CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
Aunque extraoficial y a cuentagotas, en público, ya trascienden nombres de probables funcionarios que conformarán la primera línea del equipo de gobierno del “profe de los dieces” Luis Alberto Michel Rodríguez. Y en privado, toman fuerza muestras de descontento, como varios regidores electos que perciben actitudes de exclusión del círculo rojo que rodea al alcalde electo.
En el equipo de Michel, han dicho que no hay decisión sobre nombramientos de funcionarios. Regidores electos de Morena, contradicen pues presumen que ya prácticamente se palomearon los nombres de los directores del organigrama. Por ejemplo, al coordinador de la campaña, el zacatecano Salvador Llamas Urbina, lo colocan al frente del Seapal. Que se tomen ese tipo de decisiones, los tiene molestos.
A Llamas, cuando éste avisó que sentará residencia en Puerto Vallarta y que ya tiene su yate anclado en una marina local, se le auguró ocuparía una posición de primer nivel. Conocidos sus genes de ser un empedernido “aspiracionista” político, esos tan repudiados por Andrés Manuel López Obrador, lo asignan a la Secretaría General del Ayuntamiento o direcciones como Desarrollo Social o Servicios Públicos. Dos fuentes distintas nos aseguran que ya está decidido y optó por la dirección general del Seapal.
A Llamas sus amigos lo describen de impredecible cuando se trata del quehacer político. Apostó y ganó, y está en los jaloneos con los herederos del profe para definir la correlación de poderes. Ni hoy como antes, el Seapal es el destierro político. Por lo demás, en lo económico, en el organismo operador del agua, también hay presupuesto. ¿Perfil técnico? Es lo de menos, creen en el war room.
Otros nombres de esta baraja rusa: Jaime Castillo Copado se perfila para reocupar la Dirección de Comunicación Social; Roberto Ramos Vázquez a la dirección del DIF; Luis Vidal Hernández Casillas tomará las riendas del deporte.
Hubo una primera lista difundida los primeros días de julio, miembros del equipo de entrega-recepción del alcalde electo, a los que por aclamo popular muchos tienen por futuros seguros funcionarios. El equipo de Michel juró ninguno de ellos tenía nombramiento pero no pudieron hacer cambiar las opiniones.
De tal forma que al abogado Roberto Ascencio Castillo se le considera seguro titular de la unidad jurídica, al arquitecto Oscar Montiel Cervantes en Planeación Urbana, a Nohelia Zepeda García, sino directora, en la segunda posición de Desarrollo Social. A José Asunción Gil Callejas, famoso por su apodo como “el Chón Gil” a por lado del río Ameca, se la da trato de futuro director de Servicios Públicos. Si Llamas apunta al Seapal, “el Chón Gil” de Bahía de Banderas y la ex priista, Nohelia Zepeda, tienen llano el camino.
Con Llamas administrando las aguas, drenajes y alcantarillados ya municipalizados, también está disponible la Secretaría General. No es descabellado que finalmente “el profe de los dieces” se anime a designar en esa posición al ex administrador del Supremo Tribunal de Justicia, Gabriel Salcedo Ángulo. Su bule (por eso de ser bebedero, no por ser un lupanar) en San Vicente es un negocio que no camina bien y está en el ánimo del alcalde electo. Sin embargo, el Gaby Salcedo, si no la cuaja en la posición política uno del organigrama municipal –no de elección popular- pudiera aparecer con el nombramiento del próxima Oficial Mayor de Administración. Ya tiene experiencia en este ramo.
Nos han hecho varias veces la pregunta sobre las previsibles expectativas del gobierno municipal moreno que tomará el poder a partir de octubre. Si tomamos como punto de referencia que el primer edil Luis Michel tiene cero comunicación, tampoco tiene cero diálogo y excluye a los regidores por parejo, de posición y también a los morenos, pues no hay argumentos para ser optimistas.
Nos resulta inexplicable obre Michel que “el profe de los dieces”, Luis Michel se esconde a los regidores de su partido y los excluya en el proceso de consultas para la toma de decisiones. Sería de lo más normal rehuir a os regidores de oposición, a Guadalupe Guerrero Carvajal, a Diego Franco, a Luis Munguía, a Carla Elena Castro López, la hija de Juan Carlos Castro Almaguer. Bueno, entendemos haga a un lado a Carla Esparza Quintero.
Pero que se le esconda al profe Ruperto Gómez Andrade, a Sara Mosqueda y le saque la vuelta al síndico electo, Juan Carlos Hernández Salazar es un negro presagio.
Michel, los Michel hijos y Llamas, omiten un requisito de oro cuando se trata de garantizar la gobernabilidad en un órgano de gobierno como el Ayuntamiento en ciernes. Se advierte una mezcla explosiva que pudiera causarle muchos problemas de cabeza al profe Michel. Si los Michel no hacen las debidas correcciones, tomará forma lo que hoy apenas son riesgos. De Morena, notamos la presencia de por lo menos dos regidores electos alineados a la órbita del diputado federal electo, Bruno Blancas Mercado, quien por su lado también da muestras de sentirse marginado.
Christian Eduardo Alonso Robles, Claudia Alejandro Íñiguez Rivera, son dos regidores que a casi tres meses de la elección y después de dos meses de campaña, son desconocidos por algunos regidores electos… de Morena. No parece ser cierto pero se han recogido comentarios en ese sentido. Si al “chato de los Ramblases”, José Rodríguez González, se la caen sus propuestas para su gente, entre éstas la delegación municipal de Ixtapa, impulsivo como es, capaz y se declara regidor libre e independiente.
Concediendo que los dos citados arriba son incondicionales de Luis Michel, le son imprescindible para la mayoría simple que en principio, se pierde con el eventual voto en contra de Carla Esparza. Se disponen de evidencias y testimonios que a ésta última no se respetará supuestos acuerdos y ofrecimientos de espacios en el gobierno. Claro, a menos que cambie de parecer el equipo de Michel, posibilidad realmente muy remota.
Los presidentes municipales que caen en las tentaciones de erigirse en un gobernante que todo lo puede, suelen caer en la desgobernanza. No es condición alguna pero no es por demás adopten el pensamiento y término de cogobernar. Cada voto de los miembros del Ayuntamiento cuenta y sus asesores deberán recomendar a Michel tomarlo en cuenta y despojarse de esa soberbia. Que le digan que la campaña ya concluyó.
Por ley (Orgánica Municipal), el primer edil, protesta a su cargo el último día de septiembre, convoca a los miembros del Ayuntamientos reunirse al siguiente día; les toma protesta, y de inmediato se procede al mismo ritual a funcionarios. Para tres funcionarios, Secretario, Tesorero y Contralor, el primer edil propone y la mayoría del pleno los aprobará. Un voto moreno, le restaría la mayoría al profe.
A todos los regidores entrantes les corresponde realizar un minucioso inventario de los bienes patrimoniales del municipio. Entre todos ellos se distribuyen las comisiones de trabajo. Salvo al Síndico, en nada de eso han sido requeridos los regidores electos.
Lo anterior es de ley. Una ley no escrita les concede a los regidores dos o tres plazas, de ayudantía, asesores, cargamaletas, a veces hasta de chofer. En esa paciencia que se agota, algunos regidores electos, esperan ser recibidos o llamados por Michel para ofrecerles nombres de su ayudantía personal. También los hay quienes recibieron promesa de direcciones y chambas menores.
Además, los hay aliados políticos, no regidores, en espera para reclamar espacios prohibidos. Pensemos en Edelmira Orizaga y Nohelia Zepeda, la última ya agraciada pero sin confirmación de los espacios para su equipo.
Revolcadero
El caso del síndico electo, Juan Carlos Hernández Salazar debería motivar preocupaciones. Ojalá y no se repita la crisis vivida en el gobierno presidido por Francisco Javier Bravo Carbajal. Después de la elección, el profesor Hernández Salazar empezó a moverse lo cual no pasó desapercibido en el círculo rojo del profe de los dieces, el alcalde Luis Alberto Michel Rodríguez. Molestó a los Michelboys el activismo que de un día a la mañana adoptó el que un día impartió clases en la UNIVA de José Michel, el hermano menor de Jesús Michel López. A ese grado llega la influencia de los hijos en las decisiones del padre. Pocos lo saben pero el gran mérito del catedrático universitario fue haber sido mentor del menor de los Michel. Ahora, lo que nadie sabe a ciencias cierta, pero hasta Salvador Llamas lo sospecha, que el abogado Alfonso Bernal Romero le jaló los hilos al síndico electo. ¿Por qué la sospecha? Porque el profesor se tomó la osadía de proponerle al alcalde el nombre de Bernal Romero para la secretaría general del ayuntamiento. Cierta o falsa, la versión se platica en los corillos de la política local.****** La Ley Orgánica Municipal es perfectamente precisa: “Cuando exista una situación que, por su gravedad, haga imposible la gestión administrativa de un Ayuntamiento, o en caso de declararse la desintegración del Cabildo por el Congreso del Estado, éste procederá a designar e instalar un Concejo Municipal, formado por un número igual de regidores al que debe tener ese Municipio. Los miembros designados deberán reunir los requisitos establecidos en la Ley Electoral del Estado, para ser Regidor”. A menos que se haya derogado, se trata del artículo 30, consultado en un librito nuestro de una vieja ley reformada luego pero que mantiene intacto dicho precepto. Es sumamente difícil un escenario como para desaparecer el poder municipal y crear un Consejo Municipal. Pero sí se la pueden hacer cardiaca si se arma el bloque antiprofe.****** Un último comentario. Los del equipo de Luis Michel nos juran que para ocuparse de la seguridad pública optaron por la segura y pedirán el apoyo para que de más allá les manden aun militar, también pudiera ser un marino. En las tres últimas décadas varios alcaldes han probado esa fórmula y los resultados han decepcionado. Los experimentos han sido infames, como ocurrió cuando Ramón Guerrero Martínez nombró al mayor Rogelio Hernández de la Mata. El militar chiapaneco era el sheriff cuando la víspera de la Nochebuena de 2013, sus subordinados golpearon salvajemente a un jovencito que por desgracia salió de casa a comprar alimento y se cruzó frente a una patrulla en una colonia de El Pitillal. A Héctor Franco hasta la vista le arrebataron en las ya “clausuradas” mazmorras de Las Juntas.