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Gerardo Sandoval Ortiz |

Juan Manuel Treviño Alfaro, más vidas que un gato

CONTEXTOS

Allá en los primeros días de enero de 2012 intentaron a balazos matar a Juan Manuel Treviño Alfaro en una oficina del centro de Tepic. Presumió que él mismo desarmó y ayudó a atrapar al pistolero

El lunes 9 de septiembre de 2013, acá en Puerto Vallarta, el mismo Treviño Alfaro denunció que varios hombres armados trataron de “secuestrarlo” en las afueras de un colegio a donde acudió por su hija. Escapó escurriéndose en un aula del plantel.

La noche de este martes 9 de octubre agredieron a una persona en una lavandería del fraccionamiento Ciudad del Valle, allá en la capital el vecino Nayarit. Era Treviño Alfaro. Un solitario agresor le asestó por lo menos cinco navajazos y lo dejó moribundo. Ya el miércoles, se confirmó que las lesiones eran graves y todo indica que por enésima ocasión burlará a la muerte.

Juan Manuel Treviño Alfaro es un personaje conocido en Tepic, pero también en Bahía de Banderas y en Puerto Vallarta ha dejado su huella. Mantuvo una discreta residencia por cierto tiempo en el coto Banús, un fraccionamiento de Ixtapa. Ahí los vecinos lo recuerdan por las frecuentes visitas de opulentos jefes de policía, destacadamente un jefe en los estertores del último gobierno priista.

Cuando el supuesto intento de “levantarlo” al acudir por su hija a un colegio allá por la zona de Las Aralias, trascendieron detalles de sus andanzas en Puerto Vallarta.

En la capital cora, se dio a conocer como abogado litigante, pero fue cuando cristalizó su iniciativa de crear un espacio noticioso digital, que alcanzó notoriedad. Al mismo tiempo se involucró en conflictos diversos, algunos de tanta gravedad que le ha costado ser objetivo de violentos ataques.

Como muchos casos, Treviño Alfaro creyó que ejercer el periodismos iba implícito la más absoluta de las impunidades. En la era del internet suelen ser bastante comunes ejemplos de su tipo y con preocupante regularidad, esos periodistas se inmiscuyen en escándalos y tragedias.

Con eso en mente, “el licenciado” abrió el espacio Observador Ciudadano. Quizá por ser de los pioneros en esa modalidad de medio masivo su incursión fue exitosa. Pero esa fortuna llegó acompañada de enemistades y lo confrontó con personajes tan siniestros como el propio Edgar Veytia, el célebre “diablo” o “fiscal del diablo” en la triste época del gobierno de Roberto Sandoval Castañeda.

Monedita de oro no es Treviño Alfaro. Cuando un 12 de enero de 2012 lo agredieron en su despacho jurídico, el detenido Marco Aurelio Villegas Torres, declaró luego que fue a matarlo por mancillar el honor de su familiar. Después de eso le quedó la fama de “violador de niños”.

A nuestro personaje de hoy, como a cualquier “emprendedor” con ambiciones de Tepic le atrajo la bonanza del más joven de los municipios de Nayarit. Incomodado por sus viejos y nuevos enemigos, un día hizo maletas y se vino a Bahía de Banderas. No le fue difícil ni vivió penurias, pues de antemano había cerrado un jugoso acuerdo económico con el alcalde, Rafael Cervantes Padilla. Nos dieron una cifra de la mesada que cobraba en el gobierno de Cervantes Padilla, el ex alcalde fallecido en mayo de 2017, y le sobraba dinero para pagar una renta en el Coto privado Banús.

Juan Manuel Treviño tenía una poderosa razón para instalarse en Ixtapa. Su pareja es una catedrática del Centro Universitario de la Costa. Preguntamos y todavía hoy nos confirman que la maestra permanece en la plantilla docente del CUC. No es de nuestro interés dar el nombre, pero podemos añadir que en septiembre de 2016, lo publicamos.

De las relaciones del “licenciado” Treviño, siempre hallamos claroscuros sus vínculos con los mandos de la policía municipal. Amigos personales, vecinos de Banús, nos decían sospechar que andaba en malos pasos. Jamás nos ofrecieron alguna evidencia como para siquiera sospechar de actividades ilícitas.

Cuando aquel lunes de septiembre supimos del supuesto intento por levantarlo en un colegio, fue por qué él mismo lo hizo público a través de las redes sociales. Seleccionó una lista de periodistas y les envió información detallada. Decía que varios sujetos trataron de secuestrarlo. “Mi nombre es Juan Manuel Treviño Alfaro, soy Director General del Portal Noticioso Observador Ciudadano, hace un año y meses fui víctima de un atentado contra mi persona, logre salir vivo. Presenté una denuncia…” relató.

“Hace una hora quisieron (privarme de mi libertad) con la finalidad de asesinarme. Esto sucedió en Puerto Vallarta, Jalisco; cuando mi familia y yo recogíamos a una de nuestras hijas de la escuela, 5 personas intentaron por la fuerza llevarme con ellos dos de ellos armados con pistolas, diciendo pertenecer al cartel criminal de los zetas”.

Añadió enseguida: “Logre zafarme de los dos que me llevaban, los que estaban armados. Me les zafé y corrí al interior de la escuela, donde permanecí mientras llegaba la policía, quien llegó rápidamente al lugar por ser un lugar de fácil acceso, ya cuando vi que llegó la policía baje, pero para esto uno de los que andaba armado logro darse a la fuga con las armas, y fueron detenidos en ese lugar cuatro sujetos quienes circulaban en un vehículo Tsuru color blanco y un Minicooper del mismo color”.

De ese suceso recogimos un dato que nos extrañó. Treviño dijo que uno de esos pistoleros le gritó tener permiso del “comandante Ojinaga” para hacer su “jale”.

Bien, aquellas fechas eran las postrimerías de la administración de Gustavo González Reséndiz y tres semanas después, se estrenó Ramón Guerrero Martínez como presidente municipal.

Eran los tiempos de los “generalotes” recomendados por el gobierno federal para conducir las riendas de las policías en los municipios del país. Ramón Guerrero inició con un experimento al nombrar a Roberto Rodríguez Preciado y luego que fue atacado a granadazos y “cuernos de chivo”, designó al coronel Silvestre Chávez García. Éste se trajo de Nayarit, Encarnación Ernesto Ojinaga Ruiz para la Subdirección Operativa. Pareciera que, de acuerdo a la versión de Treviño, el pistolero se refería a este policía como quien le daría luz verde y permiso para hacer el “jale”.

El coronel no hizo huesos viejos al frente de la policía y pronto fue relevado por el mayor Rogelio Hernández de la Mata. El famoso “Ojinaga” sería quien visitaba en Banús a Treviño, siempre rodeado de sus guaruras, en dos camionetas distintas, sin distintitos de la corporación y a veces custodiados por una o dos patrullas.

En la policía municipal todos sabían que el periodista de Nayarit era amigo del mayor Hernández de la Mata y también del comandante “Ojinaga”. Con ellos era visto con cierta frecuencia e inclusive, algunos trabaron amistad y mantienen comunicación.

Pero aun sabiéndose protegido por sus amigos policías, Juan Manuel Treviño regresó a Tepic, ciudad en donde residen sus reales enemigos. Los amigos de Ramón Guerrero “el mochilas” se fueron y se le acabó su “fuero”, nos dijo en tono de broma un policía amigo consultado para los fines de esta historia.

No es nuestro amigo personal Juan Manuel Treviño, pero no por eso reprobamos su artera agresión. Alguno de sus enemigos no lo perdonó y lo atacó con una navaja en la tintorería de Ciudad del Valle. Nos enviaron imágenes minutos antes de recibir los primeros auxilios y la escena solo es terrible.

Un amigo nos llamó a eso de las tres y media de la tarde y nos dio una buena noticia. Los médicos lograron controlar las lesiones, estabilizar al paciente salvarle la vida.

Revolcadero

Una última de Juan Manuel Treviño. El 14 de noviembre del 2012 paseaba en una motocicleta por las calles de Tepic y armó un escándalo porque un agente vial le marcó alto por no portar casco de protección ni documentos. Amenazó e insulto al agente y a otros que llegaron a traídos por el zafarrancho. Un sector no fue generoso con él y lo tacharon de todo, de prepotente, pseudoperiodista, cocainómano y el Diario Crítica dedicó un título de “valientes policías municipales no se dejaron amedrentar” por encarcelarlo. Nos enviaron dos imágenes y algo nos dicen. De la cuenta oficial de “OBSERVADOR CIUDADANO” reclamaron, probablemente el aludido: “Gracias Héctor Curiel. Qué rápido te vengaste!! Por lo pronto méndigo puerco ve mucho a chingar a tu madre”. En la segunda imagen, se acusa al agente que lo detuvo de haberle pedido 200 pesos para permitirle seguir en la motocicleta. “Reconocemos nuestra infracción pero no somos partícipes de un acto de corrupción” fue el mensaje de “OBSERVADOR CIUDADANO”.******Como reza una frase tan recurrente y socorrida por usuarios de las redes sociales y que ya es de popular, “esto se salió de control. Nos referimos a las asambleas distritales que el Movimiento de Regeneración Nacional convocó para este sábado en los 20 distritos electorales de la entidad. Es tal el desgreñe y jaloneo de todos contra todos que los dueños del partido están pensando hasta en cancelar las elecciones de la votación de los delegados (cinco hombres y cinco mujeres) quienes votarán el domingo 10 de noviembre por el próximo presidente nacional. De acuerdo a la convocatoria se llevarán a cabo el sábado en el Club de Leones de la colonia Emiliano Zapata. Los encargados del proceso, con Mónico Cervantes Ruiz a la cabeza, confirmaron ya que la regidora Laurel Carrillo ni el regidor Luis Alberto Michel, y tampoco la diputada federal Lorena del Socorro Jiménez Andrade, están en posibilidades de ir a votar ni a ser votadas. Pueden ir pero en la simple de ser observadores. Lo curioso es que entre esos tres notables que convocaron a los periodistas para darles detalles del proceso estaba “José Soto”. Y a menos que nos corrijan, se trata de la misma persona que el año pasado fue candidato a regidor en la planilla del independiente, Francisco José Martínez Gil. El “tercer regidor” de la planilla que apenas obtuvo un bonchito de votos, fue José Guadalupe Soto Félix. Si hasta julio del año pasado era independiente, las “cuentas” dicen que no es miembro de Morena, no por lo menos de grado como para vota ro ser votado.******* Por cierto, nos dicen que a Héctor Gallegos lo siguen buscando por morenos locales y morenos de otras latitudes por aparecer en la tómbola y tener intactos sus derechos para asistir votar y, si lo pero ponen, hasta para ser votado. Este simple dato nos da una idea de santo desorden que se traen los morenos con su padrón de militantes. De ahí que por todos lados abundan quejas, señalamientos y denuncias entre ellos de que unos les hacen trampa a otros y que el proceso es todo sucio y nada democrático. Pero bueno, los morenos se creen los puros e inmaculados, cuando las mentiras y las traiciones están a la orden del día.