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Gerardo Sandoval Ortiz |

Los referentes históricos de AMLO

CONTEXTOS

Gerardo Sandoval Ortiz

 

Nuestro presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador parece tener una manía por la historia, a veces torcida por los historiadores, de la que hoy muchos hablan de haber sido escrita por los triunfadores.

El mandatario habló en su mañanera otra vez de la deuda que nuestros conquistadores los españoles, porque en ese plan vinieron un octubre de 1492. (La conquista se concretó en 1521). Dijo estar indignado porque ni reyes ni gobernantes ibéricos le respondieron su carta en la que emplazó a las turbas de Cristobal Colón primero y después de Hernán Cortés y pandilla, pedir perdón a los mexicanos.

Dos nombres, ha expuesto López Obrador como su inspiración. “Soy maderista”, ha definido. Otras veces se dice juarista.

Para tocar al corazón de sus seguidores, Amlo ha hecho de su propuesta una divina cuarta transformación. Benito Juárez es su musa y numen por su rol estelar principal en una de sus “cuatrotes”, la relacionada a las Leyes de Reforma que desvinculó al Estado del clero y despojó de fuero y tasta de bienes a la iglesia, curas y militares.

Francisco I Madero es una de las figuras de la tercera transformación, la calamitosa Revolución Mexicana en la segunda década del siglo pasado. Al maderista Amlo, del iniciador de la “guerra de guerrillas”,  Madero, si pudiera, quizá borraría de un plumazo la consigna revolucionaria acreditada al coahuilense de sufragio efectivo no reelección.

Quizá nuestro presidente se identifica por un Madero que ofreció su sangre cuando el infame Victoriano Huerta asestó su “golpe de estado” aquellos días de la conocida “decena trágica. De su legado, los historiadores todavía debaten de si a Madero lo asesinaron los políticos conservadores (los que le quitan el sueño al ejecutivo- y fue víctima de la conspiración cuajada en la embajada gabacha en defensa de las inversiones extranjeras, sobre todo los petroleros.

La historia narra que entre la segunda y tercera transformación, de las aludidas por López Obrador hubo un ignominioso militar-político, el más famoso dictador en los 220 años de nuestro México independiente. Es contemporáneo de Benito Juárez García, el mismo que Madero combatió para romper 30 años de la dictadura más invocada pos los historiadores.

La cita es a José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, un condecorado generalote, oriundo de Oaxaca como Juárez quien lo nombró general de división. Porfirio Díaz tomó las armas para combatir a su paisano. Juárez intentaba perpetuarse en el poder y Díaz se lo disputaba. La muerta de Juárez le impidió erigirse en el primer dictador y Díaz lo sustituyó. Díaz gobernó de noviembre de 1976 hasta que la Revolución Mexicana, ya en la segunda década del siglo pasado.

En el porfiriato surgió la reelección, se ató a la prensa, persiguieron a periodistas, surgieron las primeras rebeliones campesinas. Fue en las postrimerías del periodo porfirista cuando se registró el exterminio étnico de los yaquis, arrancados de sus comunidades para llevarlos a las haciendas henequeras de Yucatán, esclavizados y azotados, obligándolos a trabajar hasta morir.

Cuando López Obrador nos regresa a la historia, cita a Juárez y Madero, evoca la lectura de un antiguo libro que hemos leído quién sabe cuántas veces, en dos ocasiones este año.

Entre 1908 y 1909, John Kennet Turner recorrió el país presentándose y burlando a los hacendados como inversionista del país vecino. Tomó nota y publicó una zaga de reportajes en un diario estadunidense y narró sus vivencias en el libro México Bárbaro. Habrán pasado unos 35 años que algún maestro nos recomendó leerlo. Perdimos algunos ejemplares pero lo hemos recuperado en las ferias en la plaza de armas. Nunca ha sido fácil hallarlo.

Los hermanos Flores Magos y otros periodistas y políticos desterrados le dieron pormenores la realidad del México del porfiriato y lo animaron a conocerla y relatarla.

Lo que John Kennet Turner conoció y denunció al mundo fue la esclavitud en las grandes haciendas del país, el exterminio étnico, sobre todo del pueblo y yaqui. Las tribus del sur de Sonora casi desaparecen cuando se toleró y se autorizó sacarlos de sus casas para llevarlos a Yucatán. La agónica ruta del exilio incluía un alto San Marcos, después del cansado caminar del desembarco en San Blas. Del destino final eran las haciendas henequeras en donde eran vendidos como esclavos obligándolos a trabajar hasta morir.

El periodista relata la esclavitud en el Valle Nacional y el penoso secuestro de trasnochados detenidos por nada en las grandes ciudades, la capital del país y entidades del centro del país.

Eso es un poco la herencia de Porfirio Díaz. Fue el país que le dejó Benito Juárez, que como Díaz, aspiraba a perpetuarse en el poder. Nunca vamos a saber si con Juárez la historia sería distinta. Lo cierto es que ambos, uno abogado y el otro militar tomaron las armas con ese espíritu “aspiracionista” el término acuñado por López Obrador para reprender a quienes según él se conducen por ser “aspiracionistas”.

Aunque por escasos diez años Juárez gobernó al país, la historia nos dice que se proponía hilar más años, relegirse hasta concluir su transformación. Esta afirmación es debatible, tal vez hasta refutable. Pero nadie podrá convencer de haber una verdad. Es una forma de entender la historia.

De acuerdo al vocabulario lopezobradorista, tal vez Porfirio Díaz no fue un dictador, como tampoco Juárez. A lo mejor fueron los primeros “aspiracionistas”.

Para entender un poco nuestra historia, vale la pena leer la obra de John Kennet Turner. Nuestro presidente anima a darle un repasadita pero se fue muy lejos, hasta la era de los aztecas y su conquista. Cuanto cita a Benito Juárez, causa alboroto porque no es unánime su afirmación de ser su ideal aquel oaxaqueño que también inspiró el déspota italiano Benito Mussolini, un militar dictador que llevó al país de la bota a la tercera guerra mundial.

 

Revolcadero

 

El presidente municipal interino, Jorge Antonio Quintero Alvarado fue llamado el lunes a Guadalajara. Su presencia resultaba de mucha relevancia por un dato: las  mediciones en la entidad indican que el Covid-19 se ha disparado en niveles preocupantes. Hubo otro dato de suma importancia. La mayoría de los nuevos contagios detectados ocurren en establecimientos  nocturnos, de diversión y Puerto Vallarta, por ser el principal destino turístico de Jalisco si algo abundan son los antros. Se implementarán algunas medidas rigurosas para contener la escalada del virus chino. Podemos dar como seguro que el gobernador Enrique Alfaro anuncie este fin de semana uno de sus afamados botonazos. Hace unas cuantas semanas, mayo, principios de junio, se registraban hasta menos de diez contagios por día. Este fin de semana, el viernes hubo 122 casos confirmados, y el sábado 105 contagios. Por lo pronto, para evitar se propague el virus chino personal de inspección y reglamentos, con apoyo hasta de uniformados vigilan que los negocios cumplan con los protocolos sanitarios y se estableció una mesa de coordinación con los empresarios.***** Estábamos con Andrés Manuel López Obrador. Dice que ofreció a ejecutivos de Aeroméxico y Delta Airlines del famoso avión presidencial para que lo “administren” y lo usen para sus viajes o fiestas. Que lo están pensando, dijo que le respondieron. La historia del avión presidencial que “ni Obama tiene” marcará a Don Santo Amlo como un presidente terco y necio. Ahora está reconociendo que creyó a quienes le advirtieron lo difícil que sería venderlo alto costo de su mantenimiento. En su desesperación lo rifó pero se quedó con la nave y pues del impuesto de los mexicanos se paga mantenerlo en tierra. A ese paso, por mantenimiento, acabará por pagar más que el costo de la aeronave. Si eso no es ser terco ni necio, que será?*******Otro que se paseó a Guadalajara es el alcalde electo, Luis Alberto Michel Rodríguez. “El profe de los dieces” también fue a reunirse con el gober Enrique Alfaro. ¿De que hablaron? Sabrá dios. El profe solo informó en redes sociales que el encuentro fue muy productivo y cordial y es significa que políticamente trata de no hacer enojar a Alfaro. Porque eso de coincidir ambos en trabajar  para hacer de Puerto Vallarta el destino turístico número uno del país, es una frase tan trillada que suena hasta a un plagio. Nunca dejará de ser curioso escuchar decir a los políticos que “es momento de trabajar poros vallartenses”. Se le puede exigir a quien maneja las cuentas del profe enredes sociales renovar su castellano para al menos hacer más originales sus historias.