CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
Ante la infiltración “cínica e inmoral” de Luis Munguía, “Kito Franco” en Talpa de Allende, y otros sin renunciar al MC, militantes y miembros del Movimiento de Regeneración Nacional, exigen por escrito a su partido Morena ser escrupulosos la trayectoria de los aspirantes y se impida la participación a quienes identifican como “esbirros del sistema neoliberal”.
La irrupción del diputado local del Movimiento Ciudadano con su registro en la lista de aspirantes del Morena a la alcaldía tomó desprevenidos a los militantes de Morena pero en los últimos días se organizaron de tal forma que han redactado un escrito para exigir a la dirigencia del partido ponga un alto a políticos trepadores que pretenden convertir a su partido en un instrumento para acceder al poder.
La iniciativa de impedir el avance de trepadores de la política se atribuye a diversos actores de Morena, todos aspirantes a cargos de elección popular que con mucha anticipación solicitaron registros para competir en el proceso interno. El profesor Ruperto Gómez Andrade tomó la iniciativa y logró unificar una posición de abierto rechazo. Hasta la tarde del jueves, había hecho consultado a otros aspirantes y nadie regateó la firma para hacer oficial su posición de repudio a Luis Munguía y sus amigos.
A Munguía lo ven como un enemigo, de militantes, de los legítimos aspirantes a la alcaldía y a diputaciones y también una amenaza para el Movimiento. El diputado naranja se apuntó de última hora para desplazar a los morenos de la candidatura a la alcaldía y su megalomanía se ha trasladado a todos los municipios del distrito. Además, de alentar a Marco Antonio Palomera Franco, motejado como “el Kito Franco”, en Talpa de Allende, busca imponer a sus amigos en todos los municipios del distrito. En Atenguillo por ejemplo, con absoluto desprecio a la convocatoria, ha sugerido la imposición de su amigo Rosalío Villaseñor.
De Munguía nos dicen los amigos de Morena que solo actúa como en su momento lo hizo Ramón Guerrero Martínez cuando hace tres años entró en pláticas con operadores de Morena. Cuando Arturo Dávalos Peña le cerró el camino a las pretensiones de repetir en la alcaldía “el mochilas” estuvo a un tris de cerrar el acuerdo con Morena pero las pláticas se trabaron precisamente porque el jefe político de Munguía exigió designar a los 14 candidatos a las alcaldías del Distrito 5.
Ahora Munguía se ha propuesto someter al partido, a sus dirigentes y militantes. Sus aliados no son los morenos. Otros militantes del MC, también vinculados a Ramón Guerrero Martínez han brincado a Morena y se unen para apoderarse de las candidaturas.
Juan Calderón Ibarría es otro miembro del MC que se registró en Morena y como Munguía, es apadrinado por “el mochilas”. Apenas esta mañana del viernes 19 reculó en sus intenciones de conseguir la candidatura de Morena y se integró al proyecto de Munguía. No debería sorprender a nadie. Los dos son hechura del infame “mochilas”, quien convirtió en regidor y diputado a Munguía, y a Calderón Ibarría lo nombró jefe de los programas sociales aquí en la costa.
Decía por ahí un hombre sabio que cuando los políticos pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto. Unos meses atrás, el que presumía no dar ni un paso atrás, acusó y denunció a Munguía de ser lo peor entre lo peor, de actuar, conducirse y comportarse con la peor bajeza”. Ahora los dos cabalgan, comen juntos y se toman fotos como grandes amigos. Los dos han perdido la vergüenza pues han sabido acoplarse para disfrazar el interés de interés general el interés particular.
La militancia emplaza al partido se aplique de menos el artículo 6º de su estatuto que indica en sus dos primeros encisos: “Las y los Protagonistas del cambio verdadero tendrán las siguientes responsabilidades (obligaciones): Combatir el régimen de corrupción y privilegios en que se ha fincado la conservación de un régimen político caduco, y rechazar en todos los ámbitos las coacciones que el poder pretenda imponer sobre la libertad y soberanía popular; b. Combatir toda forma de coacción, presión o manipulación en los procesos electorales y defender activamente el voto libre y auténtico; rechazar terminantemente la compra del voto, para lo que es indispensable convencer y persuadir a las y los ciudadanos que son presionados para aceptar esta práctica nefasta. Insistir en que, aún en situaciones de extrema pobreza, el voto no debe venderse, ya que se propicia un nuevo régimen de esclavitud, en el cual los pobres se convierten en peones y los poderosos se asumen dueños de su libertad”.
Luis Munguía empezó su carrera política en el PRI, saltó al PAN, luego al MC y ahora, para saciar su apetito de poder, se propone apoderarse de la candidatura de Morena.
Repudian al diputado Munguía por tratar de avasallar a la militancia de Morena y su descarado desdén a quienes han luchado por hacer crecer al partido y colocarlo en la posición de hoy.
En diciembre pasado se hizo llegar a los órganos directivos nacionales de Morena un primer escrito para señalar a José Francisco Sánchez Peña, Juan Ignacio Calderón Ibarría, Javier Orozco Alvarado y Edelmira Orizaga Rodríguez como aspirantes que, por sus antecedentes políticos, “denigran” a Morena. “No permitiremos que impostores neoliberales, lleguen cual caballo de troya a nuestro Movimiento”, advirtieron.
De los cuatro citados arriba, todos ya registrados en el proceso interno, se anexó un “expediente” en donde relatan la biografía negra. De Paco Sánchez y Edelmira Orizaga destacaban su pasado priista. A Calderón Ibarría lo calificaban de “infiltrado” del MC, particularmente de Ramón “el mochilas” Guerrero. Ese señalamiento, los morenos creen ahora se demuestra comprobarse al aliarse el junior con el mochilista Munguía.
“En cada municipio de este distrito hemos constatado que sucede algo similar, se trata de una estrategia de grupos de poder de la oposición que buscan desestabilizar a nuestro Movimiento de Regeneración Nacional”, advierten los firmantes de éste segundo escrito.
El escrito hace un llamado a la sociedad y militancia a denunciar este tipo de atropellos por parte de los agentes del arcaico y corrupto sistema político y piden a los órganos electorales del partido a ser escrupulosos en la revisión de los perfiles para impedir que “detractores” de Morena se filtren en nuestras propuestas electorales cual lo marca el artículo 6 Bis de los estatutos, que imponer como requisitos una trayectoria, y atributos éticos políticos y la antigüedad en la lucha por las causas sociales a quienes aspiren a las candidaturas de elección popular.
Con dedicatoria especial a Munguía, se exhorta a dirigentes y militantes “a defender el Movimiento para lograr condiciones sociales apegas a la justicia y la transformación que siempre hemos anhelado”.
La militancia de Morena no estar dispuesto a ser los hazmerreir de la política local y merecen ser escuchados por su partido. Quizá la alianza de sus adversarios los invade con toda la pujanza pero los saben impotentes para crear y construir una mejor sociedad.
Revolcadero
Cierta mañana de noviembre de 2014, se reunieron en el restaurante Lukumbé a tomarse un café los hermanos Nicolás y Ruperto Gómez Andrade con los médicos Francisco Sánchez Peña y su hijo Francisco “el Paquillo” Sánchez Gaeta. Paco Sánchez se alistaba para ser candidato independiente a la alcaldía. Los hermanos pensaron que era buen cuadro para invitarlo a unirse a Morena, el Movimiento que apenas un año antes se había constituido en partido político. El médico les reviró la invitación, los hermanos Gómez Andrade agradecieron el gesto y se mantuvieron firmes en Morena. El profe Ruperto cuenta de memoria el comentario obtenido a su invitación: “Yo no coincido con el Movimiento de Andrés Manuel López Obrador, en esa ideología (…). El futuro está en las candidaturas independientes. Tres años después, el médico los alcanzó, ya en Morena.****** Por cierto, apenas la cabriola de su chiqueado diputado trascendió fronteras y la prensa nacional lo ridiculizó, el gobernador Enrique Alfaro empieza a dar color y avisó que pronto cobrará cuentas a Luis Munguía. La clase política en Guadalajara, incluyendo el gobernador, creían que era un rumor lo del registro en Morena del diputado naranja y solo reaccionaron cuando el martes Munguía solicitó licencia para separarse del cargo. El engañado gober juraba y juraba que Munguía sabía honrar su palabra y ahora se dice traicionado. A él los morenos no le creen. Más bien lo acusan de meter mano al Morena. No ha mostrado el mensaje pero ahora también jura Alfaro que ya la reclamó a Munguía que el insulto, la ofensa, la traición es a él, no al grupo Vallarta, al alcalde Arturo Dávalos, ni al Movimiento Ciudadano. Si de veras se enojó el gober pelón, lo vamos a ver en los siguientes días. Si no, pues lo veremos financiar a Morena y se consumará la compra de la franquicia.******* y hablando del proceso Morena, entre la veintena de aspirantes, comienza a sonar un nombre hasta hace poso desconocido en la política, Yesica Gonzalez, cuyo nombre completo es Yesica Rocío Zatarain González, quien es pariente del magnate de los tiempos compartidos, Fernando González Corona***Hoy vamos a dejar abierta para todo el fin de semana la siguiente pregunta: ¿Quién es ese militante del Partido Acción Nacional que solicitó su registró para ser candidato a la diputación federal por la alianza PAN-PRI-PRD ? Vamos a esperar hasta el lunes para ofrecer más detalles.