En los primeros diez meses del año llegó hasta el 50% reducción del PIB que genera este sector, esperan que del 35% al cierre del 2020
A poco más de un mes de que termine el año, el estimado es de que la afectación económica en el sector turístico de México será de aproximadamente el 50 por ciento de lo que se capta en un año convencional, sin embargo por el buen cierre que están teniendo los principales destinos de playa, incluyendo Puerto Vallarta, podría reducirse hasta cerca del 35 por ciento.
Estudios realizados por organismos como el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) y el Centro de Investigación y Competitividad Turística Anáhuac (CICOTUR) estiman que el PIB turístico caerá este 2020 un 45.4%, como consecuencia del desplome de los ingresos, la reducción de los costos de las empresas, la quiebra de otras y la ausencia de un programa de apoyo gubernamental –tanto fiscal como crediticio- como se ha otorgado en otros países.
El consumo turístico será menor este año en 49.3%: el doméstico bajará 48.8% y el internacional 51.8 por ciento. Derivado de ello, las ventas de la industria tendrán una reducción de 1.6 billones de pesos, esto es, unos 70,000 mdd.
El consumo en un año convencional era de 3.2 billones de pesos, con lo que el tropiezo sería del 50%, pero si continua la mejora en destinos como Puerto Vallarta, Los Cabos y Cancún podría reducirse a 35%.
Es difícil hacer un pronóstico para lo que vendrá después, entiéndase la recuperación del sector, y ni siquiera los especialistas se ponen de acuerdo.
Para el CICOTUR, la actividad turística mostraría una mejora más firme para la segunda mitad del 2021, aunque con una capacidad menor porque muchos prestadores de servicios han cerrado sus puertas.
De hecho, subraya, se hay manejado la pérdida de un millón de empleos turísticos formales, pero esa cifra incrementaría si se suman los informales. También en captación de divisas se cree que el desplome anual será del 50 por ciento.
En general la catástrofe turística global cerrará el año con una baja del 70% de los flujos, lo que equivale a 1,000 millones de viajes menos. Así que si se perdieron la Semana Santa y el verano, el fin de año aunque mejorará, el sector seguirá bastante lastimado.
