas, hasta Chipas”.
No siempre es para vender productos patrios, otras ha sido para la albañilería o plomería, con arduas jornadas, por eso está a gusto esta ocasión, por lo que no se le hace pesado permanecer desde temprano hasta ya entrada la noche, en espera de clientes a los que atiende solícito a las personas que se acercan a ver su mercancía.
Pese a que no todas le compran, ni un adorno de los de mas bajo costo que son de 15 a 20 pesos, ya que dice que a algunos hasta se les hace “cara” una bandera de 55 pesos, ya que en un supermercado las adquieren a menor costo, sin importarles que sean “made in china” porque no tienen conciencia sobre el valor artesanal y de la tradición de los vendedores de “banderitas”.
Toribio, es parte de un grupo de tres expendedores de artículos patrios que llegaron con septiembre a Puerto Vallarta, dos semanas antes de los festejos patrios por el aniversario de la Independencia de México, sus compañeros se distribuyeron en diferentes puntos de la ciudad, donde les dieron un permiso temporal para la vendimia “esos los consiguió y paga el patrón”, dice sin revelar cuanto le pagan a él en la primera vez que le toca venir a Puerto Vallarta.
No le desanima que en los primeros días las ventas sean escasas, espera mejores conforme se acerque La Noche del Grito, aunque “la patria está pobre”, pero le gusta que su vendimia no solo sea una forma de ganarse la vida por unos días, también sea parte de una tradición mexicana.