CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
El pasado jueves 23, entre quienes siguen en redes sociales al gobernador Enrique Alfaro se ruborizaron por llamar en una publicación “pendejos” a jaliscienses irresponsables por no acatar las medidas contra el Covid-19.
Sus críticos no desaprovecharon el ex abrupto y azuzaron virulentas reacciones aunque otros, tal vez los menos, lo apoyaron y tomaron como suyo el mensaje del mandatario.
Sin embargo, Alfaro Ramírez tiene por lo menos un antecedente muy parecido. El 4 de mayo de 2017 -en una semana se cumplirán tres años- Enrique Alfaro “pendejeó” a uno de sus colaboradores del gobierno de Guadalajara. Por esas fechas era presidente municipal de la capital y publicó un Twitter “Ayer alguien cometió una pendejada y decidió subir a las redes del gobierno un video de muy mal gusto que yo no conocía”.
El gobernador parece padecer un serio trastorno de esos llamados obsesivo compulsivo, bipolaridad pues. Si antes sus colaboradores fueron objetivos de su ira, el jueves de la semana pasada apuntó baterías a todos los incrédulos ciudadanos que eluden someterse al aislamiento social, usar tapabocas y demás medidas para contener el coronavirus.
Lo de hace tres años fue la respuesta del gobernador contra un colaborador que resultó ser Carlos Delgado Padilla, el apodado como “el Weren”. Éste, era el coordinador de Comunicación y Análisis Estratégico en el gobierno de Guadalajara. Pero también era uno de los cuadros más confiables de Alfaro en el trío de empresas que desde su paso por la alcaldía de Tlajomulco que le manejan su política en materia de imagen política.
Para esos primeros días de mayo de 2017, “el Weren” era parte clave del staff del “corporativo”, La Covacha, el ala de los videos, Indatcom y Eu Zen. Son las mismas empresas señaladas en la última elección de Puebla, pagadas o financiadas desde Jalisco para asesorar a panistas, vinculados los asociados políticos de Alfaro. A “el Weren” culparon de difundir el video de “Juan”, un fanático del Atlas para exhibir y ridiculizar a los seguidores de ese club como violentos y malos ciudadanos que no respetan la ley y estacionan sus vehículos en las baquetas.
Alfaro ofertaba su programa “banquetas libres”. Además de “pendejear” a su colaborador, dijo no conocer ante el video y hasta se puso la camiseta del Atlas para congraciarse con los atlistas con los jaliscienses.
Si asociamos lo de mayo de hace tres años al ex abrupto del jueves pasado, se fortalece la evidencia de que Alfaro es un político al que con preocupante naturalidad se la da apachurrar, apabullar, humillar a quien tenga enfrente. Aunque después procura reconciliarse, es su forma de reaccionar en sus desacuerdos.
Ese jueves 23, después de una larga y estresada jornada, Alfaro se tomó tiempo para reflexionar y filosofar sobre la crisis que se expande en la entidad y amenaza la salud de sus gobernados. Seguramente pensó también en la imparable inseguridad, el otro azote que también mata en estos días. Dijo estar triste por el reporte diario de más muertes y contagios. De su escrito, tomamos el último párrafo: “Ni madres que nos vamos a rendir. Ni madres que vamos a aflojar el paso. Es por ellos, por nuestros hijos, por nuestros padres, por los que amamos. Es por los que hoy se fueron y por los que se irán en los próximos días. Es por los que están sufriendo y por los que están cuidándonos. Es por la gente consciente que cumple con su responsabilidad y también por los pendejos que siguen sin entender. Es por todos. Ni madres que nos vamos a rendir. A darle”.
A Alfaro, la presión lo mata o solo pretende curarse en salud, incapaz de hacer el trabajo que a través del voto imploró a los ciudadanos. Entendemos sus presiones pero él buscó esa responsabilidad.
Quién sabe si Alfaro trate de engañar a incautos con su retórica de asumirse víctima de quienes resisten a creer en el virus de la pandemia y se rebelan a las medidas impuestas. Como viejo político, debe saber que las diversas posturas responden a fines distintos, a veces políticos. Él como político y autoridad atiza al recelo ciudadano. Por políticos como Alfaro, abundan quienes a ciegas reaccionan con escepticismo a las disposiciones del gobierno y hacen suyas las teorías conspirativas.
Pero 12 años atrás, hubo un caso parecido. Fue el momento que en la memoria de los tapatíos quedó como “la mentada” del gobernador Emilio González Márquez. El gobernador panista -por cierto, ahora asociado político de Alfaro- llegó en aparente estado etílico a una cena llamada “Banquete del Hambre” para recaudar fondos para el Santuario de los Mártires. La cena fue en la Expo Guadalajara. Ya era público un millonario donativo a la iglesia (90 millones de pesos) y en presencia del Cardenal Juan Sandoval Iñiguez remató su discurso con un “chinguen a su madre todos”. Se refería a sus opositores políticos y críticos al donativo de su gobierno.
La mentada de González Márquez se registró la noche del 23 de abril de 2008. Poco más de cuatro años después, el Partido Acción Nacional sería derrotado por el PRI. Muchos creen que en esa mentada se marcó la tragedia del panismo conservador.
Hoy, González Márquez es un hombre sin partido. Lo expulsaron del PAN por desleal y traicionar al partido. En las campañas de 2012 y la de 2018, apoyó a Enrique Alfaro. Algunas versiones lo colocan ya adentro del Movimiento Ciudadano para la selecciones de 2021.
Sin embargo, debemos tomar con reservas la sola posibilidad de que Alfaro se derrumbe. Muchos se dijeron indignados por su mensaje del jueves último pero también recibió apoyos de quienes dijeron por lo menos pensar igual que él y por lo menos, confesar sus ganas de “pendejar” a quienes caen en el supuesto de “irresponsables”.
En la trayectoria y antecedentes de Alfaro hallamos que no es precisamente un sujeto rencoroso. Ha sabido corregir sus errores y también perdonado a quienes humilló. Si bien, Carlos “el werer” Delgado Padilla no era cualquier funcionario, supo que a él le dijo “pendejo” el gobernador. El aparato de Comunicación Social de Alfaro en el gobierno de Tlajomulco y en Guadalajara, ahora también en el gobierno estatal es el mismo equipo que mueve a las empresas La Covacha, Indatcom y Eu Zen. Los dijo “pendejos” y unos días después, en aquel mismo mes de mayo, le asignó sin licitación, dos contratos a Indatcom, uno por 5 millones de pesos y el segundo por 2 millones; un contrato de 5.6 millones a La Covacha y otro a Eu Zen de 5 millones.
Un año después de pendejear en público a su colaborador, Alfaro ganó la gubernatura. Pudo superar los puntos negativos que sumó a su paso por la alcaldía y derrotar con facilidad al PRI y a Morena. A tiempo ha sabido explotar su trastorno bipolar, perdonar a sus ofendidos y reorientar su ya trillado discurso de ser un político ciudadano apartado del político tradicional.
Revolcadero
Por cierto, lo del video de “Juan”, el fan del Atlas, no había sido la primera “pendejada” de los voceros del gober Enrique Alfaro. En abril del 2016 brotó el escándalo al descubrirse que en un servidor de Amazon había una lista pública de por lo menos 90 millones de mexicanos. Era el padrón electoral. Lo halló un especialista en seguridad informática, Chris Vickery. Toda la información estaba disponible de modo que el acceso era libre a cualquier persona. El Movimiento Ciudadano asumió la responsabilidad dizque con “fines democráticos”. El INE interpuso una denuncia en la Fepade el 22 de abril y retiró la información del Internet. Dante Delgado diría que Indatcom lo asesoró y realizó los trámites para contratar los servicios de Amazon en marzo del 2015, en pleno proceso electoral. Indatcom, Eu Zen y La Covacha son las empresas de cabera de Alfaro desde hace que ganó la alcaldía de Tlajomulco de Zúñiga en 2009 y ganó por el PRD y PT. La sociedad se fortaleció cuando en el 2012 Alfaro adquirió la franquicia del MC. No pudo ganar la gubernatura pero sí las principales alcaldía, incluyendo Puerto Vallarta. Ramón Guerrero le entregó contratos a dichas empresas y para el 2015, Arturo Dávalos las desterró. ******* Como que nuestros funcionarios municipales le apuraron a las tareas de entrega de despensas. Se informó que la entrega sería desde el miércoles hasta el lunes 27 pero ya desde el domingo se informó que la segunda entrega culminó el domingo con un reparto total de 10 mil despensas, que suman 20 mil en total. Considerando que el tesorero Ricardo René Rodríguez Ramírez ya dijo por aparte que el programa alimentario “Es por Vallarta” no altera el calendario de pago de nóminas ni otros gastos, sin duda alguna es un esfuerzo monumental que por lo menos mitiga la crisis de miles de familias vallartenses. Los regidores, algunos funcionarios y el alcalde Arturo Dávalos Peña se bajaron el sueldo para financiar las despensas pero también le pellizcan a algunas partidas presupuestales. Asimismo hay aportaciones de algunos empresarios y apoyos voluntarios de ciudadanos y funcionarios municipales.****** Preguntamos en nuestro último escrito sobre los hermanos Erick y Efraín Alcalá Morales y en una de las respuestas nos dicen que la esposa del primero, Ivonne es auxiliar en Desarrollo Social y el padre trabaja en Obras Públicas. En el caso de los dos últimos, cumplen a cabalidad sus funciones y no hay queja alguna. El jerarca de la familia es albañil. En buena medida, la familia se acomodó desde los tiempos que Ramón Guerrero Martínez fue alcalde. A Erick Leonardo lo despidieron en el primer trienio de Arturo Dávalos Peña, por un pecadillo nada honroso, pero extrañamente fue recontratado a principios de marzo anterior. Veremos qué datos afloran en los siguientes días.