Los graves efectos provocados al sector turismo por la pandemia de Covid-19 en México ya ha provocado que las arrendadoras de autos saquen de la circulación hasta tres cuartas partes de sus flotillas por la carencia de clientes, y esta situación desde luego es notoria en los destinos de playa, como Puerto Vallarta.
De acuerdo a la Asociación Mexicana de Arrendadoras de Vehículos (AMAVe), en México existe un parque vehicular de 35 mil automóviles para renta diaria, de los cuales solo cerca de 8 mil 750 unidades están activas actualmente, lo que significa que cerca de 26 mil 250 vehículos salieron de circulación por la caída en la demanda del arrendamiento.
Lo anterior, según estimaciones y datos de la propia AMAVe y de la empresa en línea Rentcars, de acuerdo a los cuales las empresas del ramo viven una crisis financiera.
En abril y mayo, cuando comenzó la emergencia sanitaria en México, las arrendadoras automotrices operaron apenas con 10 por ciento de sus unidades y a la fecha mantienen apenas 25 por ciento de sus vehículos en oferta.
No se prevé que se recupere en el corto plazo el sector turístico porque no hay apoyo del gobierno. Según Rentcars, en la normalidad Puerto Vallarta se encuentra entre los destinos de playa de mayor demanda junto a Cancún, Playa del Carmen, Los Cabos y Mazatlán.
En el destino operan al menos 15 empresas y algunas como AVIS, Alamo, National Car, entre otras, informan que han tenido que bajar costos de operación para sobrevivir.
En línea con el ahorro de costos, ante la baja demanda de renta, algunas empresas en México vendieron vehículos que no usaban para bajar costos dedicados a mantenimiento de las unidades, lo que puso mayor presión en el mercado automotriz del país que cae a ritmos superiores a 30 por ciento.
A diferencia de la renta de autos, el préstamo de camiones y camionetas creció en la pandemia, impulsado por el comercio en línea y el mayor movimiento de productos perecederos en supermercados. En el segundo trimestre de 2020 fueron rentadas 225 mil 724 unidades, 19 por ciento más que el mismo lapso de 2019.
Las empresas ansían, como el resto del sector turístico, que aumenten los flujos de visitantes a los destinos, pero la recuperación está resultando más lenta de lo esperado.