Se trata de una problemática que se acentúa en la región, subraya Marc Murphy.
Con más de 35 mil cuartos hoteleros y otras 5 mil habitaciones a construirse en los próximos 10 años, la región Puerto Vallarta – Bahía de Banderas se está enfrentando actualmente a una nueva problemática que amenaza con trastocar su desarrollo turístico: la escasez de vivienda económica y accesible para los trabajadores de la industria.
Así lo manifestó el consultor y ex director de la Oficina de Visitantes y Convenciones de Riviera Nayarit, Marc Murphy, quien apuntó que este fenómeno lleva un tiempo ocurriendo en el sector hotelero, aunque se ha recrudecido en el último año, con la apertura de grandes desarrollos, que se han visto en la necesidad de traer gente de otros estados del país, que requiere de un lugar donde vivir y no lo encuentran o si lo hacen, es en lugares muy distantes de sus centros de trabajo.
Con esto, dijo, se obliga al trabajador a utilizar hasta tres horas de su tiempo en el transporte (ida y vuelta), o a gastar una buena parte de su sueldo en pagar el transporte (en caso de que la empresa no les brinde ese servicio) afectando por consiguiente su calidad de vida.
“Hasta ahora, he detectado varios factores como detonantes de esta situación. Uno de ellos tiene que ver con el boom del alquiler vacacional, ya que la vivienda que los propietarios dedicaban antes a rentar a los trabajadores ahora es arrendada por turistas. Incluso en algunos pueblos costeros se ha creado un ‘efecto de expulsión’ del residente, pues una buena parte de la oferta residencial se ha destinado al mercado turístico”.
Añadió que es tan complicada esta crisis de vivienda que algunos desarrolladores e inversionistas se están planteando la posibilidad de construir aldeas, con “tiny houses” en las que puedan vivir los trabajadores, solteros o en pareja, que si bien serán pequeñas tendrán todo lo necesario a la mano, y lo mejor de todo, cerca de los desarrollos turísticos.
El concepto “tiny houses” consiste en viviendas pequeñas que van desde los 10 a 35 metros cuadrados y que buscan poner el énfasis en una vida más simple y sustentable.
En México, actualmente, de cada 100 unidades en construcción, dos unidades corresponden a la vivienda económica, es decir la de un precio menor, cuando la mayor parte del rezago habitacional, según participantes de la industria, se debe de atender con construcciones de este segmento.
De acuerdo con datos del Registro Único de Vivienda (RUV), en el primer trimestre del año, de las 31,091 casas en proceso de construcción, apenas 2.33% correspondió al segmento de menor precio, al de la vivienda económica.
Así, al tercer trimestre del año en todo el país se producían 724 casas económicas. En contraste, las viviendas de casi 600,000 pesos en adelante, es decir, del segmento tradicional, medio y residencial, registraron la mayor proporción de producción, con un total de 51.7% del total registrado por los desarrolladores.
Si bien la construcción de vivienda de menor precio es una problemática a nivel nacional, casos de entidades en lo particular resaltan porque cada vez registran menor oferta de vivienda social.
Para Jalisco, el panorama es similar, pues de su producción de 2,819 casas que registró entre enero y marzo de este año, unas 314 son las que se ubican en un precio promedio de 345,000 pesos a la venta. Precios que por cierto, no se encuentran en esta región, ya que en general son más elevados que en otras ciudades del país.