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Gerardo Sandoval Ortiz |

Las variaciones en tendencias electorales PVEM-MC-Morena rumbo a la alcaldía

 

CONTEXTOS

 

 

Este fin de semana, la Coordinación Ciudadana Estatal del Movimiento Ciudadano formalizó la designación de sus candidatos en los 20 distritos electorales y de 111 de sus 125 municipios. Ramón Guerrero Martínez lo presumió en sus redes sociales y aunque el regidor Diego Franco Jiménez también apareció en el casillero del Distrito 5, ya como virtual abanderado, extrañamente no hace alharaca.

Por su relevancia económica y densidad poblacional, además de ser la cabecera distrital, Puerto Vallarta es la joya de la corona y el municipio, aunque no por ello los partidos políticos desdeñan al resto de los diez municipios que compone el Distrito 5. En cada municipalidad, sus políticos se hacen garra al interior de los principales partidos y cada tres años se lían en apasionadas disputas internas por la candidatura a la alcaldía y regidurías.

El MC había ganado tres elecciones al hilo, 2012, 2015 y 2018, hasta que Morena se alzó con la victoria en las urnas en 2021 y le arrebató el gobierno municipal porteño. Sin embargo, pese a registrar cierta decadencia en la aceptación popular, se pudo observar en todo el 2023 los jaloneos de las dos facciones que ahí conviven. Son los grupos que por un lado liderea Arturo Dávalos Peña, dos veces electo para alcalde, y “el mochilas”, el primero en ganar los comicios para el MC en 2021.

Ya mucha tinta se ha gastado en hurgar en el pasado de Ramón Guerrero y revisar su obra como presidente municipal. Nos asombra el frenesí y la vehemencia que le imprimen sus defensores, lo cual parece ser en correspondencia a la incisiva crítica de sus detractores, que por cierto se cuentan por montones. Al final y al cabo, hay mucha carnita para hacer machaca con el registro del pasado reciente del político de Ayutla.

Para la cita electoral de 2012, el Partido Acción Nacional se asomaba amenazante para destronar al reinante Partido Revolucionario Institucional. El PAN vivió su peor cisma interno del que pasado una década no y ha podido levantarse. El alcalde tricolor, Salvador González Reséndiz concluía una destroza gestión y la irritación de los vallartense se había multiplicado como los hoyancos de sus calles y avenidas.

En el transcurso de los 9 años de gobiernos priistas, estos se habían despachado con la cuchara grande. Se concesionó el servicio de la recolección de la basura, transporte y tratamiento no de los residuos de basura. Gustavo González Villaseñor también concesionó el alumbrado público. Hubo hasta permutas de propiedades municipales con particulares, como el de un terreno en Ixtapa, salida a Las Palmas, por un predio en Amapas, que a sospechas de muchos podía arrojar cierta “ganancia” para los funcionarios priistas. Por esos tiempos, se incrementó la deuda pública, la principal bandera política en la campaña de Guerrero Martínez.

“Vota meter a la cárcel a los corruptos, a los ladrones del PRI”, fue lo destacable y reiterativo en el discurso de campaña de Ramón Guerrero.

A media campaña, Ramón Guerrero pudo dar la impresión tener a su alcance a Adrián Méndez González, el candidato del PRI, que en días fue perdiendo adeptos al quedar atrapado en una burbuja de amigos y familiares. Ya en la recta, dejó atrás a su principal oponente. El PAN compitió con Humberto Muñoz Vargas pero su falta de carisma lo condenó a no ir más allá de ser un candidato testimonial.

El electorado vallartense, decepcionado de los gobernantes priistas, se volcó por Ramón Guerrero y su discurso justiciero. Aunque al principio denunció los priistas por el endeudamiento del municipio superior a los dos mil millones de pesos, jamás o le fincó responsabilidades penales, políticas ni administrativas. Aún más, a días de concluir aquel trienio, se aprobó la jubilación de Adrián “el archi” Méndez con sueldo de regidor.

“El mochilas”, también supo granjearse los “aprecios” del jerarca de la CMT, Rafael Yerena Zambrano, como subsecretario de gobierno estatal reforzó sus vínculos políticos y personales con la elite cetemista. En unos de sus mítines de precampaña, Yerena y un sector de su organización sindical el refrendaron su respaldo a su candidatura. Cuando preguntamos sobre este punto, se nos precisó que el compromiso y acuerdo político más bien era con Pablo Lemus y no con “el mochilas”.

A nosotros los asombra la vehemencia del discurso mochilista, saliva con la que ha convencido a sirios y troyanos. Vemos a ciertos cuadros naranjas que si hace tres o mas años jamás hubiéramos imaginado verlos de la mano del ex panista ayutleco.

No nos es fácil vaticinar los alcances del candidato del MC pero algunos actores de la política local nos han advertido que a él nunca lo debemos descartar. Con su irrupción menguó al aspirante del PVEM, Luis Munguía y quien le arrebató a varios cuadros que los verdes ya los hacían de sus filas. El debilitamiento de Munguía es tan notorio que se vio en la necesidad de relanzar la apuesta de la mega alianza como única vía para asegurar su triunfo en las urnas.

No es Munguía el objetivo en el equipo naranjas. El adversario a vencer es Morena y no el PVEM. Con el profe Luis Michel de candidato, a quien ellos nominen, la marca a derrotar se llama Morena. Las mediciones eso indican, que Morena es por mucho el partido más popular y aceptado entres los electores vallartenses. Cuando le ponen nombre, el porcentaje de aceptación se reduce considerablemente y en esa debilidad esta la posibilidad de ganar.

En su proceso de selección de sus candidatos, la guerra intestinal ya causa desgaste a los morenos. De esos conflictos pudiera desprenderse el debilitamiento de su candidato y reafirmar el potencial del oponente. Si “el mochilas” logra anular a Munguía como algunos nos lo aseguran, considerando que a “Don Chonito”, Arnulfo Ortega Contreras, no se le ven ganas de hacer campaña, Ramón Guerrero pudiera ser ese candidato emergente con potencial de vencer a los morenos.

Una hombrada como la de 2012, se le facilitaría en un escenario como el descrito arriba. Porque Munguía, para decepción de algunos de sus seguidores, el que hace un año se movía como única amenaza para Morena, desde noviembre parece haberse doblado.

 

Revolcadero

 

Decíamos que Coordinación Ciudadana Estatal del Movimiento Ciudadano designó a sus candidatos en 111 municipios del total de 125 que tiene Jalisco candidatos. Entre esos 15 municipios sin candidato, se halla Mascota, donde las huestes de la doctora Sarita Castillón Ochoa reclaman el feudo acuerdo. Además de “el mochilas”, Ramón Demetrio Guerrero Martínez en Puerto Vallarta, se designó a Esmeralda Urrutia Romero en Cabo Corrientes y a Daniel Ruiz Benavides, que en Tomatlán, aspira a reelegirse. Todo indica que este muchacho tiene posibilidades de repetir su triunfo electoral. En Talpa de Allende, Marco Antonio Franco Palomera, “el kito” se ganó la oportunidad de volver a ser candidato a ser alcalde de su municipio, pero no la tiene fácil. En Sebastián del Oeste, la elegida es María Aurora Ponce Peña, que por tratarse de una dama y pertenecer a una familia de arraigo en ese municipio vecino, se le ve potencial para competir.******** ¿Y que hay con Diego Franco Jiménez? Pues también apareció en la lista de los 20 candidatos del MC a las diputaciones locales, en su caso, en el distrito 5, con cabecea en Puerto Vallarta. Recordemos que a mediados del año pasado ofreció un comelitón a periodistas en su “rancho de las gallinas prietas” para anunciar que buscaría abanderar al MC y disputarle ese derecho a “el mochilas”, quien por las mismos días, de Guadalajara se había venido a hacer una “precampaña” basada en los apoyos de programas sociales del gobierno federal. Cuando las afectaciones de huracanes y ventarrones a familias en las márgenes de los ríos y arroyuelos, allá andaba con maquinaria y maquinistas, empleados de gobierno, amigos y familia, dando la mano y prometiendo ayuda y más ayuda. Como estaba vista la bendición de San Alfaro, el Diego Franco dio un paso al costado y de la noche a la mañana salió a buscar ser diputado. Todo indica que superaron sus desavenencias personales y ya veremos agarrados de la mano al Diego y al “mochilas”. Lo seguro será ver la repetición de aquellas campañas que por separado hacía el candidato a alcalde y el candidato a diputado.******* Por cierto, el MC salió raspado pues registro la renuncia del diputado federal Salvador Caro Cabrera, molesto por haber quedado fuera del reparto de las candidaturas. Es una figura que acompañó a Enrique Alfaro desde las primeras campañas. Alfaro lo designó comisario de la Policía Municipal cuando fue alcalde de Guadalajara y después fue coordinador de la bancada naranja en el Congreso del Estado.

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