CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
A fines de 1989, el proyecto Tribuna de la Bahía, diseñado y acabado por el profesor Prócoro Hernández Oropeza y con inversión de Fernando González Corona, tomaba vuelo. A la par lo hacía Mercurio, periódico creado por el empresario y político tapatío, Juan de Dios de la Torre.
Mas allá de las redacciones, solía escucharse en pláticas de café que ambos proyectos periodísticos compartían el mismo objetivo de los “patrones”: tomar por asalto el poder político.
Una fuga de químicos en los depósitos del Seapal de la avenida Francisco Villa un par de años antes, cuentan que echó por tierra las aspiraciones del ingeniero De la Torre. La incertidumbre por obtener el dividendo político lo hizo desentender del diario que no tardó en cerrar.
Años después en cambio, para el segundo domingo de febrero de 1995, González Corona ganaba la presidencia municipal por el PAN y en abril protestaba como alcalde. Dos años después, en julio de 1997, ganó la diputación federal y solo le pusieron un alto después de hacer precampaña para ser candidato a gobernador. Ahí lo venció Francisco Ramírez Acuña. La última jugada del hotelero fue ser “mariscal” en la campaña de Vicente Fox Quesada pero decepcionado por no ser nombrado de secretario de Turismo, abandonó la política y se dedicó a lo suyo, la hotelería, los tiempos compartidos, sin renunciar su “entretenimiento” en medios de comunicación.
Bien, una pieza de mucha valía en el equipo de González Corona lo fue Jesús Manuel Díaz Zurita. Después del mediodía de este miércoles 14 de diciembre trascendió la muerte del Zurita, buen amigo y mejor periodista.
En octubre de 1989 llegamos a la redacción de Tribuna de la Bahía acomodada en una vieja finca de la calle Morelos. El nuevo periódico se hallaba a unos cuántos metros del Diario de la Bahía, ya cerrado por huelga y del cual el ingeniero Juan de Dios de la Torre había sido uno de sus “accionistas”. Aurelio Rodríguez Garza era el alcalde y años después confirmaría al autor que él también tomó la decisión de cortar financiamiento al diario con banderas de huelga. Los trabajadores vencieron y remataron las viejas máquinas de los talleres.
Díaz Zurita era parte de Tribuna de la Bahía y también fue huelguista. Un año antes, había llegado a Puerto Vallarta y era el reportero estrella del nuevo equipo reporteril donde también destacaba Martha Ramírez Ruiz. David Rojo Reyes fungía como jefe de información Francisco Quesada Hernández el jefe de redacción. El último había sido invitado a Puerto Vallarta para un proyecto especializado en turismo de Luis Reyes Brambila. Los tres veracruzanos pronto chocarían con Reyes y se lanzaron a la aventura del Diario de la Bahía.
Hubo algo que desde el principio nos llamó la atención. Los columnistas más influyentes de esa época solían escribir que en el Tribuna cohabitaban dos grupos y que siempre reñían por ganar el control de la incipiente empresa, administrada en ese tiempo por el contador, Don Fidel Martínez. Hablaban de “los veracruzanos” y de “los sinaloenses”.
En la nómina del diario no había un solo sinaloense. Prócoro Hernández nació en Tlaxcala y solo ya en el segundo semestre del siguiente año, el periodista Javier Santos López aceptó la invitación de venir a trabajar. A Fernando González lo hacían pasar por mazatleco pero tampoco lo es.
Lo que sí era cierto, fue la presencia de los veracruzanos y Díaz Zurita fue uno de ellos. Cuando David Roja emigró a Los Cabos para encargarse del nuevo proyecto Tribuna de los Cabos, Zurita fue su natural sucesor. En esa época se reafirmó nuestra relación personal y profesional. Con Zurita nacieron bonos y premios de productividad y reaccionó con incredulidad cuando el reportero en ser compensado, el autor, se lo rechazó.
Zurita fue el mejor reportero y columnista, pero pudo ser mejor jefe o director. Sin duda fue una extraordinaria persona, pero se rendía vencido por la presión de la redacción. Como cuando aquella noche al regresar de dar cobertura a una jornada electoral que los principales jefes, Prócoro y Paco Quesada lo esperaban para redactar la nota principal. Irritado por el resultado que daba ganador a los candidatos del PRI, contó apuntes de la jornada y abandonó la redacción. David Rojo había hecho el viaje de Los Cabos y ordenó a su servidor ordenar datos y redactar “la de ocho” de la portada.
Al lado de Zurita tenía su lugar el reportero, Cesáreo Martínez Torres, también cordobés, como Joaquín y Rogelio de talleres, amigos que seguramente bebieron agua del Cuale y aquí viven. Hace dos semanas saludé a Roger en su sitio de taxi de Olas Altas. Por esos tiempos la redacción estrenaba modernas computadoras y varias veces, Cesáreo al estirar los pies, apagaba el monitor de Zurita. Sus estridentes gritos de coraje resonaban en los tres pesos del edificio ya de la calle Basilio Badillo. Una tarde me llamó a su lugar. Cometí el mismo error del amigo “Chícharo”. Algún insulto gritó que mi reacción fue echarle el café en el cuerpo. Lo tomó como agresión, pero se contuvo y días después acabó por aceptar mis disculpas.
Siempre creímos que la política ganó un aceptable elemento, pero el periodismo perdió a una estrella. Se decantó por el proyecto político de González Corona, invitado por Acción Nacional a ser candidato a diputado federal por el distrito que esos primeros años tenía por cabecera distrital Ameca. Hizo una extraordinaria campaña, pero no pudo derrotar a Rodolfo González Macías con quien tenía rivalidad personal debido dura línea editorial del diario respecto al Seapal de la que fue director Rodolfo González.
El hotelero se levantó de la derrota y luego supo hilvanar dos triunfos, en febrero de 1995 y en julio de 1997. Zurita jugaría un rol de suma valía en las exitosas campañas políticas.
A finales de 1993, Zurita confió de sus planes de renunciar al periódico. Martha Ramírez ya no estaba. Insistió en aceptar la jefatura de información, pero sería Prócoro quien me convenció. Zurita, tuvo un disgusto personal con González Corona y nadie pudo convencerlo de dar marcha atrás a su decisión. Para reivindicarse con él, el empresario lo buscó y le ofreció un terreno frente a su flamante antro el Collage. Nació la taquería Los Mapaches, negocio que después pasó a manos Ofelia, hermana de Eva de González Corona.
Podemos afirmar que pronto se adaptó a la política y de la mano de su jefe y patrón. Un tiempo despachó en la Corett, regularizando predios urbanos y dando certeza y certidumbre jurídica a la tenencia de lotes. En el sexenio de Fox, todo el equipo político vallartense se quejaba de ser maltratado por la elite panista encumbrado en Los Pinos. Ya con Felipe Calderón, Fernando González y su grupo estaba, en retirada aunque uno de ellos, David Cuevas García, supo acomodarse en la Sagarpa. Zurita nunca fue bien aceptado en este grupo. Hugo Lynn Almada era el brazo de confianza del exalcalde (1997-2000) y lo sigue siendo en el conglomerado de medios CPS.
Para sostenerse en la burocracia federal, a su paso por la oficina local de la administración de zona federal, un área de la Semarnat, se inscribió en el servicio de carrera, pero no pudo salvarse de ser despedido.
Mas allá de los diferendos, había un fuerte vínculo entre Fernando y Jesús Manuel que los ató de por vida. Cuando por las erróneas decisiones del dueño, Tribuna iba de tumbo en tumbo lo llamó para entregarle la dirección. Lo había recomendado su entrañable “hermano” David Rojo y pareció que llegaban buenos tiempos para el diario. Estaba por finalizar la primera década del nuevo milenio. Le tocó iniciar un largo proceso de liquidación de personal que afectó a buenos amigos y alguna vez nos llamó, cordial y respetuoso, para quejarse la cita de abusos en el despido.
La crisis se agravó y ocurrió lo inesperado. Rojo y Zurita chocaron en el proceso de liquidación de la empresa. El último perdió la chamba y arrastrando una vieja enfermedad que le aquejaba se deslindó y se mudó un tiempo a Ensenada. Hace poco regresó a la ciudad, buscó a su antiguo amigo y halló ayuda.
Ya operando radio y televisión de la Compañía Periodística Sudcaliforniana, la CPS, se consumó la total liquidación de lo que fue el Tribuna de la Bahía. Soplo quedó la edición digital para dedicarse a los medios electrónicos.
No pasaría mucho tiempo que la relación de Rojo Reyes con su patrón se rompió y David Cuevas se apoderó del control del emporio de medios masivos del grupo. Ocurrieron diferencias en la operación de la Compañía Periodística Sudcaliforniana, la CPS, radio y televisión y “algo” le hallaron al Rojo que aceptó la liquidación de su participación en la sociedad.
Así, el primer día de junio pasado, en San José del Cabo se anunció del cierre del impreso Tribuna de los Cabos, y extraordinarios amigos, como José “Pepe” García y Joel Ramírez Franco, que de aquí partieron a fundar el nuevo periódico, se quedaron sin trabajo.
Con profunda tristeza tomamos la noticia del deceso del amigo y periodista Jesús Manuel Díaz Zurita. Solo compartimos un poco del anecdotario, lo vivido, visto y escuchado. Él, mucho ayudó a construir la Radiante, la Tv Mar, los canales digitales de los mass media del Villa Group o Grupo Tafer. Fernando González mucho ha hecho un esfuerzo final para reivindicarse con él, se lo reconocemos y agradecemos.
Revolcadero
Por respeto en memoria de Jesús Manuel Díaz Zurita, también para no cansar a nuestros lectores, nos guardamos muchos otros momentos. Preferimos informar que su cuerpo ya reclamado por sus hermanos del amigo que tomaron la decisión de cremarlo para ser trasladado a su natal Córdova, Veracruz. Antes, se informa sus amigos que este jueves 15 de diciembre a las 19:00 horas se oficiará una misa en su memoria en el templo de Nuestra Señora del Refugio, frente al parque Hidalgo.****** Ya entrada la tarde de este mismo miércoles 14 de diciembre, en Bahía de Banderas trascendió la muerte de un segundo periodista, en este caso de Alberto “Beto” Lemus. Semanas atrás supimos que el amigo periodista estaba delicado de salud y postrado en cama. Alternó el oficio periodístico con algunas tareas político partidista pues también fue militante del Partido del Trabajo. Aunque en Puerto Vallarta era poco conocido, en Bahía de Banderas y todo el sur del vecino estado, también Tepic su capital, tenía una bien ganada fama por su oficio. Si es cierto eso que dicen, que cuando un periodista o reportero llega al cielo, lo primero que hacen es pedirle una entrevista a San Pedro, ya hay dos micrófonos con grabadoras en su celestial antesala. Que descansen en paz Jesús Manuel Díaz Zurita y el Beto Lemus. ******* En su edición de este miércoles 14 de diciembre el diario El Informador de Guadalajara dio la nota que en el transcurso de la madrugada o el anochecer del martes quemaron y vandalizaron el arbolito de Navidad de la Glorieta de los desaparecidos y hasta se robaron algunas imágenes y esferas. Todo había sido colocado por integrantes de asociaciones civiles y grupos colectivos. Ello nos hizo acordar que este domingo recibimos reportes de que en la plaza de Ixtapa también había amanecido quemado un arbolito navideño. Si, es el pueblo del chisme pero pues el chisme se cuenta completo y la historia incluye la versión de que los dañeros habían sido el funcionario número dos de la Delegación y que la obra, la puesta del arbolito, había sido obra de la número uno de la oficina delegacional. A veces no es fácil entender los chismes ixtapeños. Pero nos dieron otro dato: no solo el subdelegado y “el licenciado”, sino también los coordinadores le están haciendo muchas cosas a la delegada “para sacarla de la delegación”. La historia continuará. Nos dicen que los chismes ya invaden la oficina del “profe de los dieces”.