El nuevo impuesto a turistas extranjeros podría generar efectos negativos a Puerto Vallarta como destino turístico, advirtió el empresario hotelero Gabriel Igartúa Sánchez, expresidente de la Asociación de Hoteles y Moteles.
Respecto a tema que ha sido muy debatido y controversial, de entrada señaló que se requiere definir “cómo se va aplicar, si será voluntario u obligatorio, la forma de la cobranza”.
Consideró que el manejo se ha dado de forma irresponsable, ya que al final de cuentas el municipio tuvo “la ocurrencia” de crear un nuevo impuesto, calcular una cantidad que generaría en base al número de turistas, pero sin establecer una amplia comunicación con el sector privado, principalmente los hoteleros, “no sé si por falta de representación o por falta de voluntad política”.
Apuntó que entre ambas partes se debió establecer con claridad que los hoteles contratan las tarifas con un año de anticipación y esto genera una oferta en el mercado a través de los touroperadores, entonces “de repente ponen un nuevo impuesto que genera una carga tributaria adicional para nuestros turistas”, que por cierto no existe en otros destinos.
“Debemos ser más cuidadosos y responsables en la forma en que se toman las decisiones para lograr los esfuerzos y los recursos para la promoción. Nos pasó esto mismo con el Impuesto Sobre Hospedaje, que del 3% se subió al 5% y se logró bajarlo este año al 4%, ya con las tarifas contratadas. Debió mantenerse en 3% porque el incremento pudiera tener un efecto negativo”.
El empresario hotelero consideró que antes de dar pasos como los que dieron las autoridades municipal y estatal, es imprescindible observar “lo que está haciendo la competencia para no afectar nuestro destino”, incluso comparando con el propio Riviera Nayarit, que no tiene este nuevo impuesto municipal.
Añadió que es indispensable que se especifique en qué se invertirán los recursos que genere el nuevo impuesto al turista, ya que sólo se habla de que será para infraestructura del municipio; “toda obra en Puerto Vallarta tiene efectos turísticos, aunque sea para la sociedad, pero bueno, es la forma de tergiversar, de manipular y de una u otra forma mover sus intereses para lograr fines que, por falta de unidad y de representatividad en el sector privado no logramos discutir para ser tomados en cuenta. Entonces se toman decisiones en un factor de ocurrencia”.