CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
El gobierno federal ya se apoderó de más de la mitad del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios para compensar el desplome de sus ingresos en el 2019.
Hace un mes, por “decreto presidencial”, también hizo suyos millonarios fondos al ordenar la extinción de un centenar de Fideicomisos públicos.
La semana, un diputado federal de Morena, Edelmiro Santiago Santos Díaz, se sacó una iniciativa que en esencia propone transferir los Fondos para el Retiro, el ahorro de más de 50 millones de trabajadores mexicanos en un cuarto de siglo, al Banco del Bienestar.
Esta semana, el debate apunta a la “invasiva e inconstitucional” pretensión de reformar la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, facultad hoy de los Legisladores, y depositarle ese poder al ejecutivo, a Andrés Manuel López Obrador, a través de la Secretaría de Hacienda.
Contra esta última propuesta, que amenaza con arrebatarle facultades al Poder Ejecutivo, se unieron los partidos opositores y también los legisladores de todos los partidos políticos para echar abajo la iniciativa. El líder nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar es quien calificó de inconstitucional la propuesta.
López Obrador se asoma con mucha malicia a las ventanas del dinero. Le acomoda su posición de ser un presidente con sobrados recursos para programas sociales y frente a la crisis voltea a todos lados para hacerse de más y más dinero. Ante el fracaso estructural, incapaz de generar ingresos propios y la caída de precios del petróleo, se propone apoderarse de cualquier recurso a la vista. No quiere saber quién o quiénes son sus dueños, él quiere dinero.
El régimen de izquierda, populista, parece perfilarse a erigirse en un régimen totalitario, empeñado en granjearse el apoyo del pueblo.
Un gobierno totalitario, se distingue por exaltar a una figura central el que regularmente concentra un poder ilimitado en lo político, lo social y en el ámbito económico. Esta semana vimos como López Obrador entró en cólera cuando supo que los empresarios acordaron con el BID un programa de apoyo a micro y medianas empresas. En un acuerdo entre particulares, nada tiene que ver el gobierno pero al presidente no le gustó “el modito” del Banco Interamericano de Desarrollo y el Consejo Mexicano de Negocios.
En este régimen dictatorial, la autoridad se ejerce a través de un sistema jerárquico empujado por un movimiento de masas. El sistema, regularmente sostenido en ideologías y valores de un partido a veces único, no cesa en aglutinar a todos en una sociedad homogénea y perfecta. A veces, esa “sociedad perfecta” suele ser una persona, ese líder exaltado como lo fue un Adolf Hitler o Benito Musollini.
Algunos líderes que amasaron poderes absolutos en sus países pasaron por apoderarse de otros poderes fácticos y constitucionales. En la Cuba de Fidel Castro o en la Venezuela de los Chavez y Maduro, también Evo Morales de Bolivia, desconocieron, controlaron o aplastaron a los legisladores para imponer un Congreso dócil. Hitler también lo hizo en Alemania como en Italia Mussolini, o en la desaparecida URSS, José Stalín. En todos esos regímenes corrieron ríos de sangre de millones de ciudadanos sacrificados por oponerse a los designios de sus dictadores. Todos, más Hitler y Stalin, asesinaron a sus opositores.
López Obrador emprendió una larga campaña contra los medios de comunicación que le eran incómodos. Para él, todos o casi todos, eran parte de la mafia del poder”. “Las benditas redes” la cayeron como anillo al dedo y con la ayuda de sus fanáticos las convirtió en su instrumento masivo para adoctrinar a los suyos. Es notable el uso de la propaganda como un mecanismo y herramienta para controlar todo, a la sociedad en su conjunto y la crítica de opositores. Es la herramienta favorita de Amlo que en sus mañaneras reprende y reprime a sus adversarios. En el sistema totalitario no se admite la crítica, intolerancia inoculta desde la irrupción de los morenos.
En el México de hoy, no hay forma de permitir que el presidente de la república decreta la desaparición de los poderes que dan equilibro y contrapeso al ejecutivo. Sin embargo intenta restarles poderes y prueba de ello es la iniciativa que propone transferir facultades del legislativo al ejecutivo y a través de la SHCP manejar, administrar, gastar a discreción el presupuesto federal.
Cuando López Obrador dijo que la pandemia del coronavirus “me cayó como anillo al dedo” tal vez se refería a condiciones propicias para empujar la iniciativa para trasladar a él gastos presupuestales sin pasar por los diputados.
López Obrador se muestra débil a las tentaciones que en su momento afloraron en infames personajes de la historia. Nuestro presidente suele exhibir de ves en vez desvíos propios de un tirano. Le disgusta enormemente compartir el poder y siempre quiere ser el muerto del velorio y atraer la atención de propios y extraños.
En tanto mide fuerzas con el Poder Legislativo, López Obrador ya ordenó a principios del mes extinguir un centenar de Fideicomisos Públicos y concentrar varios cientos de miles de millones de pesos en la Tesorería de la Federación el dinero. El mandatario le puso cifras a su manotazo: al desaparecer los Fideicomisos, reunirá alrededor de 240 mil millones de pesos.
El Fondo de Equilibrio de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios guardó hasta el año pasado 239 mil millones de pesos. Enrique Peña Nieto no tomó ni un peso sino lo incrementó con dos aportaciones, uno por 28.5 mil millones y otro de 11.5 mil millones de pesos. Llegó López Obrador no pudo ingresar al menos lo que gastó, y los agarró (ya se aprobó disponer casi el 60% del Fondo para el ejercicio fiscal 2020) para compensar la caída de sus ingresos.
El presidente voltea ahora a los ahorros de la mitad de los trabajadores mexicanos. Ya existe una iniciativa que propone eliminar las diez afores, las empresas administradoras y quedarse con el dinero. En dichos fondos hay billones de pesos. Solamente en rendimientos, se reportó una utilidad de 493 mil 925 millones en 2018.
No estamos seguros de la generosidad de la iniciativa de los morenos que presumen ser los paladines de la honestidad. Decían que el combate a la corrupción les dejaría cientos de miles de millones de pesos y que con eso cumplirían los suelos a los mexicanos y salir de la pobreza. “No, hay, no hay ya corrupción”, ha gritado AMLO. Pero sus ahorros no aparecen. No hay crecimiento ni desarrollo sino todo lo contrario.
Transferir esos casi tres billones de pesos al banco de López Obrador, el Banco del Bienestar, no es garantía de un mejor manejo del dinero ahorrado por los trabajadores. Los políticos no se distinguen por ser buenos administradores. Cada día son más quienes desconfían de los morenos.
Sin embargo, el tigre tiene el diente filoso y tiene hambre. Los mordiscones alcanzaron carnita pero no saciaron el hambre. Prepara dientes y garra para dar el salto. Ojalá y no llegue “la noche de los cuchillos largos”.
Revolcadero
Minutos después de las ocho de la noche, el martes, recibimos una llamada, fotografías y video incluido. Nos daban pormenores de la entrega de despensas que poco antes entregó a familias un grupo de personas allá por las colonias de Puerto Vallarta. Nos resultó divertido la crónica contada del momento vivido por una joven mamá. Decía que ella estaba fuera del hogar de su madre, a cierta distancia el momento de la entrega de los cartones con ayuda alimentaria. El convoy de camionetas pasó frente a ella y uno de ellos le gritó “hey muchachona, quiere una despensa”. No pensó en responder con un “pues si”. Al cartón de la despensa le pegaron la leyenda de la identidad del donante “el señor de los gallos, MENCHO con la ciudadanía”. Más abajo las letras CJNG. Diversos medios reportaron la misma tarde y noche del martes el suceso. Naturalmente no deja de causar asombro la temeridad de enviados del afamado capo que hacen haga gala de filantropía por las calles de la ciudad. Recordemos que en octubre del año pasado otro grupo de brigadistas repartieron despensas a damnificados por la tormenta tropical Priscilla en el poblado de José María Morelos, Tomatlán.******Los vecinos de Las Palmas le hace un llamado al director general del Seapal, Santiago Centeno Ulín por haberlos abandonado desde que se declaró la emergencia sanitaria y se obligó el aislamiento social. Resulta que descansaron a la encargada de la oficina de la paramunicipal por ser persona vulnerable pero varias semanas después no han enviado a quien la cubra temporalmente. Los palmeños tienen razón en su reclamo pues cerrada la oficina en esa poblado estén obligados a trasladarse a por lo menos a Ixtapa para realizar el pago del recibo del agua. Ese viaje les es costoso porque al costo del pasaje se le suma el respectivo pago por “comisión” en las tiendas de autoservicio por recibirles el pago. Ha, y también hay quejas por el alto costo de agua que les llega en los recibos. ****** Efraín Israel Alcalá Morales es el arquitecto que está de moda. Lo señalan de haber faltado su responsabilidad de supervisar el cumplimiento de los debidos permisos para una obra en Fluvial Vallarta, que causó daños en la vía pública. El arquitecto fungió como director de Servicios Municipales del febrero a septiembre de 2015, cuando Ramón Guerrero Martínez era presidente municipal. Entre octubre de 2015 y hasta el 15 de agosto de 2017 estuvo en el área de regularización de Colonias, y después, Jefe de Construcción de la Dirección de Obras Públicas en donde fue despedido por el director en ese entonces, Oscar Castellón. Reapareció el 1 de octubre del 2018 como jefe de Inspección y Vigilancia de Desarrollo urbano, justo al arranque del segundo periodo de Arturo Dávalos Peña. ****** Al que se le ha visto muy activo en las redes sociales en los últimos días es a Diego Franco Jiménez. El director de Servicios Públicos Municipales ha sido protagonista en las tareas de desinfectación que encabezan brigadas de la dependencia a su cargo en distintos puntos del municipio para intentar contener el avance del Covid-19. Acá por la zona rural, algunos amigos ven al Diego Franco como uno de los pocos capaz darle verdadera batalla al “candidato oficial” del gobernador Enrique Alfaro, el diputado local, Luis Munguía. En la zona de Las Palmas, nos platican lugareños, le resta puntos sus ligas con el voraz ex regidor, Oscar “el canitas” Avalos Bernal. Éste presume estar dispuesto a invertirle unos miles de pesos al proyecto Munguía, pero solamente si lo toman en cuenta nuevamente como candidato a regidor.