CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
Desde finales del año pasado supimos del quiebre personal de Ramón Guerrero Martínez con su protegido Juan Ignacio Calderón Ibarría y la sentencia se ha cumplido a cabalidad. “El junior” ha sido marginado y el regidor con licencia, Adolfo “el grinch” López Solorio asumirá las riendas de la Coordinación Regional de Asistencia Social del gobierno del estado a partir de este miércoles 15 de octubre.
Menos de dos años le duró el gusto al nieto del ex alcalde Efrén Calderón Ibarría de jefaturar una de las oficinas del gobierno de Jalisco que políticamente más apetece más. “El grinch” recibirá una dependencia en total desaseo donde el trabajo lo realizaban las “coordinadoras”, Iris Ulloa Godínez y Bellany Fong, las dos ex regidoras que en la cotidiana ausencia del titular, hacían el trabajo.
Lo del “junior” con “el mochilas” fue un romance político de abrupto fin. El ex alcalde de Ayutla y también de Puerto Vallarta lo invitó a participar en el Movimiento Ciudadano e inclusive lo propuso para ser su suplente en la fracasada intentona de ser otra vez en el 2018, cuando fueron detenidos por Arturo Dávalos. La vía de repetir en la alcaldía y de ser diputado federal en 2018 se les negó con la derrota electoral pero al mismo tiempo se le abrieron espacios en el gobierno del estado con Enrique Alfaro Ramírez. Guerrero Martínez fue nombrado subsecretario de Gestión Integral de recursos y programas Sociales y ya instalado, abogó por Calderón Ibarría y lo acomodó con el cargo de Jefe de Vinculación Regional Costa Sierra Madre Occidental.
El huesito de operar los programas sociales del gobierno del Estado trastornó al muchacho. Apenas bien se acomodó en la oficina del segundo planta del edificio de al UNIRSE abandonó su responsabilidad para salir a la calle y gritar que él iba a ser el siguiente presidente municipal. Para asombro de algunos, ha logrado granjearse a unos pocos amigos y quienes no, a sus espaldas confiesan escucharlo para darle solo su “avión”.
El 2 de octubre hablamos del ahijado de “el mochilas” pero un mes después, el ahijado se sublevó al padrino. Viejo lobo en la policía, su padrino Ramón Guerrero supo advertir que su “ahijado” se había descompuesto. Intentó ayudarlo pero para su enojo, el muchacho se le rebeló. Por esas fechas, hace un año, se agotó la paciencia a “el mochilas” y comentó a sus amigos de su decepción con el nieto de Candelaria Alcaraz, ella respetable dama del clan Los Alcaraz de Ixtapa.
No terminaba el 2019 cuando el engallado muchacho se abrió de capa. Para enero y febrero ya abiertamente habló de irse del MC y tener abiertas las puertas se morena y ser el candidato a la alcaldía. Siempre fue mentira pero hubo quienes le creyeron en engaño.
En el último año le hemos dado algunas menciones menores en este espacio. El marcaje nos permitió reforzar la percepción de que el imberbe muchacho daba manotazos propios de un político inmaduro y su deporte diario era intentar persuadir con mentiras. Que sepamos, nadie lo cilindró. Cada uno de sus pasos, lo dio por decisión propia, iluminado por un brillo de luces inexistentes. Esa independencia probablemente molesto a su creador.
Así, solo sabiéndose iluminado, pero sin la venia de Dios, tampoco consentimiento de sus superiores, tomó las calles y con la estampa de un sombrero, cargó su camioneta de todo lo que creyó sería de ayuda a fin de construirse una imagen de un moderno benefactor. Nunca fue capaz de ver que en la oficina a su cargo estaba a su alcance para hacer llegar mucha ayuda a las familias vallartenses.
Por las manos de la oficina donde despachó hasta el 15 de septiembre el joven Calderón Ibarría pasaron miles y miles de útiles escolares, de bienevales para el transporte urbano a estudiantes, toneladas de material para construir, remodelar o ampliar viviendas. Mientras él estaba en la calle, desde Guadalajara se contrató hasta plazas eventuales para manejar dichos programas sociales.
Desde principios de año nos enteramos de la decisión de prescindir de sus servicios. Se negó y armó sus berrinchitos. Se le ofreció una salida digna, tersa, peor su inmadurez complicó su salida. “Tengo contrato”, decía. Quizá fue la primera vez que no mintió. Como el contrato fenecía el 15 de septiembre hubo paciencia y esperaron la fecha.
Entonces, cantado el destino del “junior”, lo que si causó pasmos fue la decisión de abrirle campo al regidor López Solorio, quien para el último día de julio cumplía su compromiso de compartir la regiduría a su suplente, Rodolfo Maldonado Albarrán. Mucho antes de licencia indefinida, “el grinch” había roto con el diputado local Luis Munguía y a las pocas semanas de retirarle su apoyo aceptó la invitación de unirse al grupo político del alcalde Arturo Dávalos. El compromiso y nuevo pacto incluyó el apoyo a Diego Franco Jiménez, el adversario de Munguía en el camino a la candidatura del MC a la alcaldía.
Hace ya varias semanas supimos del acuerdo, ya definitivo, que “el grinch” se haría cargo de la oficina de los programas sociales del gobierno estatal. Se le uso fecha, el 15 de octubre. Lo que no pudo prevenirse fue que el regidor contrajo el Covid-19 a fines de septiembre. Justo ya cumplió un aislamiento de dos semanas y aunque por prescripción y alta médica puede cumplir su cita laboral, debemos esperar el día.
Lo que nos han dicho es tener la encomienda de despolitizar los apoyos institucionales y ordenar el desbarajuste del muchacho del sombrero. Ya no habrá tiempo ni espacios para alentar proyecciones personales pero si mucho trabajo para reordenar y liderar el equipo humano que ya despacha en la dependencia.
Con perfecta claridad se han dado instrucciones. El arribo de López Solorio a la dependencia estatal es una muestra y mensaje del gobernador Enrique Alfaro. Por encima de proyectos personales tomó la decisión de separar nómina y programas gubernamentales de proyectos políticos, en este caso, cortarle “suministros” al diputado Munguía, que gaste de su bolsillo o del bolsillo de sus amigos pero no el dinero del pueblo.
Revolcadero
Para fines de este escrito realizamos consulta a varios amigos de la zona rural, justo la zona donde Juan Ignacio Calderón Ibarría se siente a sus anchas. En Telbelchía por proco provoca un problema social en la comunidad al colocar monumentales topes de cemento en las cuatro calles principales. Para los automóviles bajos el tránsito es infranqueable y se han averiado suspensiones y carter de automotores. De acuerdo a comentario de los lugareños, a Tebelchía llegó “el junior” en días que trabajadores y maquinaria del gobierno municipal habían rehabilitado las calles. Por ahí un vecino le solicitó topes. El flamante “candidato”, quién sabe si del MC o de Morena, regresó enseguida con cemento, juntó material de río y levantó varias murallas en las calles. No se le ocurrió siquiera remitir la petición a la Subdirección de Tránsito. Lo que provocó fue la división de la pequeña comunidad, unos a favor, otros en contra de los topes. Todo porque el iluminado quiso ganar adeptos. ******* Hablemos de los apoyos, reales, supuestos o inventados por “el junior” Calderón Ibarría. De Ixtapa, presume tener todo el apoyo de un singular, también popular personaje, conocido por el apoyo de “el chameco”. Nunca supimos que el amigo Samuel Torres, alias “el chameco” era o fue seguidor del muchacho del sombrero. Más bien, sabíamos que el arrendador de caballos finos y apasionado de los videos, el influencer y youtubers ixtapense, nunca ha ocultado sus simpatías personales con Arturo Dávalos. En su momento, se declaró a favor de Víctor Bernal y ahora de Diego Franco. A “el Junior” también se la ha escuchado decir que Marcos Tabares y al único que conocemos es a un vecino del mismo nombre que ha tenido o tiene chamba indistintamente en el estado o en el municipio. En la zona rural, al único y fiel seguidor que le conocemos es a “el tejuinero”, Alfonso Zamora de Santiago. Pero nos dicen que se le declaró fan por la promesa de cumplirle su gran sueño de convertirlo en delegado y por un segundo sueño, éste erótico, con el muchacho del sombre. Juramos no hacerle bulling y como por eso abandonó La Resolana, su pueblo natal, ahí dejamos el tema.****** Por cierto, nos llamó la atención la entrega de material de construcción que el fin de semana realizo el gobierno municipal. ¿Por qué? Porque entre los beneficiarios fueron familias de las colonias El Caloso, Las Canoas y Palito Verde, Benito Juárez, El Remanse, Buenos Aires y Paso Ancho. Fue en esas colonias de Puerto Vallarta donde se aplicó el modelo del Programa Nacional de Solidaridad, el programa social estelar del salinato conocido como Pronasol o simplemente Solidaridad. Quien camina por las calles de esas colonias podrá constatar los beneficios de hace unos 27 años. Ahora, el gobierno de Arturo Dávalos entregó apoyo a 615 familias para hacer más digna su vivienda.