CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
Cuando recibió la invitación a hablar de su partido, aquel viejo amigo priista sorprendió con la respuesta. “El PRI que no alcanzó registro en QR o el PRI que ganó 5 gubernaturas?”, preguntó.
Entre los priistas de viejo cuño, le es de mucha gracia la debacle del Partido revolucionario Institucional después de las elecciones de 2018. Se pudieron recuperar de aquella estrepitosa caída del 2000 cuando Vicente Fox los echó de Los Pinos, regresaron en el 2012 pero el acantilado de hoy está muy empinado.
El PRI, junto al Partido de la revolución Democrática y Acción Nacional forman la alianza Va por México y juntos se alzaron apenas con dos de seis gubernaturas en juego el este último domingo. Esta semana refrendaron su decisión de coaligarse para la elección presidencial del 2024.
Hasta las últimas elecciones, como partido hegemónico, el tricolor era un partido receptor de los desechos de los demás partidos políticos. Quién no hallaba cabida en su partido, o más bien, quien no era premiado con la ansiada candidatura en el PAN, en el PRD, en otros, podía hallar cobijo en el todo poderoso PRI.
Ahora, cuánta razón hay en la afirmación de haber una alianza natural denominada “PriMor”. Junto al “prianismo”, son las dos bandas en las que corren los prianistas en su peregrinar para mantenerse en la primera línea política.
Morena, el partido que fundó Andrés Manuel López Obrador hace apenas 8 años, sustituyó el papel que por muchos años desempeñó el PRI. Se puede sostener que Morena se construyó de una pedacera desprendida esencialmente del PRD, pero también se alimentó del PRI y del PAN. Si consideramos los espacios que en el gobierno federal tomaron priistas y panistas, se infiera que ellos han tenido mayor peso comparados con los izquierdistas que por años pulularon la chiquillada de partidos.
Debemos precisarlo; estamos en el tema de los chapulines. El Movimiento Ciudadano, no pudo ganar el gobierno del estado si no es por la aportación decidida de una muchedumbre que del PAN se desprendió al MC desde los comicios de 2012 y que ya para el 2018 tomó por asalto al partido creado por Dante Delgado Rannauro. Enrique Alfaro pudo ser gobernador por el apoyo de los panistas. ¿Acaso el MC, con Ramón “el mochilas” Guerrero Martínez no llegaron del PAN a ganar la alcaldía por el color naranja?
López Obrador viene de la vieja escuela del político mexicano pero confunde cuando dice no ser él igual a los de antes. El político tradicional echaba el pecho al frente presumiendo los principios y valores de su partido, sea el PRI o el PAN. (Habrá de considerarse que después del PRI y PAN, ningún otro partido de los de hoy se fundó antes de 1990).
Ni idea tenemos de quién acomodo la frase que a los chapulines de la política les calza a la perfección, que a la letra dice “estos son mis principios, y si no les gustan, tengo otros”. ¿Fue el inquilino del Palacio Nacional? De López Obrador solo recordamos que acuñó la del “yo tengo otros datos”. Pero la de Groucho aplica él, pues del PRI, saltó al PRD, luego fundó Morena e inclusive, en alguno tiempo se movía entre los del Partido del Trabajo.
Entonces, propenso a las excusas, López Obrador representa el prototipo del político aspiracionista que, despojado de principios ideológicos, no tiene empacho en acercarse al pragmatismo liberal para alcanzar sus objetivos políticos y saciar sus apetitos personales.
En Jalisco, el PRI se vació desde la campaña 2018 y ya para la campaña 2021, el partido era un cascaron en todo el estado. Los tránsfugas corrieron a Morena y también al MC. Los dos aplicaron la misma estrategia, consistente en abrir las puertas a quien se les tocara. Al fin y al cabo, solo Morena y el MC fueron vistos como la garantía de portar nuevo disfraz era el boleto para hallar acomodo en alguna nómina, federal, estatal o municipal.
¿Y lo principios? Eso no se come, como tampoco los principios, valores. Con algo de arraigo se puede todo eso subsanar.
¿La ideología? Eso es subjetivo
Los viejos políticos solían comparar la política como el fanatismo que cualquier vecino le tiene a un partido de futbol. Pero ya hace años que apelando a que son profesionales, los deportistas cambian de camiseta como ahora los políticos cambian de partido. “Ya no hay amor a la camiseta” pregonarán los viejos hinchas del Chivas al ver irse al Atlas un prometedor novato o una de sus figuras.
Naturalmente, tanto choteo ello no significa por decreto descalificar a las figuras y figurines de la política. El profe Luis Michel, tan vilipendiado como desairado cuando fue miembro del PAN, ni siquiera era miembro de Morena cuando fue candidato, compitió y ganó la elección y alcanzó los cuernos de la luna.
¿Michel profesa principios y valores como los de Amlo? Si tomamos como que apenas protestó como alcalde se encerró en un lujoso hotel y con música clásica, ofreció una comida amenizada con un tenor. El pasado fin de semana festejó a lo grande el primer aniversario de aquella victoria electoral.
No. Michel no comparte eso de la austeridad republicana y menos de la pobreza franciscana. No tiene a su disposición un Jetta como el de Amlo. Se transporta en un convoy de lujosas camionetas. Si a Amlo lo cuida el pueblo, Michel se hace cuidar por un batallón de escoltas. Su familia, su esposa, los hijos, toda la familia, también se conducen con un ostentoso aparato de seguridad. Michel, más bien se acerca al perfil del empresario metido a la política, al PAN, no a Morena.
Revolcadero
El barzonista Fidencio Hernández Lomelí, informó esta semana haber hecho el viaje a Guadalajara y que en la capital del estado se reunió con el gobernador Enrique Alfaro Ramírez. A sus seguidores les explicó haber sellado el compromiso con el ejecutivo estatal de obtener ayuda, un financiamiento y con esos recursos o crédito, los necesitados puedan adquirir un nuevo vehículo y reparar el viejo automotor que por las mismas razones no esté en condiciones de pasar satisfactoriamente la verificación vehicular. Dijo que su movimiento El Barzón firmaría el debido compromiso con el gobierno estatal pero en lo individual, también lo hará quienes accedan al programa. Agregó Fidencio, que serán los residentes de las rancherías rurales, también de las colonias populares de Puerto Vallarta los que tentativamente pudieran ser beneficiarios. Lo que no es del todo claro es si solamente miembros del Barzón, o que para recibir el beneficio, deberán afiliarse a dicho membrete.****** La Secretaría de Salud de Jalisco informó que ocho hombres y tres mujeres, once en total, todos asistentes a la fiestas en el Mantamar Beach Club acudieron al llamado de acudir por atención médica ante sospechas de haber sido contagiado de la llamada Viruela del mono. Ya pasó el susto por aquel caso del médico tejano que vino a las fiestas del Pride Vallarta 2022 y al que le detectaron el virus pero escapó a su país después de tener los síntomas del virus simi. El Mantamar Beach Club es sede de las fiestas más fastuosas que la celebración gay que cada año se celebra en este puerto y uno de los asistentes fue el extranjero que de regreso ya en Texas se puso en manos de los doctores y arrojó positivo. ****** Ya para cerrar la semana, diremos que varios personajes de la política local nos han confiado que poco a poco madura la idea de construir un frente, en un principio sin colores ni partidos, para unir esfuerzos y presentar una candidatura para las elecciones locales de 2024. Que se trata de un solo y único requisitos: la única condición y requisito es que todos acepten despojarse de sus aspiraciones personales y enfocarse en el objetivo de ganar la elección. Por separado, nosotros hemos escucha voces de militantes del PRI, del PAN y del MC. El reto no es menor, es grande. Si se conjunta el equipo van a poder alcanzar la meta la que por cierto, dado los gazapos y escándalos que hila un día sí y al otro también el régimen de la 4t, se antoja es alcanzable.