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Gerardo Sandoval Ortiz |

La relación prensa-gobierno en el marco de la cuarta transformación y el contexto municipal

CONTEXTOS

 

 

 

La periodista Lourdes Mendoza informó ayer haber ganado la demanda interpuesta contra Emilio Lozoya, aquel repatriado ex director de Pemex en el gobierno de Enrique Peña Nieto que la acusó de aceptar costosos regalos a cambio de hablar bien del gobierno priista.

 

El ejemplo cabe a la perfección en los supuestos que el periodista está expuesto en los tiempos de la 4t a fin de mantenerlos a raya, si no es que, someterlos y anular a la prensa crítica. Ahí está el discurso cotidiano del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, una permisividad tomada por sus seguidores para manchar la honorabilidad de quien ose criticar al régimen de Amlo.

 

Primero, así como es cierto que la prensa crítica siempre ha existido y aunque en menor presencia, desde los tiempos del porfirismo. Los hermanos Flores Magón surgieron en las postrimerías del porfirismo y los hacendados. En los años del maderismo y la Revolución Mexicana, tiempos luces y oscuridad, la prensa masiva, sobre todo la impresa, en la misma proporción que se afianzó, construyó los cimientos para alinearse al poder. La crítica sobre Madero fue incisiva, pero fue su falta de pericia como presidente y su tibieza en cumplir al pueblo demandas revolucionarias como el reparto de la tierra. Madero, como Venustiano Carranza provenían de familias latifundistas de Coahuila y los generales sonorenses se hicieron en la revolución. Estos al final, supieron interpretar la revolución, entender la política y construyeron las bases de un México medianamente democrático.

 

De aquella turbulenta segunda década del México nuestro, si en algo todos estamos de acuerdo es que Madero fue víctima de conspiraciones y traiciones, las ambiciones del infame Victoriano Huerta y hasta de uno o dos herederos de Porfirio Díaz.

 

Pero, queda en duda que a Madero lo “victimó” la prensa. También es discutible la muy cantada afirmación desde las mañaneras que después de Madero, Amlo es el presidente más cuestionado en la historia de México. A esto último apunta el tema de hoy.

 

Consideremos primer el factor redes sociales. Desde su aparición en los primeros cinco años del milenio se ha extendido que se cuenten por miles de millones los usuarios de los gigantes de la comunicación digital. Basta un celular de un costo moderado para conectarse con el mundo. Los genios de la tecnología han amasado verdaderas fortunas a base de ofrecer conexión sin costo alguno y facturar solo por propaganda.

 

La prensa impresa en México tiene una rica historia. En las aulas de las escuelas de periodismo, los maestros nos afirmaban que en la segunda década del siglo XVIII se fundó el primer periódico, un semanario editado por un teólogo que aceptó las reglas del gobierno español. En los tiempos de la guerra de independencia y en todo el siglo XIX, la floreciente prensa sufría para ejercer su libertad de expresión y por su crítica, no pocos periodistas solían hacerlo desde el extranjero, particularmente de Estados Unidos.

 

Los gobiernos priistas se las ingeniaron para mantener a raya la insidiosa crítica, pero ello no significa la abolición de la misma. Muchos diarios se quedaron en el camino pero El Universal, o Excelsior ya festejaron sus 100 años de vida.

 

El populista gobierno de Luis Echeverría Álvarez hubo el “golpe de estado” al Excelsior pero surgió la revista Proceso. En 1977 de fundó Unomasuno y en 1981, El Financiero. Tres años después, 1984, surgió La Jornada para darle su despedida a JoLoPo. Tres de ellos tomaron el régimen de cooperativa como Excelsior el original. Todos prosperaron a base de un periodismo crítico del México en los tiempos de los gobiernos “conservadores”, como sataniza Amlo a esta época. Después, en 1991, nacería el derechista -o procapitalista según sea el caso- Reforma, enlistado entre los más críticos del gobierno de López Obrador. Al lado de estos, tiene lugar Milenio impreso, televisión y radio, qué como Reforma, tienen atrás una larga historia de hacer periodismo crítico. Milenio Televisión, desde 2008, hace un periodismo de tiempo completo y todos los días irrita a Amlo.

 

La existencia del grupo Radio Formula (y luego televisión) se remite a los años de la post revolución (1931) aunque a fines de los 60 sus canales de multiplicaron. Ya sea por radio o por televisión, Chumel Torres, los experimentados Joaquín López Dóriga y Pepe Cárdenas, o Ciro Gómez Leyva, le sacan roñas a los de la 4t. Todos ellos, junto a Carmen Aristegui, Azucena Uresti, entre otros muchos, han sido estigmatizados desde las mañaneras.

 

El periodismo crítico existe desde que nació la prensa misma. Contrario a lo que se piensa no es fácil y no siempre depende de la corrupción del periodista, el cochupo o el chayote. No es que se trata de excepciones; simplemente en un país como el nuestro es un oficio sinónimo de peligro. Lo números no mienten y están disponibles. Si hacer periodismo se paga con sangre, esto es la evidencia de haber periodistas libres y valientes.

 

Habrá que escuchar las argumentaciones de quienes sostienen que sí, pero se puede afirmar lo contrario y con sobrados razonamiento. Por lo menos en las últimas tres décadas se ha sentido una crítica de uno u otro lado. Efrén Calderón Arias y a Rodolfo González Macías, alcaldes entre 1988 y 1992, se quejaron de la crítica y de los tres alcaldes panistas, nos consta que todos, Fernando González Corona, David Cuevas García y Pedro Ruiz Higuera se sintieron agobiados. ¿Acaso, nadie se acuerda del “fernarco”, o de Pedro y sus alcoholes?

 

Peor, también hubo un “gustambo”, Gustavo González Villaseñor, quien hiló tres gobiernos priistas hasta ser echados del palacio municipal por los naranjas en 2012.

 

Antes de irse de diputado local, Pedrito Ruiz Higuera, era tachado como el peor alcalde en la historia del puerto.  A Javier Bravo no le fue mejor y Chavita González Reséndiz, abandonó la alcaldía con fama del peor presidente municipal. Pero a él su corona se la arrebató en menos de tres años Ramón Guerrero Martínez, el que ahora está de regresó y por el Movimiento Ciudadano.

 

Con decencia o indecencia, justo o injusta, desde Efrén Calderón hasta ahora con Luis Alberto Michel Rodríguez, cada uno de los alcaldes se ha ganado su cuota de crítica.

 

Lo mismo le ocurrió a Gustavo Díaz Ordaz, pasando por LEA, Jolopo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Peña Nieto y Amlo. Evidencias abundan: La matanza de Tlatelolco, las giras de Echevarría por el mundo, las crisis y defensa del peso “como perro, “no permitiré que  el país se me deshaga en mis manos”, el primer mundo de Salinas, la crisis económica del inicio del sexenio, las toallas de Fox, la guerra de Calderón, la casa blanca de Peña Nieto, la casa gris del hijo de Amlo.

 

Quizá la diferencia está en que en los tiempos de la 4t las redes sociales se han transformado en un medio masivo de comunicación y eso se siente en el ánimo de Amlo. Las redes ya no le resultan ser muy benditas. Aún como viejo político formado con los priistas conservadores, a López Obrador le cuesta asimilar que muchos de su gobierno, empezando por sus hijos no están vacunados contra la corrupción. Allá en el lejano sureste, a través de sus amigos, los juniors se despachan con la cuchara grande. Y el padre sufre en el gran Palacio del Zócalo.

 

Revolcadero

 

 

Bien dice el dicho que cuando la perra es brava hasta a los de casa muerde. La semana pasada, en dos partes, la periodista Sanjuana Martínez oreó la trama que culminó después de cinco años con la extinción de Notimex, la agencia de noticias del gobierno. La periodista, tachada alguna ves de periodista ejemplar, honesta, incorruptible por Amlo, acusó de millonarios moches pedidos para la campaña de Claudia Sheinbaum. Fueron mochesotes, de millones de pesos, según las publicaciones en La Jornada, diario alineado al régimen. Acusó que en el negocio está la familia Alcalde, el padre de la secretaria de Gobernación, la propia titular de Segob, Luis María Alcalde, el secretario de Economía, desde donde desde el inicio controlaron todo la familia Alcalde. Los aludidos, empezando por Amlo y Sheinbaum negaron todo. Ni modos que admitan flujos ilícitos de dinero a las campañas de Morena. En su mañanera, Amlo retó a Sanjuana que si tenía pruebas que denuncie. Como ella aceptó, pues la cosa se pondrá color de hormiga adentro de Morena.******* Este lunes 15 de enero, el Instituto Nacional Electoral informó de las tres fechas y sus respectivas sedes en las que habrán de celebrarse los debates presidenciables. El primero, será el domingo 7 de abril, el segundo, el domingo 28 del mismo abril y el tercero y último, el miércoles 29 de mayo. Nos llama la atención el tercer debate pues ocurrirá justo a unas cuantas horas del término de las campañas electorales. En los tres casos, los eventos se realizan en la capital del país, aunque en sede distinta; el primero en las oficinas cent rales del INE, el segundo en los Estudios Churubusco y el último, en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Ciudad de México. El primer debate incluye preguntas de los ciudadanos a obtenerse vía redes sociales mediante un mecanismo pendiente por informar. El segundo, consiste en cuestionamientos de los ciudadanos que se recolectarán en espacios públicos. El formato del tercer debate será un cara a cara de Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez. ******* Caray, nuestros pocos lectores están águila en los temas abordados en este espacio. Tienen especial interés en saber quiénes son esas dos figuras que están por abandonar a Luis Munguía. Y como es un hecho no ocurrido, un suceso que será noticia solo cuando se concrete, pues nos guardamos el dato en espera de que se confirme. Ya la semana pasada les adelantamos algunos nombres que nos confesaron se han decepcionado del Munguis y su burbuja.