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Compromiso y vocación en historia de una mujer bombero: Beatriz Martínez Guzmán  

En marco al Día Nacional del Bombero se comparte una historia de servicio de más de 16 años en la corporación

 

Entre sirenas, camiones y radios de emergencia, Beatriz Martínez Guzmán encontró desde muy joven el camino que marcaría su vida. Hoy, con 44 años de edad y 16 de trayectoria como bombera, recuerda que su hermano fue quien la introdujo a este mundo de servicio y disciplina.

 

“Crecí prácticamente en este medio, desde los seis años ya contestaba el radio en el cuartel”, relata con una sonrisa.

 

Lejos de ser solo un trabajo, para Beatriz la labor de bombero se ha convertido en una vocación que combina esfuerzo físico, preparación constante y empatía con la ciudadanía. No es raro verla entrenar con su equipo, practicar crossfit o prepararse para competencias que ponen a prueba tanto el cuerpo como la mente.

 

Uno de sus mayores logros deportivos llegó recientemente en la Carrera Vertical de Zapopan, competencia que consiste en subir 16 pisos y 321 escalones con el equipo completo de bombero, que pesa alrededor de 11 kilos.

 

Este 2025, Beatriz logró un tiempo récord de 2 minutos con 57 segundos, superando su propia marca y convirtiéndose en ganadora de la categoría.

 

“Más allá del reto personal, esta carrera tiene una causa hermosa: recaudar fondos para tratamientos de niños y jóvenes con quemaduras. Por eso cada escalón, cada segundo, tiene un significado especial”, comparte.

 

Ser mujer dentro de un cuerpo de bomberos no ha sido un impedimento para Beatriz, aunque reconoce que ha enfrentado desafíos físicos. “Soy de estatura pequeña, eso me obliga a fortalecer la resistencia y la fuerza, pero también me ha permitido ingresar a espacios confinados donde mis compañeros no pueden. Al final, se trata de encontrar la manera de equilibrar tus potenciales”, afirma.

 

Durante sus 16 años de servicio, ha vivido momentos que la marcaron profundamente. Recuerda rescates de menores en accidentes vehiculares y tragedias en incendios, como el de la colonia Coapinole, donde intentó reanimar a un niño de tres años. “Son experiencias que no se olvidan y que te motivan a seguir concientizando a la población sobre la prevención”, señala.

 

Para Beatriz, ser bombero significa estar al servicio de la comunidad, sin esperar nada a cambio. “Es una profesión muy loable, salvar vidas no se compara con nada. Mi mensaje para los niños que sueñan con esta carrera es que sean constantes, sí se pueden cumplir los sueños”, dice convencida.

 

Apoyada siempre por su familia y compañeros de corporación, Beatriz afirma que cada emergencia atendida, cada vida salvada y cada reto físico superado han valido la pena.

 

En el marco del Día del Bombero, Beatriz Martínez Guzmán representa no solo el esfuerzo y la entrega de quienes integran esta corporación, sino también la pasión de una mujer que decidió dedicar su vida a proteger a los demás.

(Jafrico)