Tamaño de texto


Gerardo Sandoval Ortiz |

Las fisuras en el Verde…en la ruta a las candidaturas

 

CONTEXTOS

Gerardo Sandoval Ortiz

 

 

Después del informe de los regidores del PVEM en el domo de Ixtapa, sábado 26 de noviembre, en el transcurso de diciembre y los primeros días de enero, hubo una serie de eventos, posadas, cenas y partidas de roscas, que exhibió la rotura de los “verdes”. En calidad de dirigente estatal de ese partido. Luis Ernesto Munguía González llamó al diálogo y la fractura quedó medio solventada.

El inicio del año 2023 no resultaba promisorio para el PVEM pues sus principales figuras locales sacaban chispas al ir de choque en choque. Las fricciones subieron de intensidad después de la irrupción de Juan Carlos Castro Almaguer empeñado en ser la catapulta de su añejo proyecto personal reencarnado en su hija la regidora Carla Elena Castro López.

Castro Almaguer es aquel político que por el PRI y de la mano de Gustavo González Villaseñor, en el año 2005 intentó ser candidato a alcalde y fracasó. Es dueño de la empresa GIRRSA y concesionario del servicio de recolección en Bahía de Banderas y ahora se ha propuesto colocar a la regidora Carla Castro en posición de reclamar alguna candidatura, sea a la alcaldía, diputada o lo que sea.

Veamos. En los primeros días de la semana pasada, la regidora Castro López se dedicó a distribuir invitaciones a comunicadores para una cena por el Dia del Periodista. Esa noche del jueves, la presencia de Roberto González Gutiérrez, a la postre abanderado del PRI a alcalde en 2018, pasó casi desapercibida. La comidilla de noche fue el activismo que hacía personalmente Castro Almaguer. Horas antes del evento, se discutía la presencia o no de Munguía.

Pero hubo un aderezo del platillo fuerte en la cena de “los verdes” a periodistas y fue la enésima ausencia en un evento relevante del regidor Francisco Sánchez Gaeta.

Sánchez Gaeta se había desprendido de su partido desde que en reuniones previas al informe del sábado 26 de noviembre observó la injerencia del padre de la regidora en asuntos de la fracción de regidores del partido. Si bien la regidora Castro López daba la cara, la logística del informe en el domo de Ixtapa y financiamiento de gastos quedó a cargo del empresario de la basura, su padre Juan Carlos Castro Almaguer.

Sánchez Gaeta no asistió al informe en Ixtapa y tampoco a la cena con periodistas. El partido en diciembre el ofreció algunas posadas de barriada a sus simpatizantes y ya en enero de este año organizó fiestas populares, con partidas de rosca y espectáculos de payasitos para los niños. Al frente de estos eventos destacó siempre la regidora Carla Castro, por encima inclusive del dirigente local, Carlos Murguía Cibrián y del propio Luis Munguía.

Al mismo tiempo que Carla Castro ofrecía sus eventos, el regidor Paquillo Sánchez reforzaba sus “sociedad” política con otra pieza del PVEM, Juan Ignacio Calderón Ibarría, “el junior”, como se refieren de él algunos de sus conocidos en la zona rural. Algunos amigos de Las Palmas, El Colorado y El Zancudo, que en otros tiempos probaron suerte con el PRI, PAN, el PRD y hasta en el MC promueven hoy abiertamente al PVEM pero en privado nos han confiado que lo hacen “apadrinados” por el grupo comandado por Sánchez Gaeta y Calderón Ibarría. Ese es el caso Lázaro Vázquez y de Alfonso Zamora, empeñados en cobrar otra afrente de los Michel.

Asomándose el fin de semana pasado Munguía llamó a un “cónclave de tres” a Sánchez Gaeta y Calderón Ibarría. Supimos que el dirigente estatal se adelantó para de menos evitar una fractura de “los verdes” y todo indica que renovaron viejos compromisos y reconstruyeron nuevos acuerdos.

Se aprecia algo de importancia alrededor del encuentro privado referido. Munguía está consciente del daño que Castro Almaguer causa al PVEM y acercarse a dos piezas fundamentales para el proyecto es su reconocimiento como tal. Entablar ese diálogo es una puntual confesión de que Munguía no ha sido sorprendido por el ex priista y que solamente capitaliza las “aportaciones” de los Castro, padre e hija. Recordemos que la Munguía tiene la debilidad de alentar gasto de carteras ajenas en ahorro de la propia.

Si descontamos el atractivo de “Papo y su pandilla”, del gozo y disfrute de ofrendas, panes, roscas y platillos, al cabo de cualquier escrupulosa observación puede concluir que por si soló los Castro están lejos de ser políticos taquilleros. Castro Almaguer no tiene grupo de base. Su hija Carla Castro, como “el púas” al “cuyo” Hernández, todo se lo debe su manager”. La regidora era una auténtica desconocida cuando pareció en la segunda posición de la planilla de Munguía. Estaba por encima de Sánchez Gaeta, heredero a su vez de otra familia con pasado priista, antiguos aliados cuyas diferencias de los mayores no han sido subsanados.

En la segunda parte de la campaña electoral del 2021 en este espacio se dieron pormenores de que antes que, por decisión de Castro Almaguer, le dieran una patada en el trasero a Edelmira Orizaga Rodríguez y la borraran de la planilla, también intentaron borrar a Sánchez Gaeta. En aquellos tiempos, aun cuando nunca lo confirmó, el regidor Paquillo Sánchez, tampoco negó la versión, pero ya como regidor lo aceptó. Si un solo de nuestros lectores l pensó, por ahí va la cosa, Castro Almaguer participó en aquellas conspiraciones que al final mucho lastimaron las aspiraciones del candidato “verde” Luis Munguía.

Munguía no desiste de ser otra vez candidato a alcalde, aspiraciones que ha reforzado después de valorar que cualquier otra ruta para sostenerse en primera línea le será imposible. Difícilmente habrá alianza electoral local con Morena y pues es utópica esa ventana para acceder a una candidatura en coalición en el reparto de diputaciones federales. La decisión de volver a enfrentar a los morenos parece una decisión ya tomada.

La candidatura de Munguía no enfrenta amenazas en el PVEM pero eso no detiene las disputas internas. Aunque Castro Almaguer mantiene vivos sus viejos sueños, de momento no contempla ir en pos de ninguna candidatura. Para eso tiene a Carla Castro y ella es su estandarte en la batalla que libra la familia con sus viejos conocidos, los Sánchez. Si el partido toma decisiones en función de capital político la balanza se inclinará en favor de los últimos. Por respuesta a las convocatoria y asistencia de eventos de los Castro y de la dupla Sánchez Gaeta-Calderón Ibarría, no hay comparación.

En ocasiones previas, habíamos considerado que Carlitos Murguía Cibrián tenía aspiraciones, pero no ha pasado de ser una simple promesa que como muchas otras, pasarán al olvido prematuro. Adentro del PVEM muy pocos le ven tamaños y menos lo toman en serio. El partido convoca, pero él no es capaz de entusiasmar ni a su familia. Asiste puntual pero su presencia no va más allá del simbolismo. Si no es Castro Almaguer, es Munguía el que lleva la batuta que le ha hecho gris su desempeño al cumplirse un año de su gestión.