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Javier Frias |

Maestra Rosa Limón, más de dos décadas luchando por el medio ambiente

A ella y a un grupo de ciudadanos, investigadores y especialistas se le debe el reconocimiento como área natural protegida del estero El Salado

Rosa Alicia Limón Jaramillo, docente de profesión con maestría en educación es originaria de Guadalajara, Jalisco, quien desde su llegada a esta ciudad, se enamoró de la belleza natural de Puerto Vallarta, pero que no solo se limitó a ser simple espectadora, sino una férrea defensora del medio ambiente.

En 1975, Rosa Alicia viaja para quedarse a vivir en Puerto Vallarta, donde se encuentra con una maravillosa belleza natural la cual se remonta aquellos paseos dominicales que sus padres la llevaban de niña.

“Como mucho o en todo la educación comienza en casa”, dice Limón Jaramillo al responder acerca de dónde nace su iniciativa por defender el medio ambiente.

“Mis padres todos los domingos nos llevaban a un paseo, ya fuera al río, al cerro, nos llevaban a un rancho y entonces había el gusto de acercarte a los animales, al aire libre. Yo pienso que de ahí nace”, añadió.

“Era una naturaleza exuberante, era bellísimo”, recuerda a su llegada a este destino de playa. “Ya después, los que han llegado en 10 en 20 años, se les hace que hay mucha naturaleza, pero en realidad queda ya muy poca”.

La profesora recuerda que en aquel entonces llegaban sinnúmero de tortugas en la playa, lo cual era un gran atractivo, pero nadie se acercaba a ellas, porque se les tenían respeto a estos anfibios.

El escenario natural corría desde Nayarit hasta lo que hoy es el hotel Canto del Sol, espacio que ocupado por Estero. “Veías a los cabos (cangrejos), las iguanas de 2 metros, culebras, tortugas, ranas, armadillos. Podías ver toda la fauna de la región aquí en Puerto Vallarta. Y de esa manera es como te dabas cuenta de la grandeza de la riqueza de esta zona”.

Aunque venía “de fuera”, la maestra Rosa Limón, como todos le conocen, se hizo a las costumbres de los vallartenses, las de respetar el medio ambiente, “gente muy celosa de su ciudad”, subraya.

Fue en 1990 que Rosa Limón fue invitada a formar parte del Grupo Ecológico Iguana, ocupando la comisión del estero El Salado. “Para serte sincera, no le daba la importancia necesaria al estero, a pesar de que soy maestra y fui maestra de biología, pero de ahí nació el amor por este lugar, al conocer su riqueza y sus maravillas naturales”.

Al quedar acéfalo el Grupo Ecológico Iguana, en 1991, concursó para quedarse en la presidencia, desarrollando una serie de comisiones.

Al llegar 1994, ella y los integrantes de este organismo, comenzaron a viajar a la capital del estado para acudir a la Sedesol, que en aquel entonces era la autoridad competente en materia ecológica (ya después fue creada la Semarnat), con el objetivo de solicitar la declaratoria de Área Natural Protegida del estero El Salado.

En respuesta, el personal de la dependencia les contestó que no se podía realizar la declaratoria federal, por lo que la solicitud la tenían que realizar en el estado o en el municipio.

“Después, 1994 que comencé a trabajar la defensa de este lugar, enviaba escritos a México, a Guadalajara, si no te digo que diario, al menos cada tercer día enviaba yo oficios, hasta que 1997 comenzaron los rumores de que querían construir Marina 2, pues desde la década de los 50, se tenía proyectado que es el desarrollo inmobiliario se expandiera hacia la zona que ocupa el Estero”, recordó.

La defensa se llevó de manera de manera pacífica a través de una resistencia civil, en la cual primero acompañada solo de su hermana y sobrina, pernoctaba en la zona impidiendo que ingresarla maquinaria. Posteriormente se fueron sumando más y más personas hasta llamar la atención de la prensa estatal, nacional e internacional, así como el apoyo de grupos como Greenpeace o Selva Negra que encabeza el grupo Maná.

Con los escombros del Hotel Vidafel, comenzaron a rellenar parte de la zona del estero en el terreno que ocupa hoy frente a la Marina 1. “Comenzaron a trabajar las máquinas para nivelar y construir lo que sería un centro de convenciones”, recordó.

“Fue una noche dónde nos apostamos en el lugar para impedir el ingreso de la maquinaria, durante un período de tres meses día y noche hasta que se logró la declaratoria”, resumió la maestra.

Fue en 1997 que el Grupo Ecológico Iguala, impulsado por ciudadanos, académicos y especialistas, que para ese entonces ya se habían unido a la lucha, que se firmó la petición que fue dirigida al Congreso del Estado solicitando la declaratoria de área natural protegida del Estero El Salado, esto con la asesoría del abogado Maximiliano Lomelí.

Fue el diputado Salvador Cosío quien hizo propia la iniciativa para presentarla ante el Legislativo estatal, por lo que Mediante el decreto número 18431 que apareció el 19 julio del 2000 en el Periódico Oficial del Estado de Jalisco, fue declarado como Área Natural Protegida, bajo la categoría de zona de conservación ecológica, al estero El Salado.

A 19 años de la declaratoria de área natural protegida, El Salado continúan en peligro, señala Limón Jaramillo, esto, ante el crecimiento urbano de la ciudad, la contaminación y la amenaza de nuevos desarrollos habitacionales en sus terrenos.

Por tal razón, considera que la mejor herramienta para defender el Estero es la educación ambiental, «pues nadie puede defender lo que no conoce (…) Vamos a seguir trabajando sobre todo con los jóvenes para seguir la defensa del Estero, a través de la agencia de Justicia climática que trabaja en la formación de líderes en medio ambiente.

El trabajo y tenacidad de Rosa Limón le llevó a recibir el premio Vallarta 2009, en la categoría de Ecología.