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Gerardo Sandoval Ortiz |

Reaparece el polémico proyecto de Ameyalco en la montaña

CONTEXTOS

Gerardo Sandoval Ortiz

 

Como cada tres años, el proyecto ecoturístico “Desarrollo Alternativo Ameyalco Hotel/Spa/Resort” se revive y se propone a los regidores tratando de obtener de ellos calificaciones aprobatorias. El proyecto se localiza en la zona montañosa del destino que de autorizarse impactará y unirá El Edén y las comunidades rurales Los Llanitos-El Jorullo.

La primera vez que se supo de dicho proyecto fue hace ya 11 años, cuando Salvador González Reséndiz fungía como presidente municipal aunque fue en la gestión de Ramón Guerrero Martínez que por primera vez se conocieron detalles. No queda claro la superficie de zona montañosa que de alguna forma se propone alterar pues no se conocen detalles del proyecto de construcción.

De Ameyalco apenas ha trascendido que serían 300 hectáreas y poco menos de mil cabañas, todas de madera, cañas rústicas. Sin embargo, por lo menos se contempla piedra y cemento para construir caminos y calles. Antes de escribir estas líneas, consultamos a un regidor y éste nos afirmó que, además de proponer vivienda de madera, también se pretende usar material pesado como cemento y ladrillo.

El lunes, supimos de la convocatoria al pleno del Ayuntamiento cuyo fin importante sería la “supresión” de la plaza chofer “a” con destinatoria personal al ex dirigente del sindicato de los burócratas, Gilberto Lorenzo Rodríguez. Es el punto 5.4 del orden del día. Sin embargo, el punto 5.5 del mismo orden contiene un asunto no menos interesante. Se lee: Iniciativa de acuerdo edilicio presentada por el Presidente Municipal L.A.E. Luis Alberto Michel Rodríguez, mediante la cual propone a este ayuntamiento en cumplimiento a resolutivo Segundo de la sentencia dictada en el Recurso de Apelación 1281/2015, en el Juicio Administrativo 518/2014, interpuesta por la parte interesada a efecto de que se analice si el proyecto de Plan Parcial  de Desarrollo Urbano denominado “Desarrollo Alternativo Ameyalco Hotel/Spa/Resort” cuenta con todos y cada uno de los elementos enunciados en el arábigo 122 del Código Urbano del Estado de Jalisco y se remita al Consejo Municipal de Desarrollo Urbano, Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Territorial para efe tos de su consulta pública. Se añade: “Se propone turnar para su estudio y posterior dictamen a las comisiones edilicia de reordenamiento Territorial y Reglamentos y Puntos Constitucionales, con apoyo técnico de la Dirección de Planeación Urbana y Medio Ambiente”.

Del tema, una de las primeras opiniones recogidas de un regidor, fue no es el alcalde Michel el más interesado en sacar adelante el tema sino el síndico Juan Carlos Hernández Salazar. “Perdió una, la de comprar el terreno a los Mora de Ixtapa para el panteón pero viene por esta” fue la maliciosa frase escuchada.

Cuando Arturo Dávalos Peña apenas se acomodaba en la silla de la alcaldía para su estreno como alcalde debió sortear la férrea oposición de los ecologistas  y defensores de la montaña. Uno de ellos era el actual rector del Centro Universitario de la Costa de la UdeG, Jorge Téllez López. El académico habló en su calidad de investigador después de conocer detales del proyecto   presentado en el Consejo de Ecología Municipal por representantes de la empresa  Proyectos y Edificaciones Turísticas.

Sin embargo, fue con Ramón Guerrero, en el transcurso del año 2013 la primera vez que trascendieron detalles del proyecto ecoturístico que hoy se revive. Ya con Dávalos los promotores de la inversión empujaron con mayor fuerza y como resultado despertaron el debate entre los defensores del medio ambiente que se opusieron a destinar 300 hectáreas de montaña a inversionistas que ni siquiera conocían.

Lo que se impuso en 2016, fue la absoluta desconfianza a inversiones tachados de empresarios que con oscuros intereses vienen a despojar y depredar a Puerto Vallarta y la Bahía de Banderas. “Las consecuencias para la sierra, la fragmentación de la vida silvestre y su hábitat, así como el peligro de deslaves para las comunidades que pueden ser sepultadas montaña abajo ya nos han sido explicadas por los especialistas”, opinaba Eduardo Rincón Gallardo en un foro público.

El rector del CUC supo de Ameyalco cuando Salvador González Reséndiz fue alcalde 2010-2012 quien ya en 2016 hacía campaña para echar atrás el proyecto de turismo rural. Como miembro de la asociación civil Nuestra Tierra, lanzó sus arengas a los ecologistas: “Si quieren hacer algo inadecuado  nosotros debemos basarnos en la ley y buscar que el espacio de la ley lo que le de marcha atrás y se corte a promoción de este proyecto. Debe haber espacios jurídicos que vamos a explorar para que se pongan en paz”.

El Plan Parcial de Desarrollo Urbano del Desarrollo de Turismo Alternativo Ameyalco que se conoce es de agosto del 2018. Por esas fechas Javier “el pitas” Pelayo era alcalde interino y se alistaba a entregar la estafeta al alcalde relecto Arturo Dávalos. Nunca se supo que el pleno del Ayuntamiento entrara a fondo en deliberar sobre el tema. Todo indica que el equipo jurídico del municipio logró posponer la discusión del tema que ahora el profe Michel pone a consideraciones de los regidores por mandato de una autoridad competente y producto de un juicio administrativo iniciado en 2014 y un posterior recurso de apelación un año después.

Fue el 10 de octubre de 2011 cuando la Dirección de Planeación Urbana emitió los lineamientos que dieron origen al dictamen de trazos y uso y destino específico. De este documento se originó el PPDU de agosto de 2018, el cual no parece tener cambios al actual plan. El Plan Parcial surgió de conformidad al Código Urbano del estado, se tomó en consideración el diagnóstico previos en el estudio técnico justificado (ETJ) para el cambio de uso de suelo y en la MIA (Manifestación de Impacto Ambiental) ya autorizada por la Semarnat. Los promotores del proyecto creen que con esta la argumentación han convencido al nuevo gobierno municipal de las bondades del proyecto.

Fue en una sesión ordinaria celebrada el 9 de diciembre de 2011 cuando el pleno del Ayuntamiento aprobó elaborar el PPDU que se intenta revivir. Es un estudio que precisa y clarifica el área a desarrollar y se determina los usos, destinos y reservas a efectos de ordenar y regular la utilización del suelo. Hasta hoy, casi nadie sabe a ciencia cierta el total de hectáreas a impacta. De hecho, el documento es ambiguo respecto la superficie por afectar e inclusive cuando expone una fórmula de construir vivienda en tres etapas, las cuales se propone sean rústicas y de madera.

El mismo documento admite la prohibición de infraestructura de materiales permanentes en las áreas de protección a excepción de las indicadas en el plan de manejo. El tipo de materiales a usar serán los típicos de la región y las edificaciones serán de un concepto de arquitectura bioclimática (circulación  natural de aire, aleros para sombras, creación de microclimas, etc), así como algunos conceptos de ecotecnias (captación de aguas pluviales, paneles solares). El diseño de las instalaciones permitirá usar técnicas y materiales regionales de extracción legal que sea compatible y acordes con el entorno ambiental.

Lo anterior es parte del contenido en las 591 páginas del PPDU de agosto del 2018. El proyecto contempla atender al exigente turismo campista, amantes de la  naturaleza y del senderismo: calles con empedrado rústico, ciclopistas y vialidades “tranquilizadas” y de accesos controlado. Sin embargo, nada preciso del total de hectáreas por afectar. En las anteriores presentaciones, solo se habló de 300 hectáreas que no es un número menor de superficie y poco más de mil edificaciones. Es una zona inmensa que una al tropical Edén, allá al fondo de Mismaloya con Los Llanitos, El Jorullo y San Pedro.

Allá por el año 2012, trascendieron algunos números: se propone construir 961 cuartos de uso turístico hotelero con capacidad para 1 mil 900 personas. Además, 188 cabañas para albergar a 940 personas. El total arroja casi 3 mil personas, las que pudieran compartir la montaña con sus ancestrales moradores. “Eso no es de bajo impacto, ya es una población urbana, expresó Juanita Delgado.

 

Revolcadero

 

Luego de leer los estudios levantados para impulsar el proyecto Ameyalco nos podemos dar una idea de que en efecto, se trata de un proyecto ecoturístico a construir en lo más alto de la montaña vecina de Puerto Vallarta. Es una zona topográfica de relieves serranos, cañadas, laderas escarpadas con crestas redondeadas que en sus puntos más altos, sus cerros alcanzan alturas de hasta 1660 msnm. Allá en el “cielo” pudieran alojarse y vivir los afortunados con capacidad de comprar opulentas villas y cabañas. Hay pequeños y aislados vallecitos intermontañas con lomeríos que se aproximan sin rebasar los 400 metros de altura sobre el nivel del más. Los caseríos de El Jorullo, Los Llanitos y San Pedro se levantaron en esos minivalles y microclimas, donde la topografía es menos accidentada.***** ¿Quiénes son los actuales habitantes de la montaña? Hasta ahorita, de su fauna podemos destacar que es territorio del puma de montaña y se avistan nutrias de río y hasta el monstruo de gila. Se tiene registro de 54 especies de mamíferos, algunas protegidas por normas mexicanas. De 71 especies de reptiles, 36 son protegidas. Son datos de un estudio de la fauna realizada por especialistas en el área de aplicación entre los meses de junio de 2009 y mayo de 2010. El objetivo fue identificó mamíferos, aves, reptiles y anfibios, y los resultados se anexaron a la Manifestación de Impacto Ambiental en algún momento aprobada por la Semarnat. No tiene caso entrar en detalles sobre especies endémicas de las que cinco se hallan en esa montaña, tales como el tlacuatzin, el megosorex, el osgoodomix, hodomyz y pappogeomys.****** Lo que sí nos causa sorpresa es la versión de que el síndico Juan Carlos Hernández Salazar. viene por la revancha y que es él, y no “el profe de los dieces”, quien está empujando con todo para aprobar el proyecto de Ameyalco.