CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
Cierto día Fernando González Corona, hará cosa de dos décadas atrás, exigió vender más periódicos. “Vender no es problema y menos en lunes; espérate el fin de semana”. El sábado y domingo inmediato, el Tribuna de la Bahía publicó en portada una entrevista con cierto líder local del narcotráfico que reclamaba diciéndose perseguido y exigía un mejor trato informativo y rayaba en la intimidación aunque nunca con amenazas directas.
Para el sábado y domingo se ordenó por oficio imprimir ejemplares más de lo cotidiano. El jefe de circulación estaba feliz el lunes. Reportó una mínima devolución de periódicos.
Ya el lunes, González Corona se comunicó. Estaba furioso. Llamó al autor a su oficina. Ya estaba ahí el jefe de la policía, un tal Elías. Pedro Ruiz Higuera era el presidente municipal (2001-2003). El funcionario llevó en mano una carpeta con información confidencial que aludía al personaje que ese fin de semana con su entrevista elevó las ventas del diario del magnate de los tiempos compartidos.
¿Qué ocurrió después? que González Corona cuestionó la forma de vender periódicos –por el contenido- y ordenó regresar al periodismo tradicional. “Querías vender periódico y te acepté el reto. Te dije que era fácil y jamás preguntaste cómo lo íbamos a lograr”, se le dijo.
Decía un experto en el tema de los medios de comunicación que perder lectores es de lo más fácil, que ganar, y más recuperar los perdidos era lo difícil. Es cierto. Pero existe esa fórmula sencilla que por décadas ha permitido vender millones y millones de ejemplares a periódicos y revistas. Es el llamado “amarillismo”. Entonces, lo primero que un empresario debe determinar es la información con la cual se propone ganar lectores.
Lo anterior lo exponemos debido a la amenaza que un grupo criminal lanzó a través de un video a una periodista y varios medios nacionales. Se queja del modo y trato con la que han abordado la violencia en la llamada tierra caliente de Michoacán, donde el grupo quejoso percibe que el periodismo se carga a favor de sus adversarios.
En la era digital, Grupo Milenio se ha posicionado como uno de los líderes, en franca competen con el diario El Universal, otro de los citados en la amenaza. Ignoramos si tratar temas de la delincuencia les ha permitido ganar audiencias pero no lo dudamos.
Cuando Julio Scherer entrevistó y publicó en Proceso, abril del 2010, a uno de los capos sinaloenses, la revista se agotó a horas de salir en circulación.
Sin embargo, ejercer el periodismo hoy en día es de alto riesgo. El peligro acecha en cualquier esquina. Si antes había que cuidarse de funcionarios públicos, de comandantes mafiosos de las infames policías federales, de políticos corruptos, de delincuentes de cuello blanco, desde hace algunos años la delincuencia organizada puso en la mira a los periodistas. Ellos sabrán motivos o causas del porque los asesinan pero recordemos que no hace mucho se acuño el término de los narcoperiodistas y a más de uno de encarceló por supuestas migas o complicidades con malosos.
Los periodistas locales especializados en la bien llamada “nota roja” bien saben de casos en donde ha habido reparto de dinero a través de “representantes” o abogados a cambio de un buen trato en la prensa, a veces para la no publicación de algún tema en especial.
Nos consta un caso. Cierto viernes, la secretaria nos llamó para avisarnos que dos abogados solicitaban una charla o entrevista en las oficinas de Tribuna de la Bahía. Debió ser a finales de la década de los 90. Acudimos en minutos a la sala de redacción. Dos tipos de apariencia refinada ocupaban los sillones. Sin perder su educación saludaron y se presentaron. Nos invitaron ir al restaurante frente al diario y cruzamos la calle Basilio Badillo. Chabelo el mesero supo cual mesa debía asignar. “Somos abogados del güero Palma…” soltaron a bocajarro. Por su acento fue difícil saber de donde eran. En realidad buscaban al reportero de la fuente, al que se había avisado de la extraña visita y se le recomendó posponer ir a la redacción. En los siguientes minutos expusieron el motivo de la visita. Pedían comprender que a la defensa de su cliente no ayudaban información que por esas fechas se habían publicado. Fueron particularmente insistentes en afirmar que su cliente no participó en aquel atentado de la discoteca Christine, que el juez absolvería al célebre capo. Tiempo después el juez resolvió en ese sentido.
Fernando González como patrón, sugirió alguna vez eludir temas escabros que implicarán ponerse en riesgo. Le gustaba decir la frase de “con eso no vas a ganar el Pulitzer”. ¿Ofrecieron dinero los abogados del “güero Palma? No. Al reportero le traían de regalo chilorio sinaloense. Se recomendó al reportero cuidado en el manejo de esos temas y jamás volvimos a saber de los abogados.
La relación prensa-delincuentes nunca será cordial por obvias razones. El periodista le es incómodo como lo es cualquier policía y con los mismos objetivos se propone corromperlos, a veces con plata, a veces con plomo. Por el contenido del video, para someter a la prensa nacional parecen preferir por el último de los métodos citados arriba.
En su penúltima mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció la protección institucional de su gobierno a la periodista de Milenio. Pero, y lo siguiente es en sentido figurado, si a los delincuentes Amlo ofreció “abrazos y no balazos”, a la prensa amenazada quienes les ha ofrecido todo menos abrazos. Recordemos que Amlo canceló recursos presupuestados para el Programa de Protección a Periodistas y ya asesinados 32 periodistas en su gestión, hasta hoy lanza en su discurso un aliento de apoyo a la prensa.
Dijo en su mañanera “Azucena, no está sola”, y enseguida dijo haber ordenado aplicar el mecanismo institucional de protección a periodistas. Una frase corta de profunda contradicción.
El último periodista ultimado, fue Ricardo López de Guaymas. Días antes cuestionó a un jefe policiaco y recriminó a las autoridades de abandonarlo y no dejarlo desprotegido, a él y a todos los periodistas. Ofrendó su vida apenas el pasado 22 de julio, hace tres semanas.
La amenaza a Azucena Uresti, al diario El Universal y otros, no debe reducirse a ello. Debe ser vista como una amenaza al gobierno, a la gobernabilidad, un desafío a las fuerzas del orden, sean civil o militar, del gobierno federal, de todos los estados. Los municipios y sus policías, hace muños años que han sido sometidos.
Es preciso dejar claro cuál es la función del periodista y jamás lo será obstruir las actividades de cualquier grupo delincuencial. El trabajo se limita a narrar cualquier suceso noticioso y los hechos de violencia son parte de las relatorías a consignar. Tomar nota de las partes en guerra y alcanzar la imparcialidad total jamás será sencillo por la misma obviedad. A los grupos, carteles, jefes, la prensa no es su enemigo. El periodista es el cronista que narra sus hechos, no su enemigo.
Revolcadero
Otra vez Puerto Vallarta fue noticia nacional. El fin de semana se difundieron masivamente varios videos captados en el momento del colapso de un muro natural en un predio de playa de Amapas. Es una obra, ya suspendida, de un edificio proyectado a ser de 12 pisos según ha trascendido. Un desarrollo de esa altura no pasará desapercibido para los vecinos como es el caso. Un primer afectado son los propietarios de una residencia que nos dicen tiene alcanza un valor de unos 13 millones de dólares. Como el edificio a construir obstruirá su vista a la bahía, han punta en sus protestas. Además, el gobierno municipal también es un afectado pues un tramo de la calle Santa Bárbara también se derrumbó. En marzo pasado, Protección Civil del municipio hizo una serie de recomendaciones al responsable de la obra -que por cierto y en espera de confirmar, sería el cuñado de Fernando González Corona, Roberto Contreras Sandoval- en donde se pide acelerar los trabajos de estabilización de los taludes ante el riesgo de deslizamiento de material y la proximidad de temporal de lluvias. Con anterioridad, la obra había sido suspendida por la Profepa, entidad que recibió recursos de inconformidad por parte de los afectados. A esos recursos, se le sumará otras denuncias por las afectaciones por el derrumbe, que ya decíamos, también tocó patrimonio de la ciudad.******* Sobre el colapso del talud del edificio de condóminos en construcción, hecho tomamos algunos párrafos de un boletín de prensa: “Con relación a los hechos ocurridos la tarde de este martes 10 de agosto sobre un deslizamiento de material de un talud al interior de una construcción en la zona de Amapas, el gobierno municipal dio a conocer que se ha iniciado un procedimiento para evaluar los daños y afectaciones, y deslindar responsabilidades. El director de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del Ayuntamiento, Fernando López Márquez, informó que de acuerdo al reporte preliminar de la dirección de Protección Civil y Bomberos del Municipio, este deslizamiento se debió al reblandecimiento del suelo provocado por las lluvias de los últimos días y los trabajos propios de esta obra en proceso que se encuentra en una etapa de movimiento de tierra y estabilización del terreno”. Ahí está dicho todo. Si acaso añadir que Protección Civil Municipal y Bomberos municipal informó: “en las primeras evaluaciones, detalló que se detectaron secuelas de daño en algunas propiedades colindantes, así como en la calle Santa Bárbara por el desplazamiento de material, daños en las instalaciones eléctricas, ruptura de instalaciones de agua potable, drenaje y telefonía”.****** El regidor del Partido Acción Nacional, Saúl López Orozco realizó este miércoles un recorrido de supervisión en la zona del accidente y reportó lo siguiente: pasé a la calle Santa Bárbara en la colonia Amapas y se están realizando los trabajos para restablecer los servicios. Está Protección Civil resguardando el lugar, personal del Seapal, Telmex y la CFE. Esperemos los dictámenes y que se finquen responsabilidades a quien resulta responsable”.