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Gerardo Sandoval Ortiz |

Las perversas extensiones del desquebrajado PRI de la mano de Yerena

CONTEXTOS

Como se estila en los partidos políticos donde priva el desinterés y la militancia escasea, el Partido Revolucionario Institucional resolvió renovar su dirigencia local con una planilla de unidad y Juan Carlos Carrillo Flores a la cabeza, el mismo que ya despacha desde hace medio año al frente del partido.

Nadie pone en tela de duda que el PRI tocó fondo y enfrenta serias dificultades para reponerse y salir de su crisis. Carrillo Flores vivió personalmente el desdén y abandono de sus propios militantes hace cuatro meses. El domingo 11 de agosto el PRI convocó a sus quince mil miembros pero apenas acudieron 235 de ellos a votar por uno de sus tres candidatos a la presidencia del CEN priista.

El dato anterior nos es útil para dimensionar la deuda que la militancia reclama al tricolor en Puerto Vallarta y una de las razones para desentenderse de la lealtad al partido.

Obtuvimos un audio en donde se interroga al candidato único a la presidencia del Comité Directivo municipal respecto a un supuesto coqueteo político del jerarca obrero, Rafael Yerena Zambrano con el diputado local Luis Ernesto Munguía González. Hace ya meses que algunos amigos reconocidos activistas del PRI migraron al Movimiento Ciudadano para incorporarse al proyecto del diputado Munguía. Casi todos habían hecho carrera en la corriente cetemista y por ejemplo podemos citar a Susy Ortega. Sin embargo, entre los nombres que nos han mencionado que desde al PRI construyen puentes con Munguía está el ex regidor, Jorge Luis García Delgado.

Rafael Yerena no se embarcó en la causa naranja pero a algunos chiquillos les soltó la rienda y de alguna forma azuzó el proceso de “vaciado” de su partido. Cesar Abarca también dio cartillas de liberación a su grupo. Muchos de esos “agentes libres” fueron atraídos por las generosas promesas y las ofertas laborales de Luis Munguía. Munguía repartió chambas en el Seapal y en distintas dependencias del gobierno del estado y ahí hallaron acomodo chamacos que hallaron gusto por el servicio público y la grilla.

En el método de renovar la dirigencia local del tricolor, “planilla de Unidad” y votación del Consejo Político Municipal”, está el sello yerenista. Cuando el partido Acción Nacional desplazó a los priistas del gobierno municipal, se esforzaron por aplicar métodos auténticamente democráticos, elecciones a la militancia e inclusive, tomaron riesgos de abrir votaciones internas a todos los ciudadanos con credencia de elector.

El resultado fue desastroso. El priista se fracturó. Yerena y los aliados, los notables y la elite del partido, concluyeron que los priistas vallartenses no estaban listos para la democracia y aprendieron la elección. Después de sus experimentos regresaron a su “democracia dirigida” y en cada proceso interno, para renovar su dirigencia o para seleccionar a sus candidatos, recurrieron a su “candidatos de unidad” o en su defecto, como es el caso de hoy, a “la planilla de unidad”.

Desde que el partido emitió el 20 de noviembre la convocatoria, se fijó como regla madre que los miembros del Consejo Político Municipal decidirían quien será el presidente y secretario general del CDM para el periodo 2019-2022. No era necesario imponer candidatos para desalentar la participación de indeseados y se cumplió el acuerdo negociado, de permitir el libre camino a Carrillo Flores para que pidiera licencia y separarse del interinato y postular como único candidato a una presidencia de tres años.

María Concepción Aréchiga Haro completa la fórmula de Carrillo. Es una combativa dama, siempre leal y fiel al PRI, quien en su momento cúspide fue regidora en el trienio 2003-2005, con Gustavo González Villaseñor. “Chonita” es de manufactura yerenista y ese dato confirma que Yerena tiene la mano en el PRI.

Juan Carlos Carrillo, a fines de mayo pasado llegó al PRI para cubrir el vacío abierto por la renuncia de Iván “el tigre” Bravo Carbajal. La halló gusto al mullido sillón de la oficina principal del tercer piso del edificio de PRI en la calle Río Grande. Se sintió cómodo por haber contado con el calor y el apoyo que su amigo el senador, Arturo Zamora Jiménez. Carrillo Flores se empleó un periodo corto allá en el Senado al lado de Zamora Jiménez y dada su corta trayectoria, se puede decir que es un cuadro fresco del priismo vallartense.

En otros tiempos por lo menos dos aspirantes y planillas estarían apuntadas. Hoy nadie parece tener interés en tomar las tiendas del poderoso partido que gobernó a plenitud al país por 70 años ininterrumpidos.

En la última elección, los priistas se disputaron los lugares uno y dos en la planilla. Supieron a tiempo que la candidatura a la alcaldía apenas daba una regiduría garantizada y a duras penas una segunda regiduría plurinominal. Roberto González Gutiérrez fue el candidato, “ganó” con menos de diez mil votos la regiduría, pero puso distancia del PRI y se acercó a Morena. Es histórico que por primera vez PRI no tiene representación en el órgano del gobierno municipal.

Pero, si algo no pierden los priistas es la disciplina institucional. Quienes obedecen a esa disciplina con la que se formaron se mantienen leales al PRI. Serán ellos quienes en una solitaria asamblea a celebrarse el sábado 21 de este mes alzarán la mano en señal de voto y aprobarán a Juan Carlos Carrillo como su dirigente municipal. A él y a Chonita Aréchiga tocará la dura tarea de reconstruir desde las cenizas los cimientos del nuevo PRI, un PRI que regrese a sus inicios y abandera las causas justas de los ciudadanos. Sí, les urge invadan las calles, hagan campaña, casa por casa, amigo por amigo.

Solo deben esperar que el PRI Jalisco haga su movimiento, ratifique a Ramiro Hernández García al frente del CDE y deje el lugar a Miguel Castro. A ese nivel también priva el desinterés.

Revolcadero

Cuando nos entere nos que Alfonso Zamora de Santiago agarró chamba en la administración municipal nos resultó extraño. Habíamos sabido que Cesar Langarica le había dado una patada en el trasero y lo corrió de una chambita de quinta en el UNIRSE. “El Tejuinero” agarró un colmillo gordo y meses atrás, apenas obtuvo una sentencia labora favorable contra el gobierno municipal se sentía la última coca el desierto. Lo saludamos una vez en Tebelchía y hasta autor al autor publicar algunas de sus locuras contra “el lucas”. Javier Bravo Carbajal no tuvo paciencia para darle trato de diva y ordenó despedirlo de la Subdelegación Municipal de Las Palmas. Demandó, ganó y se reinstaló. Quería la subdelegación, lo mandaron de panteonero pero con sueldo de subdelegado. Quería trabajar sin cobrar y se ordenó checar entrada. Trae enojo contra el alcalde Aturo Dávalos y “las monitas” y por eso buscó calorcito con Munguía y con Juanito “el junior” Calderón Ibarría. Como tiene sueños de ser delegado municipal, se acordó de “la Feria de la Alegría”, que hace años organizó, y se dio a la tarea de pedir juguetes, dulces y donativos en efectivos a comerciantes. A éste le ofreció reunirle cientos de regalitos para los niños de su comunidad y el pasado viernes 6 se llevó a cabo el evento. El invitado estelar fue Calderón Ibarría. Éste ya le ofreció hacerle realidad se sueño. A su estilo y tono, con el castellano de su pueblo, presume a los cuatro vientos que a él nadie le hace nada.****** Ayer, a plena mañana nos reportó un cliente de la tienda La Surtidora tener a la vista a la regidora Cuquita Pulido haciendo algunas compras. Consideró cuestionable que en horas de trabajo, una regidora recorra las tiendas de la ciudad y haga compras personales. En los cubículos de regidores todos saben que María del Refugio Pulido Cruz, también María Inés Díaz Romero, no sienten compromiso por sus responsabilidades y vez en vez acuden dizque a trabajar a sus oficinas. Cuquita Pulido se preocupa más bien por proteger los 18 locales comerciales de la familia Alarcón, la de su marido, Dagoberto Alarcón. Y “Mané” le ayuda a cuidar los intereses del grupo de Ramón Guerrero y de Luis Munguía. No en vano les conocen como “las juanitas del mochilas”.******El viernes pasado publicamos que los charros y los directivos del ejido Las Juntas habían firmado un documento “promesa de compra-venta” para vender el lienzo charro. Hasta nosotros nos sorprendimos por el interés y las reacciones generadas por la publicación. Ya por la mañana del sábado nos habló un amigo de aquella comunidad para relatarnos haber sido informado que el “comprador” les había avisado a charros y al comisariado desistir de las intenciones de comprar el inmueble y los diez mil metros. Que había dicho que no pretendía comprar conflictos y sugirió resolver primero los problemas y luego retomar las negociaciones. Todo indica que es cierto la información pero precisamos que no ha sido posible confirmarlo. Al final, el documento fue eso, “promesa”, no contrato de compra-venta.