Plantea firma internacional que será inminente se permita al 60% la capacidad en que pueden operar hoteles
Puerto Vallarta, Riviera Nayarit, Cancún, Los Cabos y Acapulco ya han registrado niveles de ocupación de entre 40% y 45% y se prevé que en una inminente siguiente etapa aumenten su capacidad hasta 60 por ciento por la línea ascendente que muestran semana a semana, lo cual es resultado en gran medida a una estrategia y esfuerzo en el proceso de reactivación ante la pandemia.
Así lo señala un análisis realizado por Deloitte México, el cual refiere que en septiembre, un mes tradicionalmente de baja actividad, registró un incremento de 11.3% respecto a agosto, en los viajes de placer de turistas internacionales.
Deloitte es una marca en la que miles de profesionales en firmas independientes alrededor del mundo, colaboran para proveer servicios de auditoría, consultoría, asesoría financiera, asesoría de riesgo, impuestos y servicios.
El análisis de Teresa Solís describe que en los destinos de Quintana Roo, tienen confirmados ya 15 congresos y convenciones para el resto del año que ayudaran a mejorar la ocupación. En ese renglón Puerto Vallarta sigue rezagado.
En los destinos de turismo médico, como son los fronterizos, también se observa un notorio avance: en Baja California, por ejemplo, se tiene una recuperación de 75% de la actividad que se tenía antes de la contingencia, de acuerdo con el Clúster Médico de la entidad.
En contraste, ciudades como la de México, los reportes de ocupación, a principios de octubre, fueron apenas de 15 por ciento.
Describe como el sector turístico en general, el hotelero en particular, se han esforzado aplicando protocolos de certificación de seguridad sanitaria de organismos internacionales; sin embargo, reconoce que el turismo no podrá reactivarse por completo mientras no exista una vacuna contra el COVID-19.
Por lo tanto, “mucha gente dentro del sector ha explorado el camino de la innovación, tratando de aprovechar las actuales condiciones del trabajo y la educación a distancia”.
Por ejemplo, “ante la oportunidad que representa el no tener que acudir a los centros de trabajo, distintos grupos de familias y jóvenes se han trasladado a destinos turísticos para hacer trabajo remoto en hoteles, combinando el horario laboral con actividades vespertinas o de fin de semana, como visitar la playa, irse de campamento o practicar ciclismo de montaña”.
Por lo que respecta a las ciudades, señaló que “ya también existen cadenas de restaurantes que ofrecen paquetes para trabajar en sus instalaciones, con aforos reducidos y protocolos de seguridad”.
Concluyó que el camino que tiene por recorrer la industria turística nacional todavía es largo y sinuoso, “pero la suma de todos los esfuerzos que hasta la fecha se han realizado y los que todavía se pueden hacer en la materia, sin duda, pueden contribuir a que, el próximo año, el turismo y la economía nacional lleguen a un mejor destino”.