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Gerardo Sandoval Ortiz |

La resistencia del periodismo frente a permisividad gubernamental a la violencia organizada

 

CONTEXTOS

 

 

Hace poco más de dos décadas, en un famoso restaurante de mariscos de la colonia Emiliano Zapata se reunió la elite priista local que se alistaba para participar en las elecciones locales. Hubo fotografías y testimonios de primera mano y con ese material de construyó una historia hecha pública por el autor. Como atrás del establecimiento estaba un varón de las drogas, el dueño de la empresa periodística, con dejo de nerviosismo, nos soltó una frase mandona: “No vas a ganar el Pulitzer…”.

Debieron transcurrir tres años y algunos meses cuando en una velada boxística, varios de aquellos priistas coincidieron en un mismo lugar y la misma noche con aquel personaje, identificado como “jefe de plaza”. De los encordados, las peleas bajaron a las mesas y aquello se convirtió en una batalla campal. Aficionados de Tepic contra los vallartenses. En la salvaje riña, el oscuro personaje se esfumó cobijado por sus escoltas. Advertido de riesgos, jamás concebimos la idea de llevar la historia a las páginas de Tribuna de la Bahía. La clase política local camuflajeada con el bajo mundo.

Parecen lejanos aquellos momentos, pero van más allá de cualquier anécdota y en buena medida tal vez sirvan de ejemplos para sostener que el ejercicio periodístico muy fácilmente coincide con diversas actividades que se apartan de la ley.

Los angustiosos momentos vividos por el periodista tapatío, día y medio, Jaime Barrera es evidencia inequívoca de los riesgos y amenazas que acompaña el periodista en su peregrinar cotidiano. Reafirma también la creencia del estigma negro de la prensa, de atentar con intencionalidad los “negocios” de los de aquel lado. No es así. El periodismo por consigna solo existe en las mentes de quienes se asumen víctimas de cualquier información que les incomode. Es común escuchar, de políticos y no, descalificar al osado periodista ante una publicación que los desnude. Sin embargo, no es posible soslayar, habrá excepciones apartadas de la regla.

Lo anterior viene al caso por las primeras declaraciones del periodista Jaime Barrera. Confirmó que sus captores le cuestionaron su quehacer periodístico. “Que le baje”, redujeron su dicho a un entrecomillado. La intención fue intimidarlo por su trabajo.

De acuerdo a las primeras declaraciones del periodista, el grupo que lo “levantó” pareció estar interesado en saber si sus publicaciones respondían a instrucciones de tal o cual grupo de malosos. Queremos entender que suponían que el periodista ejercía su profesión por órdenes de algún grupo contrario a sus intereses.

Al final, conocido el desenlace y después de permanecer cautivo por mas de 30 horas, fue liberado. Es posible que se hayan convencido de que el columnista de El Informador y presentador de noticias del Canal 44 de la Universidad de Guadalajara es un profesional de la comunicación, con criterio libre e independiente, capaz de valorar cada dato de todo suceso para ofrecerlo a su audiencia. Quien de ves en ves ha leído su opinión coincidirá que sus opiniones se apegan a los estándares de la información descontaminada.

La tarde y noche del lunes, cuando trascendió la desaparición en Guadalajara y en todo el país, desde Guadalajara, un amigo nos preguntaba que podía haber atrás del suceso. Nos expresaba su preocupación porque él no tenía antecedentes de un periodista que haya pasado por ese y trance. “Si es lo que parece, regresará a casa. Tal vez algún apercibimiento, una amenaza…”, me atreví a dar el martes. Ya en la mañana del miércoles, nos confesaba el asombro por nuestro vaticinio.

Un profesional del ramo no publicará información con una aviesa consigna de atentar contra los intereses de algún grupo criminal. La misión no irá más allá de escribir, de dar, presentar u ofrecer los sucesos de un determinado suceso. Según sea casa caso, a veces ir a los detalles, el periodista puede caer en el supuesto de manipular el hecho y a juicio de interesado, estar torcer la información.

Sin embargo, no debería de asombrarnos que muy preocupante constante, el quehacer del periodista se cruza con los intereses de los grupos que operan al margen de la ley.

A principios de la década pasada, un amigo abogado nos habló para convencer de aceptar una charla con varios miembros de un grupo de mucho arraigo local. Asistieron tres. Pedí a un reportero ir al encuentro. Ellos tenían su cuestionario. No se les aceptó nada y aceptaron escuchar nuestros razonamientos. “Ustedes, con sus acciones, sus abusos, agresiones, son la información y el periodista cumple su trabajo…”. Uno de los tres, cuestionó con aires de negación. “…le diste un balazo a fulano…porque te miró feo”. Escucho y dejó de hablar.

Los protagonistas de estos breves relatos no están ya con nosotros. No andaban en buenos pasos y solían dar por cierto que el trabajo del periodista se hacia por órdenes de “contras”. El trabajo del comunicador, tampoco el de ellos es diferente. Es un deber de cada quien adaptarse a los nuevos tiempos, pero de aquel lado no acaban por aceptar que existen profesionales en este campo. Como en aquella cancha seguramente los hay. Eso no lo refutamos.

Ojalá que se imponga la sensatez y prevalezca la cordura. El periodismo, para un ejercicio fiel y cabal tiene un enorme campo para desarrollarse con nobleza y dignidad. Que nuestro oficio se entienda que el compromiso es con la sociedad, no atentar contra otros intereses personales, malos o muy malos, y menos por consigna.

Quien se aparte de esta norma fundamental, no puede presumir ser un periodista. Más sin embargo, a este, no deberá haber permisividad para someterlo, secuestrarlo, sojuzgarlo, por creerlo por su trabajo un enemigo.

 

Revolcadero

 

Jaime Barrera es un experimentado periodista que raya de aquellos por definirlos como “de la vieja guardia”, formado en la jesuita escuela universidad Iteso, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superior de Occidente. Ha pasado por la prensa impresa, medios electrónicos y medios digitales, radio y televisión. En los orígenes, de Milenio Jalisco y Mural, Jaime Barrera ahí estaba. Está bien relacionado en los grandes grupos editoriales como el regiomontano Norte-Reforma y Milenio. En los últimos años conduce el noticiero estelar de Televisa Jalisco y tiene bien ganado su espacio en el Canal 44 de la UdeG. Su columna Radar en Informador se publica de lunes a viernes y sus opiniones es lo más leído. A primera hora de la tarde, de la una a las dos, tiene su programa informativo en los micrófonos de la “Líder” de Megaradio. De esta oficina salía el lunes cuando fue sorprendido por un grupo que dijo serían unas cinco personas bien armadas. Que lo mantuvieron en cautiverio, de rodillas y con los ojos vendados y el martes lo cambiaron de lugar. Luego de someterlo a un interrogatorio, sin causarle lesiones, lo liberaron a eso de las dos de la madrugada por los rumbos de Magdalena, poco más al norte de Tequila. Pudo conseguir prestado un teléfono y habló a su familia.******* Allá por Guadalajara, el dirigente estatal, o coordinador de la Comisión Operativo Estatal, lo que sea, del Movimiento Ciudadano, Manuel Romo se quitó la máscara y les anunció a un grupo de militantes naranjas que Yessica Zatarain González sustituirá a Susana Rodríguez Mejía en la candidatura a la diputación federal. De acuerdo a las versiones recogidas, el dirigente naranja adelantó que entre jueves y viernes viajará a Puerto Vallarta para hacer el anuncio oficial. Enterada de la decisión, Guadalupe Guerrero Carvajal, quien estaba en la terna de cuatro aspirantes, todas mujeres, la tomó con calma la decisión y reiteró su participación, sin separarse de la regiduría, se limitará a trabajar en la campaña de sus amigos. “Ojalá y la Yess les de muchos votos…”, dijo en un tono que se escuchó rayaba entre ironía y buenos deseos. ******* Por cierto, la mañana de este miércoles en el histórico hotel Rosita se presentó la planilla de la señora María de Jesús López Delgado, conocida como Doña Chuyita. En ruta a la ciudad, a otro compromiso aparte, nos llamó la atención un gran poster promocional pegado atrás de un camión urbano. Era Ramón Ruelas, aquel ex regidor cetemista, que presumía estar entre los finalistas en la competencia interna de Morena. La planilla, tal cual consta en el Sistema Integral de Candidaturas del IEPC, de 1 al 7: Chuyita López, Luis Escoto Martínez, ex titular del Instituto Vallartense de Cultura, Evangelina Delgado Rivera, ex directora de Desarrollo Social, Benito Gutiérrez González, ex coordinador de Juzgados Municipales, Sara Mosqueda Torres, regidora con licencia, José Roberto García Rodríguez, hijo del presidente del ejido Puerto Vallarta, Esteban García Aréchiga y sobrino del “regidor chato”, José Rodríguez González; Karla Vivián Bravo Pérez, una de las secretarias particulares de Presidencia Municipal. Además, en orden ascendente, en la posición 8, se registró el médico Salvador Flores Navarro, quien estaba al frente de Servicios Médicos Municipales, de larga militancia priista en el PRI; la regidora con licencia por el PVEM al que renunció para brincar a Morena, Carla Helena Castro López ocupará la posición 9, en tanto que en el casillero 10, se halla Daniel Fabián Ibarra Díaz quien se desempeñó en la jefatura de Aseo Público.

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