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Gerardo Sandoval Ortiz |

El sello de movilizaciones en defensa del INE: civilidad y unidad

 

CONTEXTOS

Gerardo Sandoval Ortiz

 

 

Vicente Fox, José Woldenberg, Elba Esther Gordillo, el empresario Claudio X González, no personifican ni encarnan la democracia y menos como la entiende Andrés Manuel López Obrador, pero si borramos su asistencia a la marcha por la defensa del INE, a la vista no se abrirán vacíos en la marcha por Reforma y la multitud permanecerá inalterable.

Quitarle 10, 20 o 200 personas a una masa de 60 mil almas, como registra López Obrador la asistencia, son poco más que nada. Los señalados son, para la obsesión sobre ellos del presidente de la república, quienes vienen de viejos encontronazos que devinieron en rencores personales.

Las marchas vistas en medio centenar de ciudades del país en contra de la reforma político electoral desde las mañaneras del Palacio nacional, tensó la polarización que desde la alternancia vive el país. Las provocadoras imágenes captadas en un video de una legisladora trans de Morena, la que dijo dedicarse a la prostitución, nos hacer observar que los participantes en la movilización nacional se aplicaron a una estricta disciplina y eludieron a los incitadores. No se reportó ni un cristal roto, algo muy característico de las marchas citadinas de hoy. Asimilaron las etiquetas de clasistas, racistas, discriminadores y todas las linduras de personas que dice Amlo son.

López Obrador abrió la semana como concluyó la anterior, tirando lumbre a sus fantasmales enemigos como el expreso de Texas, Nolan Ryan. La marcha en contra de sus reformas y en defensa del INE, fueron un “striptease” político de los conservadores”. El mensaje tuvo por destino a todos los manifestantes en las ciudades del país, sin excluir Puerto Vallarta.

Dejemos de lado si por Reforma, del Ángel de la Independencia al Monumento de la Revolución, marcharon 60 mil, 100 mil o 200 mil personas. La cifra última la pronunció unos de los organizadores. Pero quedémonos en  una cifra media, en 100 mil o en 120 mil, nada despreciable. Es más, el dato de Amlo, 60 mil asistentes, es suficiente para preocupar en el palacio y explicar la ira gritada en “la mañanera”

En Puerto Vallarta hubo convocatoria y por las expresiones recogidas son de satisfacción plena. En la explanada de la unidad deportiva, frente al hotel Sheraton, se reunieron alrededor de mil marchantes. En camino a la sede de la Junta Distrital del INE, se unieron otros ciudadanos. Dicho contingente se unió a otro grupo de ciudadanos que por distintas razones optaron por trasladarse frente al INE.

El empresario, ex alcalde y ex diputado federal por el Partido Acción Nacional, Fernando González Corona se animó a dar la cara en este tipo de eventos. El último público, tal vez sea de cuando marchó por el malecón en apoyo a Salvador González Reséndiz y a su polémico proyecto de rehabilitar dicho paseo. Jorge Villanueva Hernández, quien alguna vez fue diputado local por el PRI, se tomó en serio la organización y orador principal.

Sin desdeñar la cifra de la asistencia, mil o menos, quien sepa de esto, estará consciente que así hayan sido 500, es un número que en Puerto Vallarta es una hazaña lograda por muy pocos. Claro, al peor candidato a una alcaldía o diputación, le basta anunciar a un cantante o banda de moda y llenará cualquier explana de eventos masivos.

Lo que fue una lástima y mereció alguna crítica, fue el discurso y el orador. El primero, sin contenido ni sustancia, y el segundo, asignado a un Villanueva que carece de ese ángel, que no posee la elocuencia de ese líder capaz de persuadir y mover a las masas.

Entre caras y rostros, concurrieron algunas figuras de la vida política actual, tales como el dirigente local del PAN, Ricardo Uribe, el ex regidor por el PR, Jorge Luis García Delgado, Marijosé Zorrilla, el activista Héctor “el teto” Ramírez Betancourt, Silvia Álvarez. Entre ellos y ellas, destacaba la defensora de los derechos humanos, María Nicolasa García Reynoso, que cuando fue identificada, la llamaron al templete y sin proponérselo, por haber sido consejera ciudadana de la junta distrital del INE, se erigió en el símbolo de la movilización local.

María Nicolasa fue llamada al templete. La defensora de los derechos humanos fue alguna vez consejera electoral en la junta distrital.

Las ácidas arengas lanzadas desde las comodidades que ofrece el Palacio Nacional no contienen la pólvora que haga mella en las manifestaciones populares preciosamente porque se anularse por su origen y destino. Es un instrumento lanzado desde la línea de autodefensa de los creadores de la iniciativa de reforma.

Es claro que López Obrador lanzó sus dardos destinados a ciertos personajes, a Vicente Fox, a un empresario de nombre Claudio X González, a Elba Esther Gordillo. Sus dedicatorias a José Woldenberg traen mucho veneno. Pero también citó a Roberto Madrazo, aquel priista que o venció hasta en dos elecciones estales, su paisano al que parece guardarle especial rencor.

Tenemos dudas de si “el Gío” García Delgado, Marijosé Zorrilla, “el teto” Betancourt, Silvia Álvarez, Jorge Villanueva o González Corona, se sumaron a las movilizaciones por haber perdido “privilegios”. María Nicolasa García Reynoso, se hizo en la lucha y con un título de profesión por ahí anda en la brega diaria. En sus peores días, buscó emplearse en el INE y en el IEyPC, y en efecto, al cabo de años enfrentada con el panismo, incluyendo los que luego brincaron al Movimiento Ciudadano, aceptó la invitación de Arturo Dávalos para desde el gobierno municipal, defender las mismas causas.

Los organizadores estimaron en 1 mil 300 vallartenses en la movilización local, todos sin distingos de clases y con algo en común: En Puerto Vallarta también hay quienes defienden al INE. Lo dijo Villanueva, ellos son los que creen que desaparecer al INE es el camino para establecerse un régimen autoritario, como ende los 70.

 

Revolcadero

 

Por cierto, el empresario del farmacéutico y hospitalario (fundó aquella desaparecida cadena de Farmacias CMQ y los Hospitales del mismo nombre) Jorge Villanueva Hernández informó que la lucha apenas empieza y que los siguientes pasos será convocar a más reuniones informativas, incluyendo jornadas de volanteo y reparto de información impresa. Supimos que los primeros invitados fueron asistentes a la marcha del domingo y todos se dijeron dispuestos a la lucha por la defensa del INE. Así es que en los siguientes días tomarán los cruceros para dar puntual información y que nadie acuse desinformación. Que nada de acarreados, solo ciudadanos conscientes y decididos por impedir el desmantelamiento del árbitro electoral.******El pasado sábado 12 de este noviembre, trascendió el fallecimiento de Héctor García Lugo. Fue en vida un periodista y empresario del ramo, especializado en la información policiaca, y con mucho entusiasmo se aventuró a vivir la experiencia en la administración pública. Entonces ocurrió lo inesperado. Algo no funcionó en la familia y buscó nuevos horizontes que lo llevaron a interrelacionarse a grupos étnicos y con ellos exploró en la rama de la medicina herbaria. Los trajo a Puerto Vallarta y de ves en ves organizaba un “tianguis” en la plaza Hidalgo y otros sitios de la ciudad. Intentaba abrir mercado a sus productos medicinales. Sus reapariciones en los últimos años fueron  cada más esporádicas hasta que el sábado se hizo público du deceso.*******  A Héctor debimos conocerlo en los primeros días del año 1990 después de la salida del reportero de la fuente policiaca de Tribuna de la Bahía, José de Jesús Tapia. García Lugo era el reportero de Vallarta Uno y por esos días, ya disponía de uno o dos ayudantes personales. Disponía también de uno o dos vehículos parta darle cobertura a los sucesos de la violencia de la ciudad. El centro de la información para el reportero de la fuente era el Ministerio Público auxiliar adscrito a la Cruz Roja, casi frente a la esquina donde por esos años nacía la tienda de Don Chuy Flores, “el coyul”. Era frecuente que “el licenciado” en turno entregara a su relevo “cero novedades”. Turnos de 24 horas, sin hechos de sangre, sin levantar denuncia por el robo de alguna gallina, un cochi o una chiva en El Pitillal, Ixtapa, Las Juntas, en Los Ramblases. Sin sangre ni muertos que reportar, era cuando García Lugo hacía gala de su clarividencia y olfato de investigador. Sacaba su “lupita” de “Detrás de la Pista”, su columna especializada en asuntos rojos, y poco le faltaba para revivir muertos o hallar a los asesinos. Su columna hizo época, sin duda de lo más leídos por aquellos años. Cierto fin de semana nos invitó a hablar sobre un tema. La cita fue en un lupanar que apenas se abría la puerta se percibía un ambiente de miedo, al que jamás regresamos. Nos invitó a un proyecto al que iba junto a Humberto Aguilar, el otro pilar del diario de Luis Reyes Brambila. Semanas después nació El Sol-Policías y Ladrones. La sociedad con Humberto Aguilar aunque exitosa en una primera etapa, se rompió y después  salió a la calle “El Sol Siempre Libres”, donde podía faltar tinta y papel pero nunca un reportero. Sí, esa fue la escuela de varios reporteros. Hasta el padre Gamaliel Fregoso, uno de sus acólitos, lo extrañará.