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Gerardo Sandoval Ortiz |

En memoria del amigo Nazario y remembranzas de su apoyo a David Cuevas

 

 

CONTEXTOS

 

 

 

En aquel verano de 1997, un grupo de amigos buscaron y hallaron a Nazario Arias en su parcela conocida como La Soledad. A la sombra de unos árboles hablaron de política y al cabo de una acalorada y larga pláticas tomaron un acuerdo: Apoyar a David Cuevas García para ser candidato a la presidencia municipal.

“El Pacto de la Soledad” se le llamó al acuerdo de una media docena de amigos reunidos en la propiedad de Nazario Arias Flores, cuyo fallecimiento la madrugada de este lunes lamentamos hoy.

Era la época dorada del Partido Acción Nacional. Para ajustar tiempos, dicha elección se celebró en el mes de noviembre. Apenas unos meses atrás, el primer domingo de julio, Fernando González había ganado la diputación federal, derrotando al arquitecto Jorge Leobardo Lepe García, quien en la década de los 80 había sido alcalde y era una de las vacas sagradas del priismo local.

En la presidencia municipal, en calidad de presidente interino, despachaba Humberto Muñoz Vargas. Representaba al panismo doctrinario, el bloque promotor que impulsaba a Ignacio Guzmán García. Decían que González Corona se la debía, que era un acuerdo desde que invitaron al empresario hotelero a ser candidato del PAN.

Nacho Guzmán tenía un futuro promisorio, en un principio el respaldo unánime de todos los panistas acomodados en la administración municipal. Regidores y funcionarios solían recriminar a los reporteros vistos salir de la oficina de la Secretaría General donde despachaba David Cuevas García.

Había sobradas razones para advertir el hándicap en favor del contador ya ex banquero, designado tesorero municipal en aquella primera de tres administraciones panistas.

Dos o tres años, David Cuevas había tocado las puertas del edificio de Tribuna de la Bahía en la calle Basilio Badillo. Llevó en sus manos un escrito a máquina de dos cuartillas y prometía ser disciplinado en entregar una colaboración semanal. Ningún jefe del área editorial le puso objeciones y se le aceptaron sus aportaciones. Por esos tiempos, atendía la tienda Materiales Muro de la calle Niza, entre Viena y Yugoeslavia.

Previo a la campaña de la elección por la alcaldía celebrada el 12 de febrero de 1994, de la cual González Corona se alzó con el aplastante triunfo contra el priista Sergio Arat Sánchez Cervantes, el hotelero reunió a un grupo de amigos, casi todos periodistas de su periódico. Hubo un acuerdo de mucha relevancia de una trascendencia que impacta hasta nuestros tiempos. A la preocupación por desconfiar del Consejo Municipal Electoral, que en varios procesos electorales era jefaturado por Rodolfo Gómez Bernal, uno de los amigos propuso ejercer presión con fines de lograr un relevo en el órgano electoral responsable de organizar y sancionar la elección local. Si se lograba remover al legendario ejecutivo de Mexicana de Aviación, se sugirió proponer al empresario David Cuevas García.

Una serie de movilizaciones político y sociales lograron el fin planeado con la ciudadanización de los órganos electorales por ley.

Ganada la elección, los íntimos de Fernando González entraron al campo de los palomeos de los futuros funcionarios. Surgió otra vez entre los propuestos el nombre de quien ahora lidera el emporio de los medios masivos denominados Compañía Periodística Subcaliforniana, la CPS. En esas discusiones y por esos tiempos, los amigos periodistas del empresario ejercían asombrosa influencia. Años después se agregarían otros periodistas, algunos que lo acompañan en la actualidad.

David supo granjearse apoyos de periodistas de otros periódicos. Sin embargo, nunca dejó de intentar presionar para ganar espacios. Reclamaba cada crítica, pero incurría una y otra vez en “administrar” la información. Como aquella vez que se le solicitó información sobre unos 400 permisos de establecimientos del giro negro autorizados por el alcalde Rafael Yerena Zambrano en las postrimerías de su interinato. Negó la información a Tribuna de la Bahía, pero al siguiente a doble página, el Sol Siempre Libres dio pormenores. Su propietario y fundador, Héctor García Lugo fue designado director de Comunicación Social desde el primer día del gobierno de Cuando David Cuevas.

Muchos de aquellos funcionarios y regidores del primer ayuntamiento panista que se renegaban de aquellos reporteros por visitar la Secretaría General cederían a los encantos de David Cuevas. Algunos de estos estaban en el Pacto de la Soledad. Era el mismo grupo de “puros locos”, como los definió en la mesa de los festejos el empresario Audomaro García Castillón después de la asamblea donde se eligió a Rodolfo Domínguez Valle ya frente al 2000.

Con nel paso de los años, aquellos camaradas trascenderían como “los dominguistas” y entre los cuadros mas avanzados se debe incluir al dos veces alcalde Arturo Dávalos Peña. Guillermo Salcedo Contreras, Eliseo Torres Rendón, Ricardo René Rodríguez Ramírez, Andrés Ponce, Toño Arreola Pérez… y de alguna forma el ingeniero Alberto Ulloa Godínez. Varios de ellos, representando a los ausentes, avalaron el Pacto de la Soledad, la propiedad de Nazario Arias, de unirse a David Cuevas.

De aquel pacto nacido en los potreros de El Ranchito ya pasaron poco mas de 25 años. David Cuevas se mantiene como una pieza leal del engranaje político y empresarial de Fernando González. En una de sus famosas piruetas, Dávalos finalmente y desde su nuevo partido, el Movimiento Ciudadano cumplió su anhelado sueño de gobernar la ciudad donde nació. Figuras como el Memo Salcedo ya ven asomarse su “jubilación” política.

 

Revolcadero

 

Los habitantes de El Ranchito y comunidades vecinas celebraron el fin de semana sus fiestas patronales. Como es la tradición popular, Nazario Arias Flores se fue a la pequeña placita a festejar con los amigos. Los amigos platican que como cada año Nazario irradiaba felicidad. Al caer la noche su alegría era plena y la espumosa bebida hacia estragos en él. A eso de las diez de la noche, después de dedicar medio día a San Inocente, se fue a descansar a su cama de la planta alta de la casona familiar. “Le falló la máquina”, nos reportaba un amigo ya el lunes. Nazario fue una persona bien querida entre sus amigos, su familia, sus vecinos. Lunes y domingo recibió visitas. El mariachi lo acompañó todo el miércoles, antes y después de la misa de cuerpo presente y el cortejo fúnebre en el campo santo de la comunidad.****** Las críticas que un día si y otro dispara desde su mañaneras Don Santo Amlo a los periodistas son tomadas como estimulantes que siempre hallan elementos bien argumentados que ponen en duda que los de la 4T han erradicado la corrupción, que ya tienen salud de calidad igual o mejor que los países nórdicos, que México no produce yerbas ni sustancias químicas del diablo… que vivimos en plena transformación. Carlos Loret de Mola, uno de los villanos preferidos del inquilino del Palacio Nacional, es quien más esfuerzo extra le pone. Con informes militares exhibe las desvergüenzas del “Andy”, López Beltrán, el mismo de la Casa Gris de Houston, contagiado del Covid hace dos años, no buscó a los médicos del ISSSTE, ni IMSS, sino que se puso en manos de los mejores médicos militares que le recetaron las mas caras medicinas, como el Remdecivir, que ni siquiera estaba autorizada en el país y su precio es de varios miles de pesos, a veces hasta tres mil dólares, dependiendo de proveedor y país. Y el Baricitinib, barato barato no precisamente lo es. Desde el Palacio Nacional se ordenó “misión especial” militar para proveer los medicamentos y brindar atención especial a la familia presidencial. Tantas atención solo puede sugerir si ello supone que si existen privilegios, en este caso para Los López de Don Santo Amlo. Porque -dice Lorett de Mola- “evitaba al contagiado ir al hospital, ser intubado y morir”.****** A propósito de la verificación vehicular impuesta ya por ley por el gobierno del estado de Jalisco, nos llama la atención el silencio de los dueños de automotores que residen en el vecino Bahía de Banderas. A ellos también aplica la verificación responsable del gobernador Enrique Alfaro, pues si deben viajar cotidianamente a Puerto Vallarta están obligados a revisar su unidad mecánica. Encima de todo, el gobierno de Nayarit, del moreno Miguel Ángel Navarro Quintero también amenaza con legislar para obligar su propio programa de verificación. Así que en una de esas y serán obligados a pagar doble verificación. Queda que de uno o del otro lado del Ameca, uno o los dos gobiernos avale la verificación del vecino. Pero, como acá Alfaro parece pretender recaudar dinero y más dinero, con esa visión no aceptara pruebas pagadas a la tesorería vecina.