Tamaño de texto


Gerardo Sandoval Ortiz |

La intestina lucha de las tribus morenas que terminó en violencia “ajena”

CONTEXTOS

La mañana del sábado 12, varias decenas de militantes de Morena revoloteaban frente al portón del edificio 280 de la calle Francisco I Madero de la colonia Emiliano Zapata. El regidor Cecilio López Fernández gritaba a garganta abierta “fuera Los Pacos”. Atrás de él se divertía José Luis Pelayo Barraza, el de la cuestionada oficina de la colonia Independencia, y frente a ellos el diputado local, Bruno Blancas Mercado azuzaba a los suyos.

Cada líder arreaba a los suyos para “ganar” en la elección de los diez consejeros distritales, cinco hombres y cinco mujeres. Se identificaron unos diez morenos leales a Bruno Blancas más la mayor parte de los encargados de la mesa de registro. Eso le era suficiente para controlar la asamblea distrital. Hubo otros diez asociados a la regidora Laurel Carrillo Ventura y por lo menos diez del rebaño de Mónico Cervantes Ruiz.

Ese sábado, sería la presentación en campo de las tribus morenas y se disponían a medir fuerzas. La torpeza de los organizadores los atoró en las puertas del salón. Con las resistencias y los gritos del regidor Cecilio López, “Los Pacos” pudieron acreditar el registro de unos siete militantes de su grupo.

En el atorón de la puerta de acceso, se movía inquieto el barzonista Fidencio Hernández Lomelí. Los gritos y el desorden atrajeron al diputado Blancas. A él atribuyeron la decisión de imponer la condición de presentar la credencial de elector y el QR. Se suponía que el sistema de cómputo instalado debía estar conectado a la plataforma de México y dar agilidad al registro y verificar el padrón de militantes. Todo indica que llevar un padrón a modo y rasurado en Excel fue una maniobra de Bruno Blancas.

Mientras morenos de la tribu de Blancas pasaban sin retraso, el resto se quejaba de las trabas lo cual alentó el malestar hasta brotar una queja y presión generalizada. Fue en esos momentos que el regidor Cecilio López intentó alentar el repudio a “Los Pacos”. El exregidor independiente, Francisco Sánchez Peña no asistió pero Francisco “Paquillo” Sánchez Gaeta ahí estaba y sin aspavientos tomaba nota de la belicosidad del regidor y allanaba el acceso a los suyos.

Mónico Cervantes parecía entender la gravedad de la rebelión de las tribus en la puerta e inclusive, se atrevió a comentar en una transmisión en vivo que “habría que ver si esto no contraviene a los lineamientos de la convocatoria, y puede ser causa de nulidad. Del curso de la asamblea, nos quedamos con su frase fatalista: “la asamblea se está llevando a cabo con la participación muy activa del diputado Bruno”.

Minutos después que el regidor López Fernández pretendió ser el muerto del velorio, apenas pasado el mediodía hicieron su presentación varios desconocidos que a decir de los testigos iban armados y pretendieron apoderarse de las urnas.

A las 12:21 se informó que “por problemas técnicos” quedaba cancelada la asamblea.

Adentro del salón muy pocos se enteraron de las verdaderas causales que obligaron la abrupta cancelación de la elección distrital de Morena. Quienes permanecían afuera reportaron haber visto a los extraños y con armas. También que le arrebataron el celular al diputado Blancas, justo a quien adentro culpaban de los disturbios.

Lo ocurrido en Puerto Vallarta trascendió al plano nacional pero no por tratarse de un caso aislado. La elección distrital de los morenos desencadenó por razones no conocidas una serie de revoltijos y por lo menos una balacera en un distrito de la zona metropolitana de Guadalajara. Tampoco se ha identificado a los autores en ninguno de los distritos donde los “entrometidos” irrumpieron en las asambleas.

La todavía presidenta nacional de Morena Yeidckol Polevsky usó la expresión “entrometidos” a quienes armaron el barullo en la jornada sabatina.

El partido fundado por Andrés Manuel López Obrador es una entidad fértil para germinar las silvestres expresiones del descontento. Las clásicas tribus que hicieron del PRD un partido con tendencias a la radicalización y en otras veces a la violencia migraron y mutaron a Morena. Ahí hallaron cupo, diversos personajes desechados por otros partidos políticos. No exageran quienes tachan a Morena de ser el nuevo PRI del milenio, reforzado precisamente por las tribus provenientes de la izquierda.

Situémonos acá en Puerto Vallarta. Al principio de éste escrito, allá arriba, destacamos haber ubicado la presencia de militantes de las tribus o grupos de morenos vallartenses. El regidor Cecilio López simula ser un líder pero siempre mostrándose como aquellos esquiroles rompehuelgas, intolerante que por la vía violenta pretende imponerse sobre los demás.

Tribus hay muchas en el Morena vallartense. Bruno Blancas tiene a los suyos. El barzonista Fidencio Hernández jala otra rama. Laurel Carrillo tiene rebaño propio y cuando los pastorea son capaces de morder hasta a su colega el regidor Cecilio. El regidor, Luis Alberto Michel Rodríguez presume tener grupo propio. Naturalmente, la diputada federal, Lorena Jiménez Andrade, con sus asistentes de infame fama, se mueve aparte. Y súmele a todos los anteriores el grupo de “Los Pacos”. La cercanía de estos a Carlos Lomelí les ocasiona resquemores de los morenos que a su asumen dueños de la franquicia.

Con semejante diversidad, esas tribus no solo apartan pluralidad a Morena. En la corta vida, esas tribus se erigen como la peor amenaza en el municipio. Ese lumpenismo moreno bien es capaz de armas las revueltas.

En ocho distritos de Jalisco la violencia se impuso. En otras entidades se repitió el zafarrancho y el ejercicio se suspendió.

Hay quienes en privado hablaron de “la maña”, representada por los desconocidos armados que reventaron en casi la mitad de los distritos las asambleas morenas. Es mera especulación.

En el corazón de Morena se sembró la desconfianza cuando la elite nacional sembró la duda y la desconfianza. La desmedida ambición se apoderó de muchos de ellos, incluyendo a su dirigente nacional, la Polevsnky.

Con el proceso encima, “los de arriba” abrieron un debate interno alrededor de su padrón electoral, aderezado con el desbordado cruce de acusaciones de la ausencias y vacíos ideológicos y doctrinales. Las figuras de Morena en Jalisco y también “en el nacional” lucen salpicados del lodozal.

Las batallas obedecen a una razón, a la desmedida ambición que ya atrapó a los morenos. Todos se forjaron en partidos políticos donde la práctica cotidiana fue resolver sus diferencias, procesos o elecciones, convirtiendo a éstas en disputas de vida o muerte. Si esas disputas ameritan el empleo de métodos violentos, no lo pensarán dos veces para recurrir a ello.

Por lo tanto, no creemos que los “entrometidos” citados por la dirigente nacional de Morena, sea una amenaza “extranjera”. Hay muchos militantes y simpatizantes “cepillados”, la inagotable reserva morena impedida a participar en las asambleas del sábado, con pretensiones de conservar o ganar espacios y privilegios. Se multiplicaron los militantes que se dicen excluidos de un padrón manipulado. A nadie le gusta ser ninguneado ni ofendido y serán quienes habrán de aprovechar el cochinero para exigir la anulación del proceso.

Revolcadero

Consternación, pesar, indignación, desconsuelo, coraje, es el sentimiento espontáneo de los mexicanos cuando se enteró la mañana de este lunes la emboscada a un numeroso grupo de policías de Michoacán. La carnicería ocurrió cuando los policías transitaban en la comunidad El Aguaje, de antigua fama de ser lugar de origen de afamados capos de las drogas. Que habían ido a Aguililla a prestar auxilio a una señora por mandato judicial para desahogar una audiencia. La información inicial habló de 24 muertos aunque ya por la tarde, esa cifra se redujo a 13. Hay tres heridos graves y otros policías desaparecidos. Michoacán, en particular en la zona de Tierra Caliente donde se localiza el municipio serrana de Aguililla, vive una grave crisis de inseguridad y las ejecuciones masivas han sido nota cotidiana. Como que ahí, en la tierra de su odiado enemigo Felipe Calderón, los hijos y nietos no le hacen caso a los papás ni a los abuelos. No le hacen caso a Don Santo Amlo y se portan muy mal. A lo mejor, como lo descubrió Barbosa, el gober de Puebla, los castiga dio por ser malos hijos. ***** El maestro psicólogo, Juan Manuel Herrera Ávila nos ofrece algunos datos que advierten que la matriculación de alumnos en planteles públicos va en picada. Que es grave el problema de organización que afronta la educación pública de la entidad y por ésta y otras causas la tendencia de la matrícula va en caída libre. La baja de alumnado es tan visible que de 2010 a la fecha hay escuelas que perdieron la mitad de sus alumnos. Hay planteles que ya han desaparecido turnos y en otras aproximan a ello.******* En Bahía de Banderas se reportó éste lunes 14 la muerte de Chepe Flores. En el sexenio del gobernador Roberto Sandoval Castañeda fungió como delegado de Tránsito del Estado. A mediados de noviembre  de 2017, en La Cevichería de Marina Vallarta levantaron y desaparecieron a su hijo “el chepillo” José García Velasco, y a otros familiares y amigos. Otro de sus hijos, “el fede”, se haya desaparecido. El Chepe Flores mantenía estrechos vínculos con el fiscal Edgar Veytia y se le consideró financiero de Héctor Santana, quien hace una semana hizo pública su adhesión al PVEM. Apenas el 4 de julio pasado, un yerno del Chepe García, Cuauhtémoc Félix Santana, fue levantado y desaparecido. Además, también desaparecieron a Sergio Moreno, alias “el comején”, y Víctor Camacho, “el tomillo”. “Ninguno de los hechos ha sido investigado y menos esclarecidos.