Puerto Vallarta, reconocido como uno de los principales destinos turísticos de México, se enfrenta actualmente a una encrucijada en su desarrollo económico y turístico. A medida que se avanza hacia finales del año 2025, un reporte de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), que en Puerto Vallarta preside Francisco Gabriel Vizcaíno, advierte que la ciudad presenta riesgos estructurales que podrían comprometer su competitividad a largo plazo, pues si bien la recuperación económica es evidente tras la pandemia, no se ha logrado un equilibrio que garantice un crecimiento sostenible.
Explicó que en el contexto nacional, se observa un crecimiento marginal de la economía, por debajo del 1%, lo que ha generado un estancamiento prolongado. En este entorno, el turismo internacional emerge como un sector clave, manteniendo flujos de ingresos y recursos que benefician a la región. Sin embargo, esta dependencia del turismo invernal extranjero expone a Puerto Vallarta a vulnerabilidades que requieren atención urgente.
El comportamiento turístico durante el año refleja una recuperación desigual. La ocupación hotelera ha mostrado señales positivas en la temporada alta de invierno, especialmente con la llegada de turistas de larga estancia de Canadá y Estados Unidos, alcanzando niveles del 75.14% en noviembre y proyectándose más del 85% para diciembre. Aun así, estos datos contrastan con un verano débil y una baja actividad entre semana, lo que plantea interrogantes sobre la estabilidad futura.
Las cifras también indican que el consumo durante la temporada alta es moderado pero constante, beneficiando a ciertos sectores como restaurantes y boutiques. Sin embargo, este incremento no es suficiente para compensar las pérdidas acumuladas en los meses de menor afluencia, evidenciando una recuperación todavía parcial.

La situación se agrava por la fragilidad del turismo nacional, que presenta señales de estancamiento y un poder adquisitivo limitado. Las campañas promocionales, como “La Gran Escapada”, han tenido un impacto marginal, sugiriendo una falta de incentivos para atraer visitantes nacionales y fomentar estancias prolongadas. Aquí cabe señalar que este año ha crecido el turismo nacional vía aérea y decrecido el internacional por la misma vía.
Uno de los problemas más preocupantes radica en el mercado laboral. La escasez de personal, que supera el 30% de vacantes operativas sin cubrir, afecta la calidad del servicio y la productividad. Las causas están relacionadas con condiciones laborales desfavorables, altos costos de vivienda y un transporte público deficiente.
En este escenario, Coparmex advierte que la dependencia excesiva del turismo invernal, combinada con la inestabilidad del turismo nacional y un desequilibrio estacional severo, puede erosionar la competitividad de Puerto Vallarta. Asimismo, la presión sobre las empresas formales podría provocar un descontento creciente si no se abordan las inquietudes laborales.
Para enfrentar estos desafíos, Coparmex plantea varias propuestas que buscan mejorar la situación. Entre ellas, rediseñar la estrategia turística, incentivar el turismo entre semana, fortalecer el turismo de larga estancia, regular los costos de la vivienda y mejorar el transporte público. Estas acciones, subrayó, son cruciales para garantizar un desarrollo equilibrado y sostenible.
El análisis concluye que, si bien Puerto Vallarta no está en crisis, enfrenta un panorama que exige acciones coordinadas y decisiones firmes. La visión debe orientarse hacia la construcción de un modelo económico que distribuya equitativamente los beneficios del turismo durante todo el año, buscando no solo mantener cifras positivas en temporadas altas, sino cimentar un futuro próspero para toda la región.





