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Gerardo Sandoval Ortiz |

Crónica de una travesía en la gran lluvia del adverso escenario en Puerto Vallarta

CONTEXTOS

 

 

A las 03:20 horas del domingo 12, capturé en la cámara del teléfono una foto de la mesa de un encuentro de amigos en Los Médanos, un coto frente a Mojoneras. Lo consideré testimonio de regreso a casa.

Mi cronómetro me dio por hora de arribo a Ixtapa, las 04:16. En esa segunda imagen me permitió tomar conciencia de la fuerza de una tormenta que no daba tregua. En la corta travesía, que en condiciones normales no lleva más de 10 o 15 minutos, el temporal obligó consumir tres veces más de tiempo.

“Jamás me sentí tan abandonado, transitar solitario en esta carretera”, le expresé a Lari ya en la mañana del domingo. Sentía ansiedad por comprobar la magnitud del vendaval y los daños en el norte de la ciudad.

Una o dos horas antes de la tempestad, una ligera lluvia que se prolongó poco más de una, en Ixtapa, no parecía representar una amenaza seria. A eso de las nueve de la noche, me sorprendió en tránsito sobre la avenida México. En el regreso, supimos que el diluvio era de proporciones bíblicas y dejaría, decenas, cientos, quizá miles de afectados.

En la ruta a Mojoneras hice un alto para realizar una compra. Era el regalo de la cumpleañera. Ahí pude constatar que el cielo se caía. El primer pensamiento fue dar marcha atrás, pero ya con regalo, retomé el rumbo. En las siguientes horas registramos lluvias intensas, aunque en pausas, aunque a le media noche hubo una engañosa quietud. Cuando reanudé, la intensidad activó el sentido de las alertas.

Poco antes de las tres y media decidí aventurarme y me preparé para el retorno a Ixtapa. El agua seguía cayendo a cántaros. El rumbo nuestro era el norte. Al sur, se alcanzaba a escuchar el ulular de lo que aparentemente eran unidades de emergencia en auxilio a los vecindarios de la Avenida de Las Palmas. A esa hora, muchas viviendas ya estaban anegados de agua desbordado de los canales pluviales. A unos metros de la sede de la Fiscalía Regional, se unen dos canales por el que fluyen el agua que baja de Mojoneras y busca salida al estero El Salado. La oleada fue de tanta magnitud que desbordó los dos canales y anegó a los hogares.

Al tomar la avenida México, decidí circular en sentido contrario y en la calle Guadalajara incorporarme a la vía que lleva a Ixtapa. Mojoneras ya sufría la creciente, lo cual se podía palpar al observa que los dos carriles sur-norte, estaban convertidos en arroyuelos.

Del acceso a Los Médanos hacia el norte, la avenida México lucía solitaria. Es un tramo de dos o tres cientos de metros en línea y no había luces de vehículos. Concluí que las patrullas de vialidad en turno, deberán estar atendiendo la emergencia.

Aunque el agua no permitía atisbar más allá de una corta distancia, la preocupación fue advertir el tamaño del fenómeno y medir riesgos potenciales. A la altura del CUC el caudal se potencializa y suele desbordarse el canal. Así era, pero eso no frenó la marcha. Nuestra experiencia decía que era una locura tomar por el atajo de la Avenida Universidad hasta la carretera 544.

La confluencia México con la avenida Federaciones, aunque con uno o dos puntos críticos, fue la mejor alternativa. Calculamos que la potencia de la fuerza de la camioneta pickup podía sacarnos del apuro.

Con la tromba a su máximo potencial, considerar circular por la calle Simón Andrade y adentrarse a Ixtapa, era un suicidio. Enfilar por la Federación fue la decisión.

Sin embargo, sabíamos de un punto de riesgo en el cruce Federación y Guadalupe Zuno. En ese sitio, la noche del lunes 15 de septiembre, un menor de edad circulaba en moto fue arrastrado hasta el canal pluvial. Lo hallaron un día después en el mismo canal, atrás del campus universitario de la UdeG. La fuerza del caudal lo arrastró por lo menos unos 600 metros. Ahí puse a prueba la F150. En dicho cruce, un discreto vado se impone antes de tomar el puente. Fue la única vez que el caballo de acero se sentó ante la embestida de la corriente en su costado derecho. En el momento de mayor debilidad, justo cuando al paso la troca se cubrió del agua que levantó a los lados, pareció arranarse. Un acelerón nos puso encima del puente y la maquina descansó.

El tramo de las bodegas de la Federación y hasta la intercepción con la carretera estatal 54 no represento riesgos. Históricamente es un punto baja y con facilidad se inunda. Algo bien habrán hecho nuestras autoridades. Mas bien, el agua inunda la Federación y bloquea el paso vehicular, apenas se adentra unos metros camino a Verde Vallarta. Los urbanistas deberán ponerle atención a este potencial punto crítico que pudiera convertirse en un tapón cuando se ponga en operación el puente “Amado Nervo”.

A esa hora, sin semáforos y las vías en plena oscuridad, nos trepamos otra vez al contrario, mucho más alto que los carriles Las untas-Ixtapa. Desde antes de las nueve de la noche del sábado, los automovilistas habilitaron el tramo Autozone-Aurrera para evitar exponen sus automotores al peligro de zambullirse en el agua. Desde el CUC hasta la Independencia, el ingreso al centro de Ixtapa, se declara intransitable circular en sentido a Las Palmas.

Es perfectamente sabido que una lluvia fuerte impide circular por la avenido Independencia. El piso encementado vuelve a sus orígenes y se transforma en un arroyuelo natural. La vía se alimenta del agua que surca por el centro de Ixtapa y colonias y traslada el caudal hasta el arroyo de La Esperanza.

En los estacionamientos de zona comercial frente a Los Tamarindos e Idipe, vimos vehículos perfectamente estacionados. Fueron bien protegidos por sus propietarios. Algunas áreas de Los Tamarindos, como en la calle Gaviotas, donde nace el canal pluvial paralelo a la calle Guadalupe Zuno, son propensas a las inundaciones. No ha habido una autoridad municipal capaz de proveer una obra que salve de las inundaciones a los vecinos de Villas Ixtapa, un fraccionamiento situado entre Los Tamarindos y Costa Dorada.

Entonces, tomar una calle de dichos vecindarios no ha sido una opción. Cualquier residente de Ixtapa descarta tomar la avenida Independencia. El tramo de la 544 a la farmacia Guadalajara, es un dique impasable para automóviles ligeros y medianos.

La opción fue irnos hasta la última calle de la llamada “colonia de los maestros”, una sección de la Idipe, y adentrarnos por la calle Raúl Anguiano. Fue un descanso constatar que la calle no estaba anegada de agua, como había sido toda nuestra travesía. 45 minutos después había logrado dejar atrás la sensación de riesgos que invade circular por carreteras y calles anegadas en plena tormenta.

 

Revolcadero

 

Un día después del gran diluvio dimos de información que nos confirmó nuestro temor. El temporal anegó cientos, más de mil viviendas, y casó cuantiosos daños en casas y negocios. El domingo, la información fue conservadora, pues los cuerpos de protección civil, estatal y municipal, como suele ocurrir en estos casos, no se pusieron de acuerdo y mientras unos hablaron de 700 hogares afectados en sus enseres domésticos, el menaje de casa, otros les minimizaron a la mitad. En estas primeras estimaciones, se consideraron daños en 85 comercios. Ya este lunes 13, La Unidad Estatal de Protección Civil le puso número a viviendas dañadas: 1 mil 260. Sin embargo, omitió dar un cálculo de hasta dónde puede alcanzar el monto de daños. Que “Raymond”, no fue la causa, sino una tormenta, severa, atípica, dirán los nuevos gobernantes. Se detectaron cinco puntos críticos, Mojoneras y Parque Las Palmas, la zona de intercepción de las avenidas México, Politécnico Nacional y 16 de Septiembre. A unos metros de este sitio, un vecino de La Colonia, contiguo a Idipe Ixtapa, circulaba por la 16 de Septiembre y trágicamente cayó al canal que captura las aguas de la que era el arroyo El Contentillo. La fuerza del agua hizo caer al canal pluvial su camioneta que al bajar la creciente, estaba atorada en un puente. Es la víctima mortal de la tromba. Ya en la mañana del domingo, un elemento de las fuerzas armadas, que implementaron el Plan DN3, mientras realizaba labores de apoyo a damnificados en Parque Las Palmas, recibió una descarga eléctrica casera.****** En tanto los cueros de Protección Civil, municipal y estatal, realizan el levantamiento de daños para estimar las afectaciones, el titular de la Secretaría General del Ayuntamiento, José Juan Velázquez Hernández, informo que se alista la documentación para  solicitar la Declaratoria de Emergencia y poder acceder a los recursos de Fondo de Desastres del Estado. El funcionario municipal, dijo que se está en la fase de recopilar todos los datos y presentar la evaluación de los daños. De acuerdo a las reglas vigentes, el solicitante deberá presentar su solicitud en las 48 horas hábiles después del siniestro natural a la Secretaría de Asistencia Social del gobierno estatal. Hace tres semanas, el lunes 24 de septiembre pasado, el gobierno local hizo una solicitud en demanda de apoyos extraordinarios por daños sufridos el viernes 19 de septiembre. Aquella ves, una tormenta causó daños en la misma zona de Mojoneras y se registró poco más 110 milímetros de agua por metro cuadrado, inferior a los 158 mm de precipitación captados entre la noche del sábado y madrugada del domingo. Eso explica la diferencia en el tamaño de las afectaciones, pues mientras en septiembre, apenas fueron poco más del centenar de viviendas con daños las casas en dos decenas de colonias, además de los daños en cuatro escuelas, según se desprende de la declaratoria de desastre.******* Por cierto, no pasó mucho tiempo para que desde la tarde del domingo se lanzaran convocatorias para recaudar donaciones y apoyar a damnificados por el mal temporal. El gobierno municipal informó de 6 centros de acopio: Oficinas centrales del DIF Vallarta, calle Paseo de las Palmas, colonia Barrio Santa María; oficina de la Presidencia Municipal, calle Independencia 123, colonia Centro; Unidad Municipal Administrativa (UMA), avenida Mezquital 604, colonia Los Portales; oficinas de la delegación de Ixtapa, calle Independencia 188; delegación de El Pitillal, calle 5 de Mayo 220 y ⁠unidad deportiva La Lija, calle Pablo Franco 1000. El DIF recibe donaciones como arroz, frijol, aceite, azúcar, café soluble, enlatados, jabón, shampoo, toallas femeninas, pañales, leche de fórmula y papillas. La Oficialía Mayor Administrativa, con Lucky Michel Pérez al frente, convoca a la sociedad civil, empresarios y colaboradores municipales a sumarse a esta colecta solidaria en apoyo a las y los vallartenses que más lo necesitan.****** La última y nos vamos. El alcalde Luis Munguía, en un recorrido el domingo, fue abordado por vecinos de la calle Zacatecas, quienes le dijeron que el problema de las inundaciones lo origina un cribero que almacena material extraído de los ríos y que en grandes cantidades se convierte en un tapón que estanca el agua y provoca que el vecindario nade en las aguas atascadas. Son grandes montañas de material las que el cribero almacena para en su momento hacer negocio. Un vecino presumió que el dueño del terreno adyacente es un político que luce sombrero de gala y cuyo estandarte y mantra de “ni un paso atrás”.

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