CONTEXTOS
Las siguientes líneas serán las últimas antes de correrse la cortinilla que oculta las identidades de los funcionarios municipales que acompañarán la gestión de Luis Ernesto Munguía González al frente del gobierno de Puerto Vallarta. El equipo verde logró mantener el hermetismo y solo será hasta el lunes, luego de la toma de protesta que también logró imponer como sede el Centro Internacional de Convenciones de Puerto Vallarta, si detenerse en las objeciones de los regidores del ayuntamiento que se despide.
Algunos observadores de la política local no pasaron por alto la recia posición de Munguía y su equipo que como no se recuerda en los últimos 35 años, pusieron candados a todo tipo de filtración de potenciales perfiles a ocupar los cargos de primer nivel. Por ahí se han sabido ciertos nombres, pero a cualquier consulta el cuarto verde emplaza la espera hasta el lunes. Son conjeturas y especulaciones nos han dicho. Que si Luis Fuentes será el oficial mayor de administración o Celina Lomelí sustituirá a un pariente del alcalde interino, son versiones tachadas de rumores.
Luis Munguía, con sus asesores de fiar, han tenido ya casi 4 meses para resolver todo tipo de acertijos y palomear nombre por nombre a los más capaces para conducir con estabilidad a la administración y ofrecer resultados a los vallartenses.
Al haber un vacío informativo se alentó una incontinencia verbal y las verdes aguas se agitaron. Ya sea por sujetarse a un plan confeccionado o por tener perfectamente claro la ruta de gobierno, planes de trabajo y líneas políticas, desde la última década del siglo pasado, cada presidente municipal electo se daba su tiempo para saciarlas ansias informativas de empecinados periodistas en obtener algún nombre apuntado a una dirección.
Es normal que esos vacíos hayan dado pauta a ciertos golpeteos mediáticos. Por ahí se asomó la figura del que le coordinó la campaña a Munguía, Andrés González Palomera. Consultas a viejos amigos de Andrés -a sus amigos, no a él- se mostraron tranquilas y nos afirman que el ex candidato a alcalde del PRI en los comicios de 2015 y su equipo, mantiene sólidas relaciones con Munguía. Naturalmente, si bien no objetan el hermetismo, si les llama la atención el embudo informativo.
Semanas atrás, en este espacio, se expuso la desconfianza de dos o tres regidores electos que empezaban a dudar se les cumpla el ofrecimiento para unirse a la candidatura verde. La desconfianza existió o existe. Nada de raro habrá que al mismo González Palomera tironeé la línea de las negociaciones en este momento y si parte de esos acuerdos y desacuerdos trascienden hacia afuera suenan, ante el vacío verde, se asumen como rounds de sangre y bofes.
Supimos justo hoy jueves que hubo una reunión de miembros del equipo de transición y el reporte rendido fue satisfactorio. Los responsables de la recepción de cada área finiquitaron su trabajo y canalizaron sus energías al evento posterior a la toma de protesta a celebrarse a las 08:30 horas del sábado en el Centro de Convenciones. Parece ser que hubo capacidad de los dos equipos, verdes y vinotintos, y supieron subsanar la estridencia inicial. Recordemos que Munguía se quejó de los desdenes y una indolencia de Francisco José Martínez Gil.
En los hechos, la administración de Martínez Gil ya colgó sus arreos y clausuró toda actividad administrativa. Este viernes 27 es declarado día de asueto por ser Día del Empleado y se les concede el descanso reglamentario. Y pues el sábado y domingo son días consagrados al descanso universal. Ya luego viene el lunes 30, último día de septiembre, el ritual de la toma de protesta, hasta dar paso y las últimas horas del día, un tiempo destinado a la inanición y los despidos sociales.
Munguía, designó coordinador de su equipo para las tareas de la entrega-recepción, al aludido González Palomera. Si a ello se le añade que le coordinó también la campaña electoral no es simulado la talla de importancia del alcalde electo a su colaborador estrella. En ese equipo, Luis Fuentes y Magaly Fregoso Ortiz, ella, alguna vez regidora por el MC, hacían fuerte y plural a los comisionados verdes, entre los que también figuró Roberto González Gutiérrez, que como Andrés también fue candidato por el PRI a alcalde, pero en 2018. Con ellos hacia equipo el regidor electo Víctor Bernal Romero. Piezas de discreta participación, pero apuntalados para ser protagonistas, lo fueron Rodolfo Domínguez Monroy y Jorge Durán.
En dichos encuentros se pudo ver al síndico actual, Juan Carlos Hernández Salazar, del que bien pudo colocarse en una posición intermedia, conocidas sus simpatías por Munguía.
No ha sido parte de nuestros fines hacer de estas últimas menciones, ningún tipo de propuestas para las consideraciones de Munguía. Todos los indicativos nos permiten presumir que en el escritorio del arquitecto ya son raras las dudas. Sin embargo, agotar tiempos y esperar el día de su protesta para soltar su paquete de nombramientos, y proponer a consideraciones del pleno del Ayuntamiento las aprobaciones de sus propuestas de su tesorero, secretario y contralor, le permitirá controlar las andanadas de quejas que ineludiblemente le caerán.
En sus tiempos, Gustavo González Villaseñor y más reciente Ramón Guerrero Martínez, merecieron reclamos por no honrar compromisos apalabrados. En realidad, unos más y otros menos, cada tres años, le restriegan en su cara al nuevo presidente municipal en su estreno.
A un político local se atribuye haber dicho que el agua bendita no alcanza, el agua bendita para tanto diablo con aspiraciones a un cargo público. Entonces, si Munguía es objeto de airadas quejas por quien o quienes se queden fuera, que lo tome normal y no se acongoje.
Revolcadero
Un tema que también ha creado revuelos y sombrerazos es las asignaciones de comisiones de trabajo. El encargado de la reingeniería administrativa Víctor Bernal mantiene bajo llave su contenido y así como exploró la posibilidad de crear la quinta delegación municipal (Mojoneras), e inclusiva y una sexta (El Coapinole), también alentó elevar el número de comisiones edilicias permanentes. Hoy por hoy son 19 comisiones de trabajo y dan la impresión de ser muchas. A este gran total, se le pueden sumar comisiones temporales, las que como nacen se extinguen y nadie las hace menos, por intrascendentes pues solo ayudan a salir delante de los atolladeros circunstanciales. Nunca hemos podido entender las razones de una regidora o un regidor empeñado en presidir tal o cual comisión. Tal vez, las más apreciadas tienen que ver con la garantía de un lucimiento personal, y asegurarse fiestas todo el año. Ese sería el caso de la Comisión de Turismo. Cuando Diego Franco Jiménez se acomodó en la Comisión de Fomento Agropecuario, Forestal y Pesca, supo sentirse a sus anchas y le agarró el gusto a los caballos y cabalgatas. Y claro, hay comisiones no negociables, ajustadas y hechas para el primer edil, tales como Gobernación y Comisión de Hacienda.****** Unos días atrás saludamos en un café al médico Francisco Sánchez Peña. Si, es el médico que en 2015 fue candidato independiente a la alcaldía, el único que ha podido ganar por esa vía una regiduría. Sánchez Peña será el Síndico por elección popular. Es sabido que al asesinato de su hijo, también médico de profesión, Francisco Sánchez Gaeta, Paco padre lo sustituyó en la planilla del PVEM. Lo quedamos con una buena impresión del médico, que dijo estar listo para regresar al servicio público. Si mal no nos salen las cuentas, será la tercera vez que forma parte de un Ayuntamiento de Puerto Vallarta, la segunda en ser parte de la fracción mayoritaria.
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