Con más de tres décadas en el sector salud, dio la batalla contra epidemias y libraba el cáncer cuando murió uno de los involucrados en el proceso de encarcelamiento de Rafael Yerena en 1996
Tras dedicarse más de treinta años a la salud pública, José Jacobo Chalita Velarde se convirtió en una baja más de aquellos que libran la batalla en primera línea contra el Covid-19, hasta que su salud se lo permitió de desempañaba como coordinador del área de la SSJ en el municipio de San Sebastián del Oeste.
Con más de una década se haberse desempeñado como director del Centro de Salud en San Sebastián del Oeste, el doctor Chalita como era conocido el galeno que también fue dos veces director del DIF municipal en Puerto Vallarta, un personaje difícil de olvidar por su carácter y bromista como él solo, pero preocupado por mejorar los servicios de salud y asistenciales, tanto ambos municipios.
La primera vez que se desempeñó como director del Sistema DIF en Puerto Vallarta, fue en la administración municipal, encabezada por el también médico, Efrén Calderón Arias.
Mientras que en la SSJ llegó a ser el titular de Sanidad Internacional, en donde también podrían relatarse infinidad de anécdotas con una desfachatez con un estilo que causaba empatía en vez de acarrearle críticas.
Regresó a la dirección del DIF en el interinato que cubrió en 1994, Rafael Yerena Zambrano. En ese afán de apoyar a las personas de la tercera edad que demandaban las tarjetas del entonces INSEN (Instituto Nacional de la Senectud) tras meses de que estas acreditaciones no llegaban, se le hizo fácil mandar a imprimirlas aquí con el logotipo del Insen y hasta con número de folio. Repartió tantas que la situación genero una investigación por parte de las oficinas centrales del Insen, que puso en riesgo hasta de perderse la delegación de esa institución en el municipio. La libró porque tuvo a bien ponerle la leyenda de “provisional” a las credenciales apócrifas y porque demostró que no actúo con dolo. Ese era Jacobo Chalita.
Un pasaje de esa trayectoria en el servicio público que tiempo después en 1996, fue un implicado en el proceso que llevo al ex presidente municipal interino, Rafael Yerena Zambrano a pasar una noche en el entones Reclusorio Regional, cuando Chalita Velarse pretendió cobrar un cheque expedido extra temporáneamente, sin embargo Jacobo Chalita la libró del encarcelamiento al huir de la ciudad e irse a esconder con familiares a Tepic, hasta que paso el riesgo de ese proceso del que finalmente Yerena Zambrano fue exonerado.
Sin dejar su plaza en la SSJ, en una etapa de su vida de abusos, pero que le hicieron ser más humano y no perder la ironía que le caracterizaba, fue reasignado al frente del Centro de salud de San Sebastián del Oeste, en donde también llegó a dar clases a nivel bachillerato,
Con una fuerza de espíritu que le hicieron encarar el cáncer de pulmón, sin perder el sentido del humor, ni el espíritu de servicio que le hizo dejar huella en el municipio serrano, en donde participó activamente para lograr que hace pocos años se declarase como municipio saludable, se le recuerda también por un andador saludable para que pudiesen transitar personas de la tercera edad que les costaba cruzar brechas.
Con unas seis décadas de andar por la vida, la mitad de una vida dedicada a la salud pública y asistencia social, manteniéndose optimista porque iba superando el cáncer de pulmón, con la quimioterapia y la extirpación de un pedazo del pulmón, trascendió entre sus colegas que hace poco se contagio del SARS-Cov-2, cuyas complicaciones y el sistema inmunosuprimido, además la diabetes y antecedentes de tabaquismola noche del miércoles se produjo del fatal desenlace.
Una trayectoria en la atención en la salud pública de más décadas en las que trabajo en contra de diversas epidemias y enfermedades que se registraron en los últimos treinta años. Pudo librar batallas desde la atención a la salud contra el paludismo, la tuberculosis, la polio, el dengue hemorrágico, el cólera y el VIH, entre otras como el temor del ántrax o el Ébola, hasta que llegaron los tiempos del coronavirus.
Descanse en paz, Jacobo Chalita.