CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
La tarde del ya lejano viernes 18 de noviembre del año 2016, los 435 trabajadores del Sindicato del Seapal fueron convocados para elegir a su dirigente y poner fin al reinado de Martín “el buzo” Hernández. El alto mando del organismo operador del agua, con Cesar Abarca Gutiérrez al frente, intentó imponer a Antonio Rangel Castillón, quien por años había sido el número dos del SutSeapal pero perdieron la elección.
Cuatro días antes de la elección, en este espacio se dieron pormenores de la renovación sindical, la última elección antes de la municipalización. Y contra los intereses del gobierno del estado y de los priistas vallartenses, la mayoría de los empleados del Seapal eligieron a su líder, que resultó ser Juan Andrés Aguirre Palacios.
Cuando aquella elección, el gobierno municipal estaba en manos del Movimiento Ciudadano y coincidía en la época de mayor fuerza del grupo político de Arturo Dávalos Peña. Si bien, no hallamos evidencias de la intrusión de los naranjas, ellos festinaron la derrota de los priistas.
Años después, ya bajo control del municipio el Seapal y con Santiago Centeno al frente intentaron desde el primer día someter a “el teke”, el apodo de Aguirre Palacios. Más o menos como lo sigue intentando ahora los morenos, haciendo Salvador Llamas Urbina y atrás aplaudiéndole Michel y sus hijos.
En nuestros archivos hallamos aquella columna publicado el 14 de noviembre, la cual también está disponible hoy en día para comprobar lo relatado arriba. Lo que ocurrió posterior a la asamblea electiva del SutSeapal, es historia grabada; priistas y los naranjas, unos primeros los otros después, no pudieron someter a los nuevos dirigentes del sindicato y acabaron por sentarse a negociar y conciliar.
A Juan Andrés Aguirre Palacios parece haberle ayudado aquellos jaloneos con Aristóteles Sandoval, César Abarca y priistas. Dávalos y Centeno, apenas constataron el sólido apoyo de las bases sindicales a su líder desistieron en intentarlo y optaron por vía política hasta construir acuerdos que permitieran las operaciones del Seapal sin sobresaltos ni afectar a los vallartenses.
Después de aquellos sobresaltos, el Seapal hiló más premios por la calidad de sus servicios y mantuvo su prestigio de ser uno de los organismos operadores de agua más eficientes del país.
En octubre llegó al poder Luis Alberto Michel Rodríguez y con él Salvador Llamas. Por oscuras razones, el profe mandó al zacatecano a la dirección del Seapal y de buenas a primeras brotó sus encontronazos con el sindicato. Propenso a las intrigas, Llamas halló condiciones para saciar sus perversidades acuñó la frase “el cartel del agua”. Acusaba al dirigente del sindicato de quien sabe qué monstruosos pecadillos, todos deshonestos, capaz de conspirar para inhabilitar la infraestructura del Seapal y dejar sin agua a los vallartenses. Bueno, se habló de bombas y hasta de sabotajes.
De octubre a la fecha, varias veces Salvador Llamas llamó a la Guardia Nacional, a la Marina, al ejército, a la policía municipal, para resguardar instalaciones del Seapal, el edificio de la avenida Francisco Villa, pozos de agua dizque por amenazas de que el sindicato planeaba romper el abasto del agua. La evidencia de que no se trataba de rumores sino la treta más socorrida por Llamas se exhibió este fin de semana, cuando grabó y difundió un video en donde acusa al sindicato de pretender “tronar bombas y dejar a Vallarta sin agua”. A juicio de Llamas, esas serían las razones del emplazamiento a huelga de Seapal.
Como desde los primeros Salvador Llamas logró derrocar al líder del sindicato y subyugar a todos los sindicalizados, para el lunes 25 de octubre Aguirre Palacios demostró de qué estaba hecho. Llamas ni se las olió que ese día convocó a sus representados a una asamblea y por unanimidad logró su relección para los siguientes seis años. Llamas montó en cólera y no pudo ocultar su enchilamiento cuando el mismo día posó en la misma foto al lado de Aguirre y el dirigente del sindicato de trabajadores del municipio Gilberto Lorenzo Rodríguez, con quien los morenos sostienen otro frente de riñas políticas. Llamas no pudo justificar su ausencia a la clausura del Primer Congreso Sindical estatal organizado por los 5 años de la Federación Origen, Sindicalismo Moderno, acto al cual acudió el alcalde Luis Michel.
Más allá de haber sido una reelección arbitraria y anticipada, a Llamas se le acabaron los argumentos. La elección fue avalada por Isaac Filiberto Sánchez, el secretario general de la Federación de Sindicatos de Empleados al Servicio de los Poderes del Estado, Municipios y Organismos Públicos Descentralizados en el estado de Jalisco. Esta federación es la misma que no tiene empacho en venir a Puerto Vallarta y mostrar solidaridad con los sindicatos que resisten los avasallamientos de los morenos.
Que “el teke” lo haya sorprendido adormilado en una sus siestas, agudizó el carácter antipático de Llamas quien reordenó cerrarle al sindicato las puertas de cada espacio del Seapal. Sin embargo, el ayudó a consolidar al líder quien no cesó en demandar el cumplimiento de las demandas salariales y demás conquistas sindicales establecidas en el contrato colectivo.
El antepasado fin de semana, el sindicalismo burócrata volvió a contratacar. Tal parece que le tienen domada la medida a Llamas y a los Michel, que no trabajan de viernes a lunes y los toman mal parados. A las dos de la tarde del viernes 21 de este mes de enero avisaron “vamos en defensa de los derechos y prestaciones obtenidos desde hace más de 30 año”. Ese viernes se emplazó a huelga al Seapal “por violación sistemática y generalizada al cumplimiento del Contrato Colectivo de trabajo”. Nadie conoce el documento del emplazamiento pero se sabe una hora: 07 horas de mañana martes primero de febrero, se colocan las banderas rojinegras si el Seapal no cumple las demandas de su plantilla laboral.
Hora y media más tarde del anuncio, el sindicato del Ayuntamiento hizo público su respaldo total al sindicato hermano de Sutseapal. Está claro que el gobierno municipal, el alcalde Luis Michel y el director del Seapal han logrado lo que nadie, unir a todos los burócratas en su contra y por la misma razón, denegar mejores condiciones laborales, salarios y prestaciones e intentar someter a sus dirigentes sindicales.
La semana pasada transcurrió con jaloneos de uno y otro lado. Llamas soltó sus bombazos y puso a trabajar sus granjas de bots cuando exhibió botas de mala calidad que atribuyó a compras del sindicato. Para él, era evidencia de la corrupción de Aguirre Palacios. Sin embargo, no pudo aflojar a los líderes que una y otra vez obtenían el apoyo decidido de sus representados.
Ya a caer la tarde del viernes 28, nos llamó la atención un circular anónimo que advierte: “El día de hoy estuvimos en un desayuno con unos grandes amigos y una de ellos trabaja en Seapal Vallarta, específicamente en sut Seapal, nos comentó que como última opción al no ser escuchados por parte de la administración para una negociación ante los cambios que están implementando la nueva administración y se están viendo afectados en sus garantías laborales tomaron la a decisión de hacer una huelga el día martes, en donde tomarán las instalación a manera de presionar y ser escuchados (…) No quisiéramos llegar a ese punto, pero legalmente es un derecho constitucional al que debemos recurrir porque ya se rompió la cordialidad, no nos atienden no contestan el CEL y cada día nos quitan prestaciones y derechos adquiridos. No tenemos el material, ni la herramienta mínima necesaria”.
Aunque hubo rumores de negociaciones durante el fin de semana, y si bien parece haber disminuido los duelos epistolares, descalificativos y denostaciones, entre las partes, nadie ha informado de algún tipo de acuerdo. En su último bombazo, Llamas mantuvo su desprecio al sindicato y habló de ofrecer acuerdos directos a los trabajadores. Negó violaciones al contrato colectivo de trabajo. Una huelga es ilegal pues la Junta local de Conciliación fijó 60 para el estallamiento en 60 días, subrayó.
Ya en lunes, los vallartenses se mantienen a la expectativa. Hay confusión y desinformación. En el aviso del viernes, autoría atribuido a un empleado (a) del Seapal hablan de “huelga”, de que “tomarán las instalación a manera de presionar y ser escuchados, nos comentó que la idea no es afectar a la población pero que es su única opción”. Una “toma”, en este caso de cualquier instalación del Seapal, técnicamente no es una huelga. Pero sí un hecho que pudiera desatar una acción de desalojo, lo cual es un riesgo de violencia.
Lo ideal sería que las partes concilian posiciones, que Llamas y los Michel se despojen de sus arrogancias, se bajen de su nube y construyan los necesarios acuerdos sin causar afectaciones a la ciudad. De por sí, ya el Seapal atraviesa por su peor crisis y decenas de colonias sufren por falta de agua.
Revolcadero
A las 08:10 horas, ocho de la mañana con diez minutos de este lunes 31 de enero, el empleado de la Oficialía de Partes, el amigo Toño Rojas estampó sellos y su garabato dando por recibido la notificación de “atenta invitación” del sindicato de Servidores Públicos al Servicio del Ayuntamiento de Puerto Vallarta al presidente municipal, Luis Alberto Michel Rodríguez para que respete los acuerdos y condiciones generales de trabajo. Se trata pues de un cordial “emplazamiento” del sindicato de los burócratas del municipio al alcalde Luis Michel, al que los sindicatos le abren otro frente, sin duda, una demostración de la fuerza que pudieran desatar los sindicatos como medida de reacción al acecho de Salvador Llamas. “De manera respetuosa le manifestamos que hemos sido tolerantes en el sentido de esperar ser atendidos y escuchados por quien es hoy presidente municipal sin obtener una respuesta favorable motivo por el cual las circunstancias “ nos llevan a sumar esfuerzos en la lucha con los demás sindicatos hermanos, representantes y portavoz de los trabajadores municipales de las diferentes instituciones de carácter municipal, por lo que de no ser atendidos las peticiones que hemos realizado incansablemente, estaremos actuando de manera solidaria como la ley nos permite, en la lucha por respetar los derechos y prestaciones de todos los trabajadores del municipio; por lo que a partir de hoy nos sumamos en apoyo al sindicato hermano del Sutseapal Vallarta, actuando de manera conjunta sindicato de trabajadores del H. Ayuntamiento y sindicato democrático del Sistema DIF Puerto Vallarta”. Los respectivos dirigentes, Gilberto Lorenzo Rodríguez y Cecilia Valeria Heredia, piden a esta administración den un trato con respeto y dignidad a cada empleado y pongan un alto al hostigamiento laboral que actualmente se vive en diferentes áreas de trabajo.****** Prueba de que la rivalidad y desamores de los morenos con la clase sindicalista burócrata atrae las atenciones de medio pueblo son las expresiones que a favor de unos y otros brotan por todos lados. Bueno, en realidad en contra de la movilización sindical son mayoritariamente perfiles falsos, opiniones fakes, los llamados bots que desde la primera semana de octubre, pululan y azotan en las redes sociales contra quien ose criticar la gestión de los morenos. El contador Santiago Gallegos escribió hoy: “Esperamos reyne (sic) el diálogo y la conciliación en SEAPAL los que estamos pagando las consecuencias somos los ciudadanos. El error más grande de la administración anterior fue la municipalización hoy se ha convertido en un botín político”. Pero también nos llamó la atención la publicación de Arturo R Rosales: “Y hubieran de incluir a la Policía Municipal, que en sus diferentes áreas y departamentos tienen acoso laboral y acoso sexual, y aparte algun@ habla de lo sucedido y hay consecuencias de parte de los mandos policiales. y las comisiones encargadas de ello solo hacen que Dios les habla, así como l@s que defienden a los afectad@s son relegados de puestos y ponen gente incompetente, mi pregunta por qué no hacen un examen de conocimiento para los puestos, y no lo clásico de lame botas.. sorry da coraje y mi pregunta? Por que la policía no puede sindicalizarse si en otros municipios ya lo hicieron?”.******* Demos atención a la correspondencia personal. Martha Dau nos escribió pidiéndonos corregir un dato de una breve “presentación” que de ella hicimos en una anterior colaboración. “No soy pintora. Soy historiadora”, nos aclaró y le damos para adelante. ¿Qué dijimos? Nada relevante. Las citas que hicimos de ella, es simple, la definimos como “empresaria y pintora”, pero también nos dijeron de ser ella “promotora cultural”. Algo no anda bien que esa fue la respuesta de dos personas amigas de la dama Dau cuando consultamos para saber qué hacía, si arte o negocios. Complacida pues, la consideramos historiadora, como Pedro Salmerón, y le ofrecemos hasta una disculpa.