Ex director de la Oficina de Convenciones y Visitantes expuso sobre análisis que deben hacer para cambiar marcas turísticas
El posicionamiento de una marca turística requiere de investigación, la participación de diversas instancias y muchísimo trabajo y tiempo, por ello la imposición del actual gobierno de Nayarit de cambiar el nombre de “Nuevo Vallarta” a “Nuevo Nayarit” de la noche a la mañana es absolutamente absurdo y demuestra total desconocimiento en materia turística.
Lo anterior se desprende de lo manifestado por Miguel Andrés Hernández Arteaga a través de redes sociales, personaje con amplios conocimientos en la industria turística, quien durante casi ocho años se desempeñara como director general de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Puerto Vallarta.
“Para llegar a la marca “NUEVO VALLARTA” se requirió el trabajo conjunto de un fideicomiso, 2 municipios, 2 estados, al menos 40 hoteleros, 1 aeropuerto, 3 OTA’s (con diversos product managers), 4 estudios de mercado (2 nacionales, 1 en EUA y 1 en Reino Unido, con más de 10,000 encuestas), una docena de mayoristas y según recuerdo, 7 u 8 aerolíneas. Luego, 15 años de posicionamiento de la mano de otra gran marca, “Riviera Nayarit”.
Quien desde hace más de tres años se desempeña en la Secretaría de Fomento Turístico del estado de Yucatán, de acuerdo al directorio como subsecretario de Inteligencia de Mercados, consideró que a unos meses de haber iniciado el nuevo gobierno en forma precipitada se da un cambio absurdo.
“Llega la 4T con mucho ego y sin un ápice de investigación o análisis y por golpe de escritorio cambia en 2 meses una marca turística. Ahora se deberán cambiar miles de documentos, direcciones, certificaciones, geolocalizaciones y coordenadas. Este es un monumento al ego y la ignorancia pisoteando el análisis y la investigación científica. Esperemos que no afecten la marca Riviera”.
A ello hay que agregar que la metodología para la creación de la imagen de marca, fundamentada en la participación de todos los agentes involucrados en el turismo del destino, consigue que todos los intervinientes la sientan como suya y contribuyan a promocionar y fomentar sus valores diferenciadores, es decir, no es producto de un solo individuo que tuvo alguna ocurrencia.