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Gerardo Sandoval Ortiz |

Medio año del Covid-19; yerros y contradicciones gubernamentales

CONTEXTOS

 

 

 

Este viernes 28 de agosto, se cumplió medio año del primer contagio del “catarro”, como definió al Covid-19, el médico Hugo López-Gatell, el virus que ya causó más de 62 mil muertes en el país. Aquel 28 de febrero, Andrés Manuel López Obrador presumiría estar preparados y tener información de ser el coronavirus “nada terrible ni fatal, ni siquiera es equivalente a la influenza”.

En enero, en Europa y en Asia había emergencia por la agresiva expansión de la pandemia pero acá el presidente de la república, ya desde enero desdeñaba la amenaza del virus que el 8 de diciembre se registró por primera vez en una ciudad China. “No debe tener alarmas, no es tan dañino, tan fatal. Genera inquietud pero no tanta en el caso de México, afortunadamente seguimos debajo de 19 pesos por dólar”, dijo al llamar a la serenidad.

Las frases anteriores constan en la “hemeroteca” electrónica pública. Se advierte que cuando la pandemia amenazaba al país, la atención de nuestro presidente estaba en la paridad del dólar. La crisis sanitaria se le vino encima y no solo el dólar subió a casi los 24 pesos, sino que para el segundo trimestre del año, la caída de la economía es la peor desde la gran crisis mundial de los 30.

La pandemia sanitaria y la reacción de nuestras autoridades mexicanas, han sido torpes en la aplicación de sus estrategias e incapaces de corregir sus errores. El compendio de yerros debe empezar desde el infame diagnóstico del científico López-Gatell, de ser el Covid-19 un catarrito.

No estamos ciertos de si hay crueldad o perversión, o las dos cosas. Si no es nada de eso, cabe repensar que los López, Obrador y Gatell, asumen que a los mexicanos se provee de felicidad, animándoles la fantasía y creándoles ilusiones  absolutas y realidades relativas para mantener perpetuas esperanzas.

En seis meses hemos acumulado 580 mil contagios confirmados del Covid-19 y poco menos de 63 mil muertos. Son cifras oficiales. Las estimaciones no oficiales pueden ir en dos o tres veces arriba. Un catarro, una gripita, no puede ser causa de semejante letalidad. En Jalisco, el acumulado se aproxima a los 50 mil casos y unos 2 mil 400 fallecidos, cifras de la Secretaría de Salud Jalisco.

No hace muchos días que escuchamos a López-Gatell decir en una de sus comparecencias informativas que si el número de muertos llegaba a los 60 mil muertos sería una catástrofe. Nos propusimos evitar el tema pero su nuevo gazapo nos hizo organizar las antologías de las contradicciones y los más controversiales tropezones de los “científicos” del país que encabezan la batalla dada al virus chino.

Desde enero, había información de los estragos que el coronavirus causaba ya en Italia y luego en España. Los dos primeros contagiados adquirieron el virus en un viaje al norte de Italia. La reacción no fue tomar nota, capacitar médicos, acondicionar hospitales, afinar estrategias y prepararse. Más bien desestimaron las lecturas y equivocaron los diagnósticos. Ha habido total dolencia en aspectos tan básicos como negar la generosidad del cubrebocas. Decir que era un catarro ha sido un error imperdonable, impropio de un epidemiólogo que López Obrador lo presume como científico.

Los errores son propios de los humanos pero los famosos cálculos del pico de López-Gatell deben quedar para la posteridad. Tampoco supo darle lectura oportuna a la expansión y comportamiento. Al principio habló de un modelo y de éste obtuvo que serían unos 6 mil muertos. El mismo cálculo lo ha ido modificando y ahora procura eludir sus estimaciones, contagios o fatalidades. Dejó un primer pronóstico, que el pico sería ahí entre el 8 y 10 de mayo. Apenas en agosto se refleja el aplanamiento de la curva. El otro López, el Obrador, le crees a ciegas y des de abril ha quedado en ridículo al venir repitiendo que ha domado al virus, que ha logrado aplanar la curva.

El discurso y las acciones del responsable de la prevención y promoción de la salud ha sido irresponsable. Fue en contra de la ciencia cuando en aquella mañanera dijo que su jefe López Obrador era una fuerza moral, no de contagio y en consecuencia, no era una amenaza de contagio ni podía contagiarse y por lo tanto, le daba autorización para no suspender sus giras por el país. A fines de marzo, con ese “blindaje moral”, López Obrador, sin distancia ni cubreboca, llamaba a salir a las calles mientras en sus reportes diarios, sus científicos ya clamaban por el aislamiento.

Desde la segunda semana de marzo vinieron las contradicciones gubernamentales. Algunos gobiernos estatales, Enrique Alfaro de Jalisco fue uno, se adelantaron en la toma de decisiones y decretaron el aislamiento. Amlo respondió: “No dejen de salir, todavía estamos en la primera fase; yo les voy a decir cuándo no salgan”. Entonces, todo se politizó y la situación se agravó. Para fines de julio, la tercera mitad de los gobernadores exigieron la renuncia de López-Gatell. Amlo lo arropó, negó todas sus fallas y rechazó responsabilidad.

Las estadísticas muestran una realidad, distinta a la observada por nuestros gobernantes. El virus es mucho más agresivo, contagioso, expansivo, devastador y letal, como lo definieron falsamente los López aztecas. Son ya más de 24 millones los casos confirmados en el mundo y alrededor de 830 millones de muertos. Pronto se llegará al millón de defunciones y esos son muchos. No pega a los ricos, como dijo Barbosa, el gober precioso moreno de Puebla, Miguel Barbosa.

El contagio es por contacto y lo domaremos con una estrategias de lávese las manos con jabón y tome distancia, recomendaron inicialmente. Lo domaremos en  menos tiempo que le llevó a Felipe Calderón con la influenza N1H1 y seremos inmunes. Cuán equivocados estaban nuestras autoridades políticas y médicas, que incrédulos, ahora hasta se hincan ante la calamitosa pandemia que ciegos, nunca la vieron llegar. Quizá ya debemos ya creer más en los matemáticos que hacen cuentas y suman arriba de 150 mil muertos. Consideren por lo menos un rebrote, rebrotes que ya azotan en algunos países europeos.

 

Revolcadero

 

Hablando de política, nos dicen que el diputado Luis Ernesto  Munguía González, apenas leyó que el regidor José Adolfo López Solorio,  alias “el grinch”, ya había tomado la decisión de apoyar el proyecto de Diego Franco Jiménez, corrió hasta su casa para y en tono interrogativo y candoroso le ofreció: ¿Cómo podemos hacer que te vengas otra vez conmigo? La negativa del “grinch” fue contundente. Munguía había cometido un imperdonable agravio a la familia del regidor.***** Por cierto, información proveniente de la zona rural nos indica que el presidente del ejido Las Palmas, Raudel Ponce ha sido visto en pláticas con Diego Franco Jiménez, el caballo negro del grupo político del alcalde Arturo Dávalos Peña. No sabemos a ciencia cierta si en estas charlas esos dos personajes hablan de política, particularmente del proyecto político de Diego Franco. Esta semana vimos al alfil de Dávalos Peña recorrer colonias y delegaciones municipales y hemos confirmado que ha sumado liderazgos de barrio y de rancherías, cuadros que en procesos internos anteriores del Movimiento Ciudadano jugaron del lado de Ramón “el mochilas” Guerrero Martínez, el mismo grupo que le sirve de plataforma a Luis Munguía.******* En nuestra anterior colaboración hablamos de los acercamientos políticos que la regidora por Morena, Laurel Carrillo ha construido con Juan Carlos Castro Almaguer, cuyo fin último y único es allanar el camino a una posible concesión de la basura a la empresa Grupo Integral de recolección y Reciclados de Occidente S.A. de C.V., GIRRSA. Ellos dos son los responsables de la campaña “quítate el naranja”, en la cual tenía participación el director de Grupo Método Investigación, Estrategia y Comunicación, SAPI, Diego A. Torres, quien ya se deslindó. Diego Torres y Castro Almaguer se conocieron en Metepec Estado de México, cuando el último incursionó con su empresa y logró hacerse con un contrato de sus servicios. Bien, retocamos el tema porque nuestros amigos de Tepic nos han enviado información de por lo menos dos escándalos en donde aparecen de protagonistas dos hermanos del empresario que alguna vez por poco es candidato del PRI a la alcaldía de Puerto Vallarta. Hoy, como es viernes de fin de semana y el espacio está escaso está escaso, guardamos la información para la siguiente semana.

 

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