Fue en octubre de 2015 cuando el huracán más peligrosos jamás registrado que puso en estado de emergencia en este destino turístico que protegió la sierra madre
La alerta máxima que se encendió aquel jueves 22 de octubre de 2005 en Puerto Vallarta, estba el estado de emergencia por huracán “Patricia” que se desplazaba con ráfagas de vientos de 350 km/h y de 400 kilómetros en sus momentos más temibles; y con olas de hasta 12 metros en la costa hacia este puerto convertido en un monstruoso huracán de categoría 5, la más fuerte que se haya registrado jamás en el hemisferio occidental y que según los meteorólogos podría causar una “catástrofe al tocar tierra”. Los vallartenses se preparaban para el impacto pronosticado para el viernes 23 de octubre.
Habían transcurrido apenas tres semanas de la primera administración municipal presidida por Arturo Dávalos Peña, en plena temporada de ciclones, recuerda Adrián Bodadilla García, también apenas designado como subdirector de Protección Civil y Bomberos al rememorar aquellos momentos que hace cinco años mantuvieron activas las alarmas al nivel máximo, por el monstruo que era Patricia, se había declarado el estado de emergencia en este municipio.
En los hoteles los turistas formaban largas filas para partir, sin embargo miles y miles quedaron varados al cerrarse el aeropuerto internacional. En los supermercados y tiendas de conveniencia, se había compras de pánico.
Mientras que en la franja turística, sobre todo en la zona de playa y el malecón, los propietarios pegaban laminas de triplay y/o colocaban bolsas de grava y arena frente a los negocios. En las estaciones de gasolina también se acababa el combustible por esas compras de pánico.
En las zonas de riesgo, sobre todo aquellas en asentamientos irregulares, se evacuaba a los pobladores para ser trasladados a los refugios temporales que se habilitaron, aun cuando tenía unos veinte días de haber comenzado esa administración municipal al haber llegado en el mes cuando suelen registrarse los huracanes más peligrosos como aquel que sucedió el 24 de octubre en 1924 o el “Kenna” el 25 de octubre de 2002. Ya se había instalado desde semanas antes el Consejo Municipal de Protección Civil y su comité científico por lo que estaban ya conformados cuando se declaró el estado de emergencia por “Patricia”, comenta Bobadilla García.
Así llegó el viernes 23 de octubre de hace un lustro, Puerto Vallarta amanecía con una calma chicha. Hasta el entonces gobernador, Aristóteles Sandoval, a bordo de una patrulla escoltada por una decena de vehículos oficiales, el mandatario estatal recorrió una veintena de veces el malecón del centro turístico. Instaba a los habitantes a protegerse ante la posibilidad del impacto del huracán “Patricia”.
En el centro de control, el alcalde, Arturo Dávalos Peña al igual que las demás autoridades de Protección Civil de los tres órdenes de gobierno, velan armas para hacer frente a la emergencia. El gobierno estatal llamaba a todos los habitantes de la costa de Jalisco —desde Cihuatlán hasta Puerto Vallarta— que se resguardaran en un lugar seguro antes de las 14:00 horas.
Al final del día, en Puerto Vallarta el impacto del meteoro quedó en una llovizna. La situación fue muy distinta en la costa Sur de la Entidad.
Al llegar la noche, Patricia ya dejaba daños en fincas y caminos, además de ríos y arroyos desbordados. Las afectaciones no eran cuantificadas. Al final del día había comunidades aisladas, sin energía eléctrica y sin comunicaciones. Sin embargo Puerto Vallarta se salvó del embate del considerado el huracán más peligroso de la historia.
Patricia chocó entre la noche del viernes y la madrugada del sábado con la Sierra Madre Occidental y la fortaleza de ésta lo degradó primero a categoría 4 en Saffir-Simpson, luego a tres y sucesivamente hasta la categoría 1 en el amanecer del sábado. Luego la empujó hacia dentro del territorio, hacia la otra sierra madre, convertida en tormenta y luego en depresión tropical.
(Con información de notas aparecidas en El Información y El Economista el 24 de octubre del 2o15)
