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Gerardo Sandoval Ortiz |

A rajatabla la clausura y bots por afanes de Munguía

 

CONTEXTOS

Gerardo Sandoval Ortiz 

 

Al regidor Luis Munguía le advirtieron de los riesgos de protestar como presidente estatal del PVEM en momentos que el coronavirus muestra su mayor rudeza que limitó asistencia de 700 invitados, todos cumpliendo a cabalidad los protocolos de sanidad. Quién sabe si desconocía que el local -el Real del Oro- para su entronización carecía de su licencia de funcionamiento, el argumento invocado para clausurar el recinto e improvisar el acontecimiento en una calle aledaña.

Lo ocurrido el sábado permite opiniones tan variadas como la de tantos sean los opinadores. En algún momento, hubo quienes creyeron que semejante abuso por parte del gobierno municipal, y la subsecuente “operación bots”, con una desproporcional ira revictimizaron al político vallartense.

La acción de clausurar el viejo inmueble que construyó don Toño Cázarez con frente en la calle 16 de Septiembre difícilmente se puede refutar por una cuestión de ilegalidad. Elegir justo el momento que el Partido Verde Ecologista  PVEM celebraría su acontecimiento supone haber interés desde el gobierno municipal por impedir la “fiesta verde” y endilgarle un tropezón al ya presidente estatal de dicho partido. Quien haya dado la orden de pegar los sellos de clausura y por la hora impedir el evento, pudo haberlo ejecutado días, semanas o meses atrás. O en su defecto, con un poco de criterio y algo de civilidad política, permitir el evento y al final cumplir el mandato reglamentario.

Está claro que para Munguía, ni para cualquier opositor, no habrá indulgencia. Los señores de la 4t condicionan  mansedumbre, a veces hasta abrazar la causa para tener derechos a la benevolencia. Solo así se capaz de hasta alcanzar la purificación eterna, vía recorrida por muchos negros figurines del prianismo.

Sin embargo, el mayor riesgo de Munguía González fue su necedad por no suspender, de menos posponer dos o tres semanas el acto. Su ansiedad de ser ungido, lo llevó a retar a las autoridades sanitarias, cuya mesa estatal de trabajo, estableció hace dos fines de semana una asistencia máxima de 800 personas en espacios abiertos siempre y cuando se sometan a estrictas medidas sanitarias. Cada asistente deberá cumplir los protocolos, como el uso de mascarillas, sana distancia, gel antibacterial, presentar certificado de vacunación. Se pudo optar por enviar personal para inspeccionar el cumplimiento de las medidas en el ingreso y al interior del local y muy probablemente se pillaría a los organizadores faltando a los protocolos. Con un asistente, dos o tres, sin cobrebocas, se demostraría el incumplimiento a las disposiciones de la contingencia sanitaria.

El gobierno municipal de Luis Alberto Michel Rodríguez actuó a plenitud de su poder y se condujo sobre la línea de abuso de gobierno. Adujo los lineamientos generales para reuniones arriba de 300 personas y la obligatoriedad de obtener el permiso de la Secretaría de Salud del estado requisitos pasados por alto por los interesados.

Enseguida a la clausura, apenas Munguía y su equipo decidió habilitar la calle como su recinto para su toma de protesta, echó a andar sus “estructuras” y movió sus hordas virtuales para desacreditar al regidor y su evento. Munguía es “cliente” frecuente de los bots, quienes intentan construir la imagen del más pernicioso y dañino entre los malvados políticos patasalada.

Ya en lunes, nos parecía que el suceso sabatino no daba más allá de tratarse como una serie de apuntes eco de un trasnochado fin de semana en nuestro edén. Nos resultaba un despilfarro de tinta y espacio, sobre todo porque entre sábado y domingo, también la mañana de lunes, había sido un tema trillado y bastante tratado en las redes sociales y otros espacios.

El sábado, revisamos las imágenes del momento para un primer bosquejo personal. Algunas crónicas hablaron de algunas ausencias como la del regidor Francisco Sánchez Gaeta o la del contador Héctor Gallegos de Santiago. Los dos jugaron preponderante papel que ayudaron a Munguía reunir más de 25 mil votos en la elección pasada. Algunos se aventuraron a especular enfriamientos entre las figuras verdes. El médico Sánchez Gaeta, precisamente por su profesión, creyó innecesario el riesgo de asistir a un evento político masivo por saber que atraería la atención de las autoridades municipales y sanitarias. Gallegos, tiene sus muy personales razones por lo de su ausencia.

A propósito del asesinato de una periodista en Tijuana, el segundo en una semana, y las críticas a Pedro Salmerón, el acosador historiador propuesto para embajador en Panamá, Andrés Manuel López Obrador imploró en su mañanera a detractores y sociedad no usar con fines políticos los casos de abusos de sexuales no hacer juicios sumarios. Y menos si no hay denuncias, añadió.

Los bots que se activaron en la primera semana de octubre, en los días posteriores a la entronización de Luis Michel, justo hacen lo que Amlo pidió en su mañanera. Ciudadanos críticos, políticos con partido o no, activistas sociales, periodistas, a últimas fechas Luis Munguía, son objetivo de falsos perfiles en su quehacer de tratar de horadar la credibilidad de un inexistente enemigo. Es decir, desde la primera semana del actual gobierno se impuso como única política y estrategia el uso de bots para anular la crítica y construir juicios sumarios a los opositores.

Ahora, los ruidosos festejos del fin de año, escándalo de por medio por sus fuegos pirotécnico, son prueba de que en este gobierno de los Michel, leyes y reglamentos municipales, también medidas sanitarias y sus restricciones, se usan y se aplican según sea su cotidiana conveniencia. Michel alentó a miles ir al malecón el último día del año viejo, justo cuando se gestaba lo peor del coronavirus. Todavía hoy persisten dudas de si hubo o no autorización del gobierno del estado. El sábado no hubo contemplaciones con “los verdes” y Munguía fue el pez gordo en la cuerda de los morenos.

 

Revolcadero

 

Aunque desde hace ya varios días, la presencia de nubosos cielos era considerada como una seria amenaza de lluvia, el aguacero tomó por sorpresa y asombro a los habitantes de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, desde la zona turística hasta las comunidades rurales. Algunas de las avenidas de importantes de la ciudad, las de siempre, permitieron ver escenas propias de un lluvioso verano en el invierno de la costa norte de Jalisco y el sur de Nayarit. Las callas del centro de la ciudad “agarraron” suficiente para sus corrientes a desahogar al río Cuale y temporales arroyuelos como “los camarones”. La avenida Francisco Villa, lució casi a niveles de sus esplendores veraniegos y las zonas bajas como Las Glorias han advertido al gobierno municipal y sus cuerpos de auxilio ciudadano, Protección Civil y Bomberos, del mucho trabajo por hacer de aquí a junio. La lluvia de este lunes es apenas un primer aviso para desazolvar ríos y arroyos, canales y cualquier vía pluvial de desfogue de agua. No hacerlo, por indolencia o incompetencia, a ellos y a sus superiores, se les deberá reclamar responsabilidades y culpas.****** Por cierto, estamos a casa una semana de arrancar la edición 10 del Premio Internacional Charro Hacienda Serena Puerto Vallarta 2022. El abogado Alfonso Berna Romero tomará riesgos y anunció este lunes 24 tener el programa listo del tradicional torneo charro que se realiza en el imponente Arena Vallarta, allá en las inmediaciones de El Colorado. Poncho Bernal, el que por cierto fue alguna vez síndico del ayuntamiento informó de la participación de 34 equipos charros y 28 escaramuzas, quienes vienen por premios que suman un millón y medio de pesos. La fiesta charra inicia el miércoles 2 de enero y como es costumbre, el domingo siguiente, ocurren competencias finales. El recinto sede ya obtuvo el debido permiso de la Mesa de Salud del gobierno estatal y los organizadores se comprometen a implementar las medidas sanitarias y también debido a la contingencia sanitaria por el Covid19, en esta ocasión se suspenden eventos en el malecón.******** Minutos antes de las ocho de la noche del domingo, frente al antro Mandala y en el malecón una bicicleta arroyó a una desprevenida dama, suceso que  reavivó el debate de la inconveniencia de compartir espacio peatones y ciclistas. Los peatones acusan a los ciclistas de invadir su línea de tráfico, pero estos sostienen justo lo contrario, que su vía no es respetada por los peatones. De refilón, reclaman a la autoridad local, a los policías turísticos que suelen deambular por el malecón pero no reconvienen a “invasores”. El ciclista que arroyó a la dama pedaleaba con ganas y hay testimonios y evidencia de conducir a alta velocidad, lo cual le impidió manipular el manubrio con pericia cuando al eludir a un grupo de cuatro personas, golpeó a la joven. Considerando la experiencia y admitiendo la escasa cultura de respetar áreas especiales asignadas a peatones y ciclistas, quizá algo puede hacer la autoridad local. Por lo menos, empezar por educar al ciclista aligerar su pedaleo y velocidad y educar al peatón de la importancia de respetar la ruta de la “baika”