La Asociación Mexicana de Empresas para la Atención de Cruceros Turísticos (Amepact) está considerando solicitar una extensión de un año para la implementación del nuevo impuesto que afecta a las empresas de cruceros en México. Este gravamen, previsto inicialmente para entrar en vigor en junio, ha generado preocupación en el sector, llevando a las empresas a reunirse con la Secretaría de Turismo (Sectur) para discutir sus implicaciones.
Arturo Musi, presidente de Amepact, indicó que se están llevando a cabo mesas de trabajo con representantes del gobierno, donde han expuesto los posibles daños económicos que podría acarrear el nuevo impuesto. «Esperamos que haya eco en las autoridades», afirmó Musi, resaltando la necesidad de encontrar soluciones antes de que se acerque la fecha límite de seis meses para la implementación del gravamen.
Actualmente, los pasajeros que llegan en cruceros a México se beneficiaron de un régimen de exención de tránsito, conocido como DNR (Derecho de No Migrante). Sin embargo, Musi enfatiza que este nuevo impuesto cambiaría las dinámicas de llegada y gasto de los turistas en los destinos mexicanos, provocando una caída significativa en la derrama económica local.
El directivo de Amepact reconoció que persuadir a las autoridades para que reconsideren el impuesto representa un desafío considerable. No obstante, es esencial continuar con la defensa del sector, que genera miles de empleos y contribuye al desarrollo económico de las comunidades costeras.
Musi mencionó que el impacto previsto del nuevo gravamen podría resultar en una disminución del 80% en la derrama económica de los cruceros. «Hay que recordar que los turistas que llegan a los puertos mexicanos suelen desembarcar con gastos significativos en taxis, restaurantes, y otras actividades turísticas», explicó, enfatizando que la situación podría cambiar drásticamente si el impuesto se mantiene.
Además, esta problemática se complica por una posible nueva tributación en Estados Unidos, impulsada por el gobierno de Donald Trump, que también afectaría a las navieras. Aunque esta es una posibilidad remota, ya ha repercutido en el mercado accionario, provocando caídas notables en los precios de acciones de grandes cruceros como Carnival, Royal Caribbean y Norwegian.
Con el panorama actual, los actores del sector de cruceros están en alerta, esperando que sus argumentos sean escuchados y tomando medidas anticipadas para proteger no solo su negocio, sino también la economía de las regiones que dependen de la llegada de turistas por mar. La solicitud de extensión se perfila como un paso crucial para asegurar la estabilidad de la industria en los próximos años.
A medida que avance el debate, Amepact continuará trabajando en conjunto con la Sectur, evaluando los impactos y buscando alternativas que beneficien tanto a las empresas como a las comunidades locales.