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José Fernando Ortega |

La población de ballenas jorobadas aumenta tras rozar la extinción

Se estima que la población de ballenas jorobadas en el Pacífico mexicano es de aproximadamente 20 mil individuos y en un año normal en el estado de Nayarit y Bahía de Banderas se registran entre 300 y 500 de estos mamíferos marinos, cantidad que ha aumentado en gran medida, al punto que por cada individuo que se veía en el año 2000 hoy se pueden ver cinco.

Al respecto, el biólogo marino Roberto Moncada Cooley, profesor del Instituto Tecnológico México Campus Bahía de Banderas (ITBB) y presidente del Grupo de Investigación de Mamíferos Marinos A.C. (GRIMMA), manifestó que la población está prácticamente recuperada luego de que en el siglo antepasado esta especie fue diezmada por la cacería y en el siglo pasado la cacería fue industrial.

“Ya no eran ‘barquitos’, ya eran barcos enormes, subían a la ballena y la aprovechaban toda. La población quedó tan diezmada que se calculaba que era de 3 mil individuos, aproximadamente, hasta que dejó de ser negocio y comenzó el programa de protección”.
Explicó que las ballenas que vinieron este año tal vez no son las mismas que vinieron el año pasado o que vendrán el próximo año; el número varía porque el clima cambia y la temperatura del agua no siempre es igual. Detalló que existe una corriente, la de Urochio, que viene desde Asia y baja por Alaska, prosigue por Canadá, luego por California y llega hasta aquí con agua muy fría.

“Esa corriente trae a las ballenas, esa es la señal. Y una vez que la corriente termina, en febrero o marzo, el agua deja de ser fría y es el aviso para que las ballenas regresen al norte. La naturaleza es como un reloj bien afinado”.

En la región, estos mamíferos marinos se pueden encontrar fácilmente en la Bahía de Banderas, así como en Rincón de Guayabitos y Chacala, y más al norte en San Blas, el Parque Nacional Isla Isabel y las Islas Marías.

Al final de la temporada de avistamiento, que es el mes de marzo, predomina la presencia de hembras con sus ballenatos, pues aquí los amamantan, los cuidan durante dos meses y cuando está fuerte y tiene habilidades para nadar, comienzan su regreso al norte. “El ballenato vive o sigue a la madre menos de un año, aprende a comer muy rápido, crece muy rápido y luego se vuelve independiente”, concluye el especialista egresado de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.