Representa un respiro temporal a las eventuales repersiones en este segmento turístico
El gobierno federal ha decidido aplazar por seis meses la implementación de un nuevo impuesto de 42 dólares destinado al sector de cruceros, según lo informado por la Asociación de Cruceros de la Florida y el Caribe (FCCA). Esta medida, que representa un respiro temporal, no apacigua las inquietudes sobre las posibles repercusiones económicas que podría afrontar México en el ámbito del turismo de cruceros.
En un comunicado emitido tras una reunión entre autoridades gubernamentales y representantes del sector turístico, la FCCA subrayó la necesidad de implementar estrategias más integrales para mitigar el impacto devastador que dicho impuesto podría causar. “La FCCA subraya que se requieren medidas más integrales para abordar las preocupaciones más amplias sobre el impacto devastador del impuesto en el turismo de cruceros, la economía de México y los medios de vida de sus comunidades costeras”.
Michele Paige, directora general de la FCCA, hizo un llamado urgente a las autoridades mexicanas, resaltando que la postergación del impuesto no elimina las preocupaciones a largo plazo sobre la competitividad de México frente a otros destinos caribeños.
La situación es crítica: el nuevo gravamen significaría un cargo adicional de 42 dólares (aproximadamente 860 pesos mexicanos) por cada pasajero, además de los ya existentes 20 dólares (408 pesos mexicanos), elevando así el costo total a un asombroso 213 por ciento más que el promedio de tarifas en otros puertos del Caribe. Esto podría resultar disuasorio para los turistas que planean visitar los puertos mexicanos, impactando negativamente en la economía local y en los medios de vida de las comunidades costeras.
La FCCA señala que una familia de cuatro personas se vería obligada a desembolsar 168 dólares adicionales únicamente por unas horas en tierra, mientras que los turistas que ingresen por tierra quedarían exentos del impuesto, exacerbando la desigualdad en el tratamiento de los visitantes. Las consecuencias de dicha carga fiscal podrían alterar itinerarios y desencadenar efectos económicos en cadena que perjudicarían a las comunidades que dependen del turismo de cruceros.
Con proyecciones que estiman más de 10 millones de pasajeros para 2025, cualquier disminución en el tráfico de cruceros podría traducirse en pérdidas millonarias para empresas locales dedicadas a excursiones y servicios turísticos. La FCCA advirtió que incluso una reducción modesta del 15 por ciento en las escalas en puertos mexicanos podría anular los beneficios económicos anticipados del impuesto, lo que representa una clara advertencia sobre la viabilidad del sector en el futuro cercano.