Marina Vallarta dio inicio a sus fiestas patronales en honor a María Reina de la Paz con la procesión “Bendición del mar contra la tempestad”. Este evento congreso a un numeroso grupo de feligreses que, con gran fervor, realizaron el recorrido desde la Cuasiparroquia ubicada en Albatros 270 hasta la playa Boca Negra.
La celebración comenzó en el interior de la iglesia, donde el padre Fernando Enrique Rodríguez, responsable de la cuasiparroquia, ofreció unas palabras de aliento y reflexión antes de que los asistentes cargaran con devoción la imagen de su patrona. A lo largo del trayecto por la calle Albatros y hacia la playa, los feligreses entonaron cantos litúrgicos, creando un ambiente de espiritualidad y esperanza.
Con el ocaso del sol, el padre Fernando llevó a cabo la liturgia de la palabra y la bendición del mar. Durante esta ceremonia, pidió a Dios, a través de la intercesión de María Reina de la Paz, protección ante posibles huracanes y condiciones climáticas adversas para la región. “Que los vientos y las olas obedezcan tu palabra y cesen su furia”, imploró el sacerdote, añadiendo oraciones por aquellos que han sufrido las consecuencias de fenómenos naturales, deseándoles consuelo y esperanza en el amor divino.
El padre Fernando también destacó la importancia del mar como fuente de trabajo para los habitantes de Vallarta y la Bahía, “pedimos que no nos cause ningún daño; no debemos tener temor, todo lo contrario, que tengamos un año con paz y tranquilidad”.
Las festividades en honor a María Reina de la Paz continuarán mañana, mostrando una manifestación que entrelaza lo religioso con lo festivo. Las actividades comenzarán a las 6 de la tarde con el Rosario al Santísimo y confesiones, seguidas a las 7 de la noche por la Santa Misa, que incluirá la unción de enfermos y la bendición de imágenes y artículos religiosos, en compañía de residentes de condominios del fraccionamiento.
Este año, las fiestas patronales de Marina Vallarta se presentan como una oportunidad para que familias enteras se reúnan, expresando su fe y entusiasmo en un ambiente comunitario lleno de tradiciones y valores espirituales, incluyendo residentes extranjeros.