CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
Cuando a mediados de junio pasado se abordó en este espacio el drama de incontables “levantados” y “desaparecidos”, uno de nuestros lectores nos sugirió hurgar entre la comunidad gay cuestiones del mismo tema. “Acabo de leer tu columna sobre los desaparecidos y manejas una hipótesis muy parecida a la mía, tengo varios años diciendo que en Vallarta hay muchos gay desaparecidos pero como tenemos una población flotante muy grande no nos percatamos de ello”, nos escribió.
Desde distintos ángulos se ha escrito, se han levantado realizado investigaciones de campo, escrito libros y hasta investigaciones judiciales pero no será posible desentrañar lo que se oculta en las sombras de la cotidianidad de día o de noche del universo, del “género intermedio”.
Desde hace ya muchos años el destino es conocido por ser amigable con el turismo lésbico-gay-trans. Puerto Vallarta supo ganar fama mundial por su vocación de abrirse al turismo rosita como ningún otro destino de playa nacional. No sabemos si es cierto pero nos reafirman que uno de cada tres visitantes es gay y viaja directo a la Zona Romántica. A ese dato concluyó un estudio del Centro Universitario de la Costa. “Busca a Jorge López” nos recomendaron. Dejamos el mensaje al catedrático pero no contestó.
Ejercer el “género intermedio”, en sus distintas modalidades, lo que supone ligar, prostituirse y divertirse, implica correr riesgos y amenazas. Hacia allá apunta la razón de tratar el tema y sugerirse como una sola advertencia.
Citemos un caso. En los primeros días de junio pasado, un egresado de la licenciatura de Administración del CUC desapareció sin dejar huellas. Su familia decidió no hacerlo público y siguen en espera de alguna llamada. Ya pasó un mes y nada se sabe. Tenía un pequeño negocio, una tienda de abarrotes con venta de cerveza.
Juan –por ponerle identidad anónima al profesionista- era regularmente conocido entre la comunidad gay. Son miembros de esta comunidad quienes se acuerdan de él porque la sociedad vallartense se muestra indolente y apática. Aquí reina el silencio.
En Puerto Vallarta un fenómeno corre en desfavor de la comunidad gay. Son ellos una gran población flotante y cuando uno o varios de sus miembros desaparece se asume como un más que regresó a su rancho o ciudad de origen o en el mejor de los casos, “luego pensamos que agarró gringo”. Es imposibilita identificar casos de cuando “(los) desaparecen”, pues apenas trasciende que algo anda mal cuando saben que no llegó a su pueblo natal y lo busca su familia.
Un mes después de haber desaparecido, a “Juan” lo busca su familia en las redes sociales. No ha sido suficiente para despertar el interés de la sociedad local, usualmente conservadora ante la desgracia de algún miembro gay avecindado temporalmente en la ciudad.
En un escrito anterior situamos el sur de la ciudad como la Zona Romántica de alta vocación para el turismo gay. Del lado sur del río Cuale la diversión nunca acaba, de día o de noche. Ahí cualquier antro, hotel, club de playa, cantina o bar es seguro. Pero esa seguridad es relativa. Por la zona del muelle la inseguridad se percibe más que en los negocios retirados de la playa. “La Cueva”, donde antes estaba “el chavalón” es un bar gay para clientes tipo vaqueros. Por esa zona está el “anónimos”, “el blondies”, “el chachalaca”. Siguen siendo seguros pero mientras más se alejan de la colonia, más se expone a riesgos.
Bajo consideraciones generales, Puerto Vallarta ofrece seguridad plena a la vida nocturna en cada rincón de la ciudad. Sin embargo, la diversión tiene límites y uno de esos límites es el tiempo. Hay antros o cantinas tenebrosos a los cuales muchos se la piensan antes de aventurarse a ir por invitación de algún amigo trasnochado. Son los “afters” o dos tienen negra fama. Se hallan muy distantes de la seguridad que garantiza los confines de la “Zona Romántica. “El Maracaibo” y “El Mamitas”, el primero en la colonia Cinco de Diciembre, y segundo en las inmediaciones de Vallarta 500 suelen ser amigables con ellos. En los antros de la Zona Romántica, todo es seguro. Quienes se aventuran salir de la burbuja de seguridad después de las seis de la mañana y a partir de ese momento, al salir a calles ajenas, se elevan los riesgos.
(Resulta imposible eludir un riesgo que los gays-trasvestis corren al incursionar en la vía pública. El solo hecho de caminar o estar en la calle, son abordados por patrulleros municipales, quienes los asocia a la prostitución y “por sospecho”, “por dar mala imagen”, son retirados de la vía pública y en algunas casos, presentados con un juez municipal).
En diciembre del 2018 conmocionó la muerte de Gerardo Ruvalcaba Gutiérrez. Tiraron su cuerpo allá por El Monteón. Más atrás, en noviembre de 2009 “levantaron” al abogado Alejandro Gómez Hurtado. Jamás se supo de éste. Tampoco se ha sabido de las circunstancias, razones o identidad de quienes asesinaron al “Jerry”. Sin embargo, más de uno asocia estos dos sucesos como objetivos de atentados discriminatorios a miembros de la comunidad. Lo sucedido como Humberto “Beto del Infonavit” Gómez Arévalo, en enero de 2015, más bien apunta a móviles políticos.
Para Puerto Vallarta, el turismo gay es de alto significado. Los negocios y derrama económica es un motor que mueve la economía de cientos de hogares. En la ciudad se celebran exclusivas y suntuosas fiestas en donde un “cover” es superior a los cinco mil pesos por persona. La fiesta “Thanks Giving Party”, o Acción de Gracias, es una de las mas famosas. Pero también en Navidad y Año Nuevo se ofrecen suntuosas fiestas privadas y solo para ingresar se debe pagar varios miles de pesos. El club de playa Mantamar, un restaurante de la Isla del Cuale y el Terra Noble, son algunas sedes. En el último de estos citados se celebró la exclusiva fiesta privada para conmemorar la Independencia de Estados Unidos el último sábado 4 de julio.
El libro turismo y Sexo en México dedica un capítulo al turismo gay en Puerto Vallarta. Cristobal Mendoza y Patricia Medina hallaron prácticas de prostitución, escorts, masajistas y jóvenes “acompañantes”. La investigación de campo fue en la misma zona citada líneas arriba. El trabajo atrae a estudiantes universitarios, bachilleres, casi todos llegados de sitios distantes. El libre ofrece testimonios y entrevistas de lucrativo negocio de cuerpos masculinos en venta. “el placer y el descanso”, solo el año 2006, atrajo a Puerto Vallarta cuatro millones de gays. El destino ha diversificado su producto en los últimos años, se ha orientado hacia el turismo gay por su poder adquisitivo medio-alto; “(el turismo gay) es el segmento de mayor crecimiento”, destacaron los investigadores, quienes redujeron al destino como un “lugar de liberación”.
Revolcadero
Nos relataba un capitán de embarcaciones que ofrecen paseos por la Bahía de Banderas que cuando tienen grupos de la comunidad gay en los yates de su compañía se destacan por ser “buenos propineros”. Que se destacan inclusive por encima del turismo extranjero al momento de abandonar las barcazas dejando altas propinas al personal que les brindó el servicio. Aunque no son clientes constantes que soliciten paseos especiales, siempre que solicitan el servicio se les otorga de buen agrado. Por eso lamentan que por la situación actual de la pandemia pierdan la oportunidad de darles servicio.***** Trabajadores del Programa de Bienestar, allá por el vecino estado de Nayarit denuncian haber sido despedidos sin justificación alguna y en plena pandemia sanitaria. ¿Quién los despidió? Por tratarse de un programa federal, aun haya sido el estado o un gobierno municipal, por el solo hecho de tratarse de un patrón público es reprobable. ¿Con qué calidad moral va a exigir el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, el gobernador Antonio Echevarría García, a los empresarios no despedir a los trabajadores? No. El gobierno es incapaz de saber poner el ejemplo.****** El fin de semana pasado supimos que Diego Franco Jiménez se había aislado en su casa por sospechar de haber sido contagiado de Covid-19. Se realizó una prueba y poco después del mediodía de este viernes 17 informó: “Buenos días a todos. Quiero compartirles que el día martes me hicieron la prueba de covid 19 ya que me di cuenta que no percibía ni olor ni sabor, el resultado fue positivo más no presentó complicaciones respiratorias, me encuentro en casa ya que mi esposa también dio positivo y estamos cuidando la salud de los niños. Nos informan que en los niños este virus es menos dañino y estamos siguiendo todas las recomendaciones para pronto integrarnos a chambear. Que tengan bonito día. Y a cuidarnos entre todos”.