CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
Luis Munguía le ofreció a Corina Naranjo una regiduría a cambio de darle la espalda al Partido del Trabajo y sumarse a su proyecto. Entonces, Munguía cometió su peor vileza pues para abrir espacio, abrió un boquete en su planilla del PVEM y borró a Edelmira Orizaga, quien como última “compensación” a su jurada lealtad a los verdes fue agredida a huevazos por presuntos simpatizantes verdes cuando hacía público el trato mezquino recibido.
En un segundo acto, luego de varios días de duelos entre verdes y morenos, la ex candidata del PVEM a regidora, Orizaga Rodríguez reapareció en el anuncio de su incorporación a la campaña del candidato a la alcaldía de Morena, Luis Alberto Michel Rodríguez. Fue su venganza por la ruindad de Munguía.
A Edelmira, Michel le ofreció una chamba de segundo nivel -la jefatura de Reglamentos- un departamento que regularmente depende de un funcionario de mayor jerarquía. Si el profe gana la elección, Edelmira podrá colocar a su grupo y con ello se siente satisfecha y no descartaría renegociar la posición.
Bien, más allá de lo narrado arriba, lo que en realidad nos llama la atención es la facilidad con la que morenos y verdes se “prestan” a sus cuadros. Es cuando entendemos lo dicho semanas atrás por Mónico Cervantes, que con cachucha de Morena clamaba evitar riñas entre “partidos hermanos”. Y en efecto, el PVEM y Morena son partidos coaligados, aliados, partidos hermanos. Le sienta natural a una Edelmira, confrontada con los verdes, buscar acomodo en Morena, el hermano mayor de todos los partidos satélites que orbitan en torno a la tironeada 4T.
Con bombos y platillos, los morenos presentaron esta semana a viejos y nuevos reclutas. Casi todos fueron figuras emblemáticas del PRI desde finales de los 80. Son noticias que conceden razones a quienes aducen que el Morena de los Bartlett, de Porfirio Muñoz Ledo, Monreal, del propio Amlo, es el viejo tricolor, el PRI de los 70 y 80, del siglo pasado. Pocas diferencias hallaremos entre una vieja fotografía de un encuentro de priistas con imágenes actuales de figurones de Morena.
Los morenos han presentado como all-star de la política local a Jesús Rubio Balcázar, quien fracasó en su intento de registra candidatura independiente, bajo la asesoría de Máximo Martínez Aguirre. En la memoria está cuando a Rubio Balcázar lo señalaron de gastarse dinero enviado para una campaña. La vieja guardia de izquierda no lo olvida. Chuy Rubio, es un antiguo militante del PRI, de ahí brincó al PRD y cuando presumía simpatías con la 4t, creyó fácil la vía de la candidatura independiente pero no le alcanzó la asesoría de Máximo Martínez. Para vivir de sus nostalgias, pidió un campito a Michel.
Máximo, sumó un último descalabro político. Candidato independiente, apenas pudo sumar unos cuantos cientos de cientos de votos, lejos de participar en el reparto de las regidurías plurinominales. Hace 30 años fue efímero diputado federal, vacante por herencia cuando Ramiro Hernández García pidió licencia para ser subsecretario de Pesca.
Ramón Ruelas Hernández, por obra y gracia del jerarca obrero Rafael Yerena pudo ser regidor, retorna a Morena semanas después de abandonar el proyecto de Carla Esparza. Michel le da trato de estrella cuando ni su padre lo apoya.
Quizá es buen momento para que los auténticos morenos se pregunten si realmente son representados por sus candidatos representan, si estos tienen por estandartes principios y doctrinas de la jaloneada 4t. Mucho tememos que individuos como Chuy Rubio, Máximo Martínez, Luis Michel, Yussara Canales la mayoría de sus candidatos a regidor, arrastren una formación política afín a sus odiado “prian” y no a la filosofía de la cuatrote.
Los flamantes nuevos aliados de Morena, no proceden de la sociedad civil, del combativo magisterio, de organismos civiles no gubernamentales. El Morena vallartense se nutre de auténticos priistas que se dieron gallo en la época dorada de los prianistas. Nohelia Zepeda no halla dónde apostarse y no transcurrieron muchos días de haber sido presentada como nueva verde, cuando ejercita su última pirueta y cae en campo moreno. Nohelia Zepeda fue jefe de programas sociales en las última administración municipal priista, la de Salvador González Reséndiz.
Pero si hay alguien que causa sensación, sobre todo entre los verdes, lo es el ex periodista enmochilado, Jaime Castillo Copado. A él, como a Nohelia Zepeda, se le consideraba pieza alineada a los engranajes de Munguía, quien con apoyo de “el mochilas” lo acomodó en el Seapal hasta la municipalización del organismo. Munguía y Jaime Castillo alcanzaron la cúspide de la mano de Ramón Guerrero Martínez, por eso la extrañeza de probar suerte con los morenos.
“El mochilas” ya podrá presumir haber incrustado en el PVEM y en Morena a sus mejores hombres. En este escenario debe leerse cada intento de verdes y morenos por asociar a la candidata del Movimiento Ciudadana, Guadalupe Guerrero Carvajal como familiar del “mochilas”. El tráfico pesado de la ruta PVEM-Moreno exhibe movimientos entre los “hermanos”, verdes y morenos y desde fuera se advierte que el titiritero es “el mochilas”.
Si los partidos Morena y PVEM son “hermanos”, entonces se puede inferir que morenos y verdes, aunque con orígenes en diversos partidos políticos, son parientes, primoshermanos, diría Andrés Manuel López Obrador en tiempos de campaña. Todos los días se sabe que mientras unos van otros vienen.
Como en cualquier familia, aquí los hermanos, los primohermanos, primos distantes, están en permanentes riñas.
Muchos daban al abogado, Roberto Ascencio Castillo haciendo sombra a Héctor Gallegos pero pues no; resulta que los “compadres” se distribuyeron en dos campos, verde y moreno. Al final, es una buena treta, que allanaría a uno o al otro acceso al poder. Claro, siempre y cuando el tercero, el MC, no les gane la batalla.
El pronóstico más socorrido apuntaba a rabiosos y potentes de cierre de campaña y los expertos no han fallado. El lunes la página digital “La Cepillada”, redireccionada a “el Garrobobo”, acometieron contra la abanderada del MC, Lupita Guerrero. “La Cepillada” fue el instrumento de aquellas embestidas contra Paco Sánchez Peña (con registro el 3 de marzo) cuando éste disputaba la candidatura de Morena a la alcaldía y entre sus adversarios, estaba Luis Munguía. En el equipo de “Los Pacos”, siempre se sospechó que los videos fueron autoría del dúo Laurel Carrillo-Juan Carlos Castro Almaguer y el presunto autor del trabajo, sería Diego Torres, de Método Político.
Si los la hermandad se pelan los dientes todos los días y protagonizan escaramuzas como el allanamiento a los abarrotes de “la nena” Luquín en Las Juntas, no debe asombrar a nadie que gasten pólvora con la abanderada del MC. Los duelos entre “familiares” suelen ser a muerte porque en sus riñas están de por medio la potestad de la misma sangre.
Ese pérfido proceder trae dos sellos y apenas hubo un fuera máscaras quedan al descubierto el poder de una monstruosa felonía.
Michel y Munguía, con las injuriosas publicaciones (destaca “La Cepillada”, pautas pagadas por una tal Susan Ortega) dieron origen a un sinnúmero de quejas y querellas en proceso de desahogo. Este lunes, Edelmira Orizaga presentó otros dos recursos contra Munguía y los verdes. “La Nena” Luquín, analizaba recurrir también a la justicia por la invasión de los morenos a sus propiedades. Michel y su equipo, también tiene una larga suma de acusaciones en su contra. Solo Carla abrió presentó cuatro recursos, quejas en organismos y tribunales electorales y denuncias en la Fiscalía.
Al principio del proceso electoral actual, las mujeres celebraban ocupar importantes candidaturas para las damas y ganar espacios en las planillas. A una semana de concluir la campaña, son ellas las ultrajadas y vilipendiadas por los varones. La mayor parte de las denuncias son por violencia en razón de género. Edelmira sufrió una agresión física directa. Carla Esparza acusa haber sido recurrió a todas las vías, electora y penal. Acusa a Michel que en su ruta a saciar su megalomanía recurrió a la violencia para minimizarla y avasallarla.
Revolcadero
Por cierto, decíamos en nuestra anterior colaboración que el domingo saludamos a Carla Esparza Quintero y nos había comentado que pronto habría noticias, que algunos de sus tres juicios interpuestos contra Luis Michel Rodríguez estaban a días de resolverse. Entre lunes y miércoles algunos usuarios de redes sociales se han dado a la tarea de esparcir la versión de que en cualquier momento, tal vez el miércoles 26 de mayo, se podía ordenar el retiro definitivo de la candidatura de Michel. Carla Esparza alega por dos vías, electoral y judicial, que corresponde a ella la candidatura a la alcaldía por Morena. En las redes sociales circula un recuadro en donde se puede leer dos números de expedientes, uno el SG-JDC-446/2021 en el Tribunal Electoral del Estado y el otro, SG-JDC-448/2021 del que supuestamente se delibera en el Consejo General del IEPC. Un tercer caso fue a dar a la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal. Se trata de juicio ciudadano que ya está mereció el pronunciamiento del TEPJF respecto al cumplimiento de paridad de género.****** Por cierto, los alquimistas del Movimiento de Regeneración Nacional, se aplicarán al Manual del representante de Casilla, un documento que contiene una serie de recomendaciones que serán la guía madre de los defensores del voto moreno en el transcurso de la jornada electoral y sobre todo al momento del cómputo de votos. Es un operativo por aplicar en la jornada electoral que consiste en capacitar y movilizar grupos de simpatizantes que se apostaran fuera de las casillas para intimidar a los electores. La presencia de dichos vigilantes se prolongará hasta el traslado de los paquetes electorales. Dicho manual recomienda a los representantes del partido un conteo mañoso que rebasa la raya de la ilegalidad. Instruye a los defensores del voto moreno: cuando el elector marque en la boleta los tres recuadros que pertenecen a nuestra coalición, el conteo dará un voto para el candidato propuesto y un voto para cada uno de los partidos de la coalición…”. ¿Qué es esto? Que Morena intentará sumar hasta en tres veces un solo voto. Es probable que el conteo concluya en eternas discusiones, sobre todo si los escrutadores afines a Morena se monten en su macho y logren confundir a otros funcionarios de casilla. Cualquier persona que conozco un poco del tema sabe que un voto emitido a una coalición cuenta como un voto para la candidatura correspondiente y se dividen de manera proporcional entre los partidos que hayan sido tachados en la boleta por el elector. Pero en ningún momento ese voto se contará para los dos, tres, cuatro, o más partidos coaligados para la elección en cuestión.******* Por cierto, a Luis Munguía trae de moda “los mochivales” que en los comicios de 2012 le dieron muchos votos a Ramón Guerrero Martínez. En el proceso electoral, tarjetas de dinero o apoyo en especie, como material de construcción, perecieron la atención del Don Santo Amlo que en varias de sus mañaneras pidió a la Fiscalía General de la República investigar. En Nuevo León, en diversos estados, en Guadalajara el candidato a la alcaldía de Morena, Carlos Lomelí fueron señalados de ofrecer promesas de apoyos en efectivo en especie a través de plásticos. Pero también se difundió un video en donde se observan a promotores del panista neomoreno, Luis Michel ofreciendo de entre dos y cuatro mil pesos en efectivo a cambio de obtener credencial de elector. Ahora sabemos que Luis Munguía también se apoya en los “mochivales”, que a juicio de los conocedores es un vil engaño a los vallartenses pues no pasa de ser simple promesa. Como en otros contratos, la clave se halla en las letras chiquitas: “Este es sólo un volante explicativo de cómo sería el funcionamiento del programa propuesto, este documento NO ES AUTOMÁTICAMENTE INTERCAMBIABLE POR ALGÚN INSUMO”. No hay duda, el amigo Munguía extraña a su amigo “el mochilas” al hacer suyo su alquimia electoral.