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Gerardo Sandoval Ortiz |

La estigmatización y discriminación asociadas al Covid-19

CONTEXTOS

Gerardo Sandoval Ortiz

 

Las agresiones a médicos, enfermeras y contagiados: la importancia de reservar identidades

 

Al inicio de esta semana, supimos que un funcionario municipal había adquirido el virus Covid-19 probablemente en una jornada de “labores esenciales”. Valoramos el caso y no nos fue difícil tomar la decisión de reservamos la identidad por consideraciones, tales como la de potencialmente exponerlo a eventuales discriminaciones, agresiones, insultos, maltratos y hasta hostigamientos, como ocurre a la menor sospecha de ser un contagio.

Primero, no vale la pena decir quien publicó a santo y señas del funcionario municipal que hasta donde supimos, ni siquiera han terminado pruebas concluyentes para determinar si padece del coronavirus.

Dos, lo que sí hay, y en promedio de cinco por día, agresiones a personal médico, enfermeras y empleados de hospitales. Pero no solo ellos, también entre vecinos ocurren agresiones, de tal forma que al menor asomo de la sospecha, es señalado, aislado, ninguneado y hasta agredido por otros vecinos que de él hacen escarnio público.

Entre los mexicanos, pese a que unos pecan de valiente y hasta en público nieguen la existencia del virus chino, se acobardan a la menor amenaza de ser contagiados. Son ellos quienes han agredido a médicos y enfermeras, han orquestado el cierre de poblaciones y vecindades, impedido  negado el servicio de transporte público al personal médico que en otros países tienen trato de héroes y heroínas en la batalla contra el Covid-19.

Ni el policía que vigilas ingresos y zonas de aislamiento en hospitales, menos el personal médico, recibe inmerecido trato de un apestado en estos tiempos de pandemia. Sin embargo, eso no impide que irresponsables individuos reaccionen con agresividad a médicos y pacientes.

En las calles de Puerto Vallarta abundan vecinos que a más de dos meses después de registrarse el primer contagio en el país sostenga que el coronavirus es una vil mentira, un mito y engaño inventado para controlar a las masas. En donde ellos no se ponen de acuerdo es atinar a decir quién inventó la supuesta farsa del bicho que amenaza a medio mundo y tiene en ruinas la economía.

Los escépticos suelen lanzar retos y pedir pruebas, evidencias, ver enfermos, muertos. Y como en esas platicas callejeras nadie tendrá respuestas positivas, endurecen sus posiciones, pregonan sus dudas y venden su verdad, la de sostener que no hay tal virus pues nadie ha visto contagiados, enfermos o muertos. Sumidos en el mundo de la ignorancia, no alcanzan a entender que el manejo de pacientes y de cuerpos, dada la agresividad del virus, exige aplicar rigurosos protocolos para contener el contagio.

Hacer pública la identidad de los enfermos es poner en riesgo a la familia. Las personas tienen miedo a contagiarse porque saben no es solo padecer la enfermedad sino ser tratados con desdoro y ser vilipendiado por la sociedad, los vecinos, a veces por toda la comunidad.

Apenas se ordenó el aislamiento social, allá por la tercera semana de abril, ocurrieron diversas agresiones contra médicos y enfermeras. El caso de una enfermera del hospital de San Pancho, aquí en el vecino Bahía de Banderas, mereció atención nacional. Al concluir sus labores cotidianas, una enfermera regresaba a su casa en la comunidad costera de Lo de Marcos y grande fue su sorpresa cuando una turba de vecinos le impidió llegar a casa.

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación recibió entre el 19 de marzo y el 16 de abril quejas desde 26 entidades. Los trabajadores de centros de salud, médicos, enfermeros y estudiantes de medicina (pasantes) fueron objeto de insultos, burlas, amenazas, maltratos y hostigamiento de vecinos. Se documentaron 140 denuncias por discriminación, todas relacionadas con la emergencia sanitaria, un promedio de cinco por día. Una cuarta parte de las quejas les interpusieron doctores, 35 de ese total. El resto, son enfermeras o enfermeros, aunque también hay casos de personal de seguridad.

Al concluir abril, la Secretaría de Gobernación hizo público su propio informe pormenorizado. Su registro se quedó en 47 agresiones contra el personal de salud en 22 estados.

El comportamiento irracional y agresivo responde básicamente al desconocimiento sobre el comportamiento del Covid-19. Esa ignorancia genera las vejaciones, todas las discriminaciones, el trato que mella la honra y hasta el decoro de empleados de hospitales y de enfermos.

El estudio elaborado por la Subsecretaría de derechos Humanos, Población y Migración de la Segob, indicaba que hasta abril, Jalisco era el estado donde más agresiones ocurrieron. Un vecino llegó al grado lanzar amenaza de muerte con uso de un arma de fuego. Los horrorizados tapatíos arrojaron cloro a las enfermeras o les negaron el servicio de transporte público. Las agresiones, aunque no desaparecieron, disminuyeron a casi cero cuando el gobierno estatal ofreció servicio especial y gratuito al personal médico.

Un médico de un hospital de Coahuila denuncio a policías municipales de San Buenaventura de golpearlo y encarcelarlo por impedirle el paso a su comunidad. También se reportó en algunas ciudades que furiosos vecinos trataron de impedir la conversión de “hospitales Covid-19”. También se han documentado casos en donde doctores niegan atender a presuntos contagiados del coronavirus. Siempre por el falso miedo a los contagios.

Bien, los datos anteriores son parte de nuestras consideraciones, para en vías de mientras, mantener bajo reserva la identidad del funcionario municipal que solo a la sospecha de haber sido contagiado se la recomendó someterse al riguroso aislamiento de las obligatorias dos semanas.

Nos queda claro que algunos medios de comunicación, a veces el reportero, exhibe sus debilidades y en el afán, quizá muy legítimo, se motiva por la pretensión de ganar una primicia y suelte una inoportuna e imprudente noticia. Periodísticamente es válida pero en situaciones de estar de por medio la tranquilidad y seguridad de una persona, de una familia, es exigible una valoración  del caso que se trate.

Aunque suene raro, el discurso del odio y la intolerancia es veneno puro en esta emergencia sanitaria y la discriminación se expande en la misma proporción que el bicho chino.

Revolcadero

Cuando casi concluimos el presenta escrito recibimos el comunicado 1445 del gobierno municipal, titulado “informa Ayuntamiento contagio de COVID-19 en 5 servidores públicos”. Todos se encuentran en aislamiento hospitalario y bajo observación médica. Se destaca que dichos empleados “contrajeron la enfermedad  mientras realizaban sus tareas cotidianas”. La información se le atribuye al presidente municipal Arturo Dávalos Peña, quien exhorta a la población a quedarse en casa, pues en estos días hay mayor riesgo de contraer la enfermedad. ****** Dada la relevancia de la información, sustraemos algunos párrafos del boletín de prensa: Se reserva la identidad de estos servidores, para salvaguardar su integridad y seguridad. Asimismo, se informa que se han tomado las medidas necesarias entre el resto de los colaboradores, para evitar más contagios y descartar algún posible brote de la epidemia. El primer edil hizo un público reconocimiento a estos servidores públicos que a diario trabajan por Puerto Vallarta enfrentando estos riesgos, por lo que reiteró que el virus es real y representa un peligro para todos los ciudadanos, de ahí la insistencia de invitar una y otra vez a la población a quedarse en casa, para no exponerse ni exponer a otras personas. “Nos encontramos en el pico de la pandemia y por lo tanto la de mayor riesgo de contagio; por eso le pedimos a la gente que se quede en casa, que se resguarde y no salga si no tiene nada que hacer en la calle; que tome todas las medidas preventivas y sanitarias; que use el tapabocas, utilice gel antibacterial y se lave constantemente las manos para evitar contagiarse; es por su propia salud y la de los demás”, dijo Dávalos Peña.****** El ejido Ixtapa avisa a sus socios ejidatarios que “en acatamiento y considerando a las medidas preventivas, así como a las recomendaciones emitidas por el gobierno federal, estatal y municipal, respecto a la epidemia Covid-19 (coronavirus), les informamos que se suspende la asamblea programada para el día 31 de mayo del año 2020. Programándose para la siguiente asamblea del mes de julio del 2020”. Que se informe con tres semanas de anticipación la suspensión de la asamblea mensual del mes de mayo, sí que es digno de asombrarnos. Eso habla bien de Carlos “el serranito” Álvarez, que ya casi supera a su antecesor Zeferino “el chéfero” Ramírez Colmenarez.