CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
La lectura de una colección de opiniones de mexicanos agraviados hasta 2011, El México Indignado, nos llevó a plantear una pregunta que muchos se hacen: ¿ya en su cuarto año de gobierno, hasta cuándo Andrés Manuel López Obrador asumirá sus responsabilidades?
En el libro El México Indignado, impreso en octubre de 2011, hallamos una historia protagonizada por el ahora titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, el mismo que tiene en un vilo la vida pública nacional.
La interrogante se fundamenta en un hecho. El presidente de la república acusa de ser el mal de todos los malos a los pasados gobernantes y al aproximarse la recta final de su sexenio, elude cualquier responsabilidad. Sin embargo, hallamos que el fiscal Gertz es uno de los muchos funcionarios que han dedicado casi medio siglo de sus vidas al servicio público en posiciones claves.
¿O será acaso que el fiscal no cuenta como parte del régimen de la 4t? ¿Que no es otro de los carnales del presidente, término aludidos por Amlo cuando sale a defender a sus funcionarios involucrados en escándalos (como Julio Sherer? Creerlo así es faltar a la verdad.
Alejandro Gertz Manero es un alto funcionario del actual régimen de gobierno que a su paso han agraviado a muchos mexicanos desde su posición. La suma de esos agravios, abusos y atropellos de toda naturaleza, debilitaron a los gobiernos priistas y panistas y cimentaron catapultaron las aspiraciones presidenciales de López Obrador.
Este lunes 14 de marzo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió reponer un proceso judicial que mantiene a dos familiares del fiscal Gertz, a quienes acusa de la muerte de un hermano por desatención.
Lo anterior son evidencias de que el funcionario Gertz ha tenido responsabilidades en la conducción del país, no desde diciembre de 2018, sino desde hace más de casi 50 años. El fiscal carnal de Amlo es un licenciado en derecho por la Escuela Libre de Derecho egresado en 1961 y dos años después, en 1963 hace ya 59 años se estrenó como dictaminador de la Junta de Conciliación y Arbitraje. Fue primer jefe, priista naturalmente, fue Adolfo López Mateos. El infame Gustavo Díaz Ordaz nombró a Luis Echeverría Álvarez de Gobernación y Gertz ya apareció en plan estelar, en la Dirección jurídica del INAH probablemente aplaudió el halconazo. Echeverría fue el siguiente presidente, cuando Pedro Ojeda Paulada ya era figura del priismo; éste fue designado Coordinar Nacional de la Campaña contra el Narcotráfico.
Raramente aparece su nombre entre los responsables del programa de erradicación de enervantes en la sierra de Sinaloa-Durango-Chihuahua, el operativo Cóndor cual pareciera borrar de su biografía haberse coordinado con los generales, Félix Galván López y José Hernández Toledo. Este último, es el despreciable militar que coordinó “brigadas blancas” que masacraron a decenas de universitarios en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Gertz fue alguna parte de aquella pandilla de Miguel Nazar Haro, Francisco Sahagún Baca, el compadre del célebre “el negro” Durazo.
En descargo a su favor, el fiscal de hierro, Javier Coello Trejo narra en sus memorias que un subprocurador de la PGR de Echevarría, Samuel Alva Leyva le disputaba a Gertz coordinar el combate a las drogas.
El ya octagenario fiscal de Amlo concluyó el gobierno de Echeverría en la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo a donde fue llevado por su protector Ojeda Paulada, cambiado de la PGR a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.
Con José López Portillo llegaron los tecnócratas, quienes se consolidaron con Miguel de la Madrid y con Carlos Salinas de Gortari todo México fue territorio de los neoliberales. Cuando esos conservadores reformaron las leyes electorales y abrieron la democracia a la elección del jefe de gobierno, con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano se le abrieron otra vez las puertas a Gertz. De Cárdenas y también en el interinato de Rosario Robles, se convirtió en el policía de la capital.
(Entre 2009 el Partido Convergencia lo inscribió en su lista de candidatos de representación popular y por esa vía fue diputad federal en la LXI Legislatura. Ello le facilitó a relacionarse con López Obrador a quien apoyó en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012).
Luego en 2000, llegó la alternancia al gobierno federal y en el gabinetazo de Fox apareció Gertz Manero como jefe de la policía federal. El señor daba pruebas de ser un sincolor y dispuesto a trabajar con priistas como con los panistas. Al seguido mes se le complicó su encargo cuando la fuga de Joaquín “el chapo” Guzmán de Puente Grande. A cuarto año, fue relevado. Regresó de nuevo a sus asuntos privados y volvió a reapareció solo hasta después del triunfo de López Obrador con el nombramiento de “encargado” de la sentenciada a desaparecer PGR hasta ser votado por el senador como primer Fiscal General de la República.
Lo anterior es resultado de un esfuerzo por sintetizar una trayectoria de casi seis décadas de uno de los más poderosos funcionarios en el gobierno actual. Ya lo exculparán nuestros lectores si tiene o no tiene ninguna responsabilidad de las que Amlo le atribuye “a los otros”. Pero sí, Gertz fue parte de esa elite política y por más de medio siglo ha desempeñado responsabilidades de primer nivel en el gobierno federal.
Al principio citamos el libro El México Indignado y elegimos concluir nuestra colaboración de hoy tomando una historia narrada por Maite Azuela.
Para quien no lo sepa, Maite Azuela es politóloga y maestra en políticas administrativas, analista en temas de derechos humanos, corrupción, comunicación política y activista ciudadana. Además, es integrante de la Asamblea Nacional Ciudadana y vocera de DHP (Dejemos de hacernos Pendejos).
Relata que un viernes de 2004 (páginas 113 a la 122) fue a dar altas y bajas en el ISSSTE de empleados del IFAI y entre ellos la baja de una empleada de escasos 3 meses. Era Lizbeth Itzel Salinas Maciel, a quien habían asesinado. Atrás de la historia había una empresa asiática que había defraudado a 70 personas atraídas por altos rendimientos de intereses por llevar su dinero. Lizbeth había sido agente de cuentas de la empresa malaya Rizzland Group Limited que la timó denunció. En una carta con fecha 18 de febrero de 2004, le relata detalles de cómo operaba la empresa a Gertz Manero.
Cuando se consultó al ahora fiscal de Amlo, negó haber recibido el escrito de la señorita Salinas Maciel. Los empleados del INAI sugirieron firmar un desplegado per los consejeros se negaron. En la vivienda de la víctima hallaron la carta dirigida a Gertz Manero con sello de recibido. Solo así aceptó que en efecto, el secretario de Seguridad Pública del gobierno federal en el gobierno del panista Vicente Fox, pro alguna o muchas razones mentía. El columnista Jorge Fernández Meneses escribió del tema y el asunto trascendió. Solo así, Gertz Manero aceptó que mintió.
La historia de Lizbeth Itzel Salinas y su familia, sus amigos y compañeros de trabajo, es apenas parte de las estadísticas de los miles, los millones de mexicanos agraviados, que en las elecciones presidenciales de 2018 votaron por Amlo. Grande ha debió ser la decepción con Gertz Manero de fiscal. También Bartlet, otros del gabinetazo, Carlos Lomelí en Jalisco, Llamas en Zacatecas y ahora acá, los Michel, deben tener sus propios muertos en el closet.
Entonces, de esos males que padecemos los mexicanos, que no se haga Amlo, también hay responsabilidades en su equipo. Ya es momento que asuma culpas.
Revolcadero
Luis Ernesto Munguía González, en calidad de ciudadano, de regidor y de dirigente estatal del Partido Verde Ecologista de México informó haber denunciado penalmente al zacatecano Salvador Llamas Urbina y exigió al presidente municipal Luis Alberto Michel Rodríguez su cese por culparlo responsable de suscitar un ambiente enrarecido en Puerto Vallarta. El ex diputado local y federal consideró que la reciente declaración, “calladitos se ven más bonitos”, en este entorno no es una declaración menor y más aún cuando es público el hecho de que cuenta con denuncias penales por agresión con arma de fuego en el estado de Zacatecas. Por ello pidió al gobierno del estado aclare bajo qué situación jurídica “se halla este sujeto”, si cuenta con antecedentes penales o investigaciones abiertas en su contra. Munguía lo hace responsable directo de que le ocurra a él y a su equipo de trabaja y tacha a Llamas de ser una amenaza para él es un riesgo la gobernanza de la ciudad. Asimismo pidió se investigue el origen de las armas que portan los excesivos “guachomas” (el entrecomillado es del autor) acompañantes de Llamas y aclarar por qué tanto personal de seguridad sin que su cargo lo requiera. “Exijo al Presidente Municipal, a la Fiscalía del Estado y al Gobernador Constitucional del Estado de Jalisco, aclaren por qué dicho individuo cuenta con tal protección”, emplazó.****** También denunció al coordinador del gabinetazo de Michel por atribuirse funciones que no le corresponden al intentar ponerse por encima de la autoridad de los Regidores y pretender ejercer influencia para callar e infundir temor a los regidores. Dijo que en Vallarta no hay cabida a discursos que en otros estados y ciudades resultan comunes, y normales que enaltecen palabras que evocan al delito como “carteles” “mafias” “extorsión” “delincuentes”, palabras que Michel usa para golpear, difamar y señalar sin sustento a todo aquel que le represente un obstáculo. Subraya: “La iniciativa privada, trabajadores del Gobierno, autoridades municipales y hasta el propio personal del organismo del agua a su cargo, han sido víctimas de su operación en la guerra sucia, en el secuestro mediático y en la estrategia digital que ha emprendido por medio de cuentas falsas y granjas de bots, pagados con recursos públicos, para difamar todo lo que no esté en su ruta de servirse del Gobierno de Puerto Vallarta”. Y concluye: “La libertad de expresión es un derecho universal, enfocado a garantizar la libre opinión de cualquier ciudadano, por lo que toda persona que quiera coartarla no puede por ningún motivo tener cabida en ningún nivel de gobierno, por tal motivo exijo el cese inmediato de Salvador Llamas Urbina”.****** Pero bueno, al otro lado del río Ameca, allá donde gobierna la morena Mirtha Ileana Villalvazo Amaya, también corren fríos y violentos vientos. Resulta que los regidores, siete en total más el síndico, Jorge García Valencia, solicitaron la inmediata remoción del infumable jefe de Licitaciones y Concurso de Obras, Eduardo Huerta Marcial. Sí, es el mismo funcionario importado de Tlaquepaque al que le han hallado evidencias de haber llegado no tanto a trabajar a Bahía de Banderas sino a hacer otras “cositas”. Además, también denunciaron por la vía penal y de acuerdo al documento que nos enviaron, por “hechos” como: “el ciudadano Eduardo Huerta Marcial ejerce usurpación de funciones y facultades en las dependencias de Desarrollo Urbano Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, en la Dirección de Catastro. Tesorería, Secretaría del Ayuntamiento, Jefatura de Egresos y en la Jefatura de Ingresos, en donde constantemente da instrucciones”. Los regidores y el síndico lo denuncian porque “mediante el uso de facultades que no le son propias de su cargo y que condiciona a empresas y particulares a cambio de recursos económicos y en especie, por su gestión para la obtención de permisos de construcción, uso de suelo”, además de no haber presentado su declaración patrimonial y sustraer documentos oficiales fuera de la oficina asignada para sus funciones. Documento llegó al Congreso del Estado, la Fiscalía estatal, el palacio de gobierno del estado y también contiene el sello de recibido en la Oficialía de Partes donde despacha Mirtha Villalvazo.