CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
Apenas trascendió, en calidad de rumor, sin negarse ni afirmarme, lo del supuesto registro de Luis Munguía para aspirar a la candidatura a la alcaldía de Morena, capturamos dos tipos de reacciones, el inmediato rechazo y repudio de militantes, y despreocupadas opiniones de quienes desde el principio nos hablaron de la improcedencia legal del insolente acto atribuido al diputado local del Movimiento Ciudadano.
La versión se soltó el miércoles y dos día después, saber si es cierto o falso la versión del registro de Munguía González pasó ser lo menos importante.
En un breve diálogo con la periodista Martha Ramírez la tarde del miércoles advertimos de la ilegalidad de un doble registro en un proceso interno para candidatura a dos cargos de elección popular por dos partidos políticos distintos. Luis Munguía se registró para ser candidato del MC a la diputación federal desde el viernes 18 de diciembre. Lo publicamos en este espacio y no hemos sabido que haya retirado su registro. Aun si lo último es el caso, el registro del 18 de diciembre, lo inhabilitó para saltar del MC a Morena.
Varios de los aspirantes que cumplieron en tiempos el ritual del registro, periodo cerrado el último segundo del pasado domingo, apenas supieron del supuesto registro de Munguía revisaron leyes y códigos electorales, y también los estatutos de Morena. Podemos citar a la abogada Carla Esparza Quintero y Bruno Blancas Mercado. Leímos que el amigo Pancho Lomelí hasta hizo declaraciones a la prensa de que prepara una impugnación.
En el supuesto de ser cierto la inscripción de Munguía, no es ni necesario interponer recurso legal para cerrarle la puerta en Morena al diputado local emecista. Solo es cuestión de que el partido, la Comisión Nacional de Elecciones se limite a dar legalidad al proceso interno.
El Código Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco, artículo 239 del Capítulo 7, fracción VI, establece indica: “Quienes participen en el proceso interno de algún partido político, no podrán ser postulados como candidatos por otro partido político o registrarse como candidato independiente, durante el mismo proceso electoral de que se trate”.
Si la “ley anti chapulín”, como se conoció cuando en julio del 2008 se aprobó, se aplica sin consideraciones ni distingos políticos, en el supuesto de haber registro, éste se anula de manera automática. En el escenario extremo, si se hace prevalecer, como cualquier doble registro por partido distinto, en la eventualidad de un triunfo, se retira la diputación al partido.
Es válido citar en la versión de que el todavía alcalde Arturo Dávalos Peña participará para la diputación local. El mismo Código contiene una excepción (artículo 7 bis) que admite solicitudes de registros de candidatos que en forma simultánea se presentan por los principios de mayoría relativa y de representación proporcional. Es el Capítulo Segundo, de los Requisitos de Elegibilidad, que en la fracción II indica: “A ninguna persona podrá registrársele como candidato a distintos cargos de elección popular en el mismo proceso electoral; tampoco podrá ser candidato para un cargo estatal de elección popular y simultáneamente para otro de la Federación. En este supuesto, si el registro para el cargo de la elección estatal ya estuviere hecho, se procederá a la cancelación automática del registro respectivo”.
Es cotidiano leer y escuchar entre militantes de Moreno un discurso asemejado al que en sus días gritaba Felipe Calderón desde la dirigencia del PAN. El fin es “ganar el poder sin perder el partido”, pregonaba. Más o menos son las mismas pretensiones de algunos morenos locales. Nos lo han dicho por lo menos tres de los aspirantes en charlas de café. La tarea del partido, a través de sus dirigentes estatales o nacionales, de la Comisión Nacional de elecciones es seleccionar a un candidato comprometido con la Cuarta Transformación, con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y se sujete a los principios y valores de Morena.
Con esos valores y principios rectores en mente, fue espontánea la escalada de reacciones de repudio absoluto a Munguía González y sus intenciones de postularse por Morena. Hubo quienes, al calor de la publicación, anticiparon que su voto ya no será para Morena.
Hemos tomado nota de un comentario reiterativo de nuestros amigos morenos: El gobernador Enrique Alfaro intente infiltrar a Morena, subrayan.
Como es usual en estos casos, no hay evidencias para sostener la versión ni pruebas para acusar a Enrique Alfaro de enviar a Luis Munguía para finalmente saciar sus ansias de poder y controlar el gobierno municipal. Ya que con Arturo Dávalos no puede, ordenó a Munguía brincar a Morena, nos aseguró uno de los aspirantes. También asoció a Munguía con Ramón Guerrero Martínez. A muchos les indignó la sola posibilidad de que mañana se acomode al lado de ellos al impresentable “Mochilas”.
Nos han hablado de la fauna política que Munguía llevaría a Morena. No se ven llevándose de agarradas de nalgas con, solo por dar un ejemplo, Ramón Guerrero. Tampoco están dispuestos a tolerar a un Héctor Gallegos que en el pasado proceso electoral, les arrojó sapos y culebras y acusó a Morena de ser el peor partido político y habló pestes de López Obrador.
Pancho Lomelí participó en la campaña de 2012, cuando Ramón Guerrero por el MC hizo campaña y ganó la alcaldía. Muy pronto se decepcionó y ahora reapareció apuntándose al proceso interno. Sabe que Munguía es hechura de “el mochilas” y se aprestó a impugnar el fantasmal registro.
Miércoles, jueves y viernes consultamos a los amigos que sin renunciar al PRI se integraron al equipo de Luis Munguía. Podemos citar que de nuestros informantes tiene vínculos con el jerarca de la CTM, Rafael Yerena Zambrano. Nadie dijo saber nada y ninguno se aventuró cual pasó daría de confirmarse el salto de carril.
Consideramos válido preguntar a priistas aliados al diputado del MC porque cuando se concretó la alianza la razón de peso fue haber hallado en Munguía un instrumento político para contener en Puerto Vallarta el avance de Morena. Si Munguía se jala a sus amigos priistas a Morena hallaríamos una enorme contradicción. Sería una coalición peor a la de panistas con perredistas.
Y ya para concluir, en espera de confirmarse o negarse la versión, nos preguntamos qué harán los engreídos militantes de Morena que han hecho de acusar de la peor escoria política y humana a priistas, panistas, emecistas, perredistas pregonan. Estos son los corruptos, los vendepatrias, los derechairos, neoliberales, y sello y etiqueta cabe a los seguidores de Munguía.
En honor a la verdad, nuestra capacidad no nos da para ver escenas en donde los puros de Morena, pioneros y fundadores, caminen tomados de la mano de Munguía, del “Mochilas”, de Rafael Yerena, de Gío, Cesar Abarca, de Gallegos, del abogado Roberto Ascencio. Eso es peor que comer sapos y regurgitarlos.
Revolcadero
Por cierto, desde el domingo pasado, cierre del registro de aspirantes de Morena, nadie ha dado testimonio sobre el paradero del diputado, Luis Ernesto Munguía González. La madrugada del martes 9, poco antes de las tres de mañana, registró su última actividad en su cuenta de Facebook y después se hizo ojo de hormiga. Esa madrugada, publicó algo de marsupiales, temas animalistas que hizo de su anzuelo favorito para ganar adeptos en su fallida campaña dentro del MC. Después de esa madrugada, se filtró lo de su dudoso registro y se esfumó a todos. Alguno de sus amigos nos dijo que andaba paseando por las playas del Caribe mexicano y que para este jueves estaría de regreso y había en su agenda algunos encuentros con miembros de su equipo político. Ya en la mañana del viernes, nos reportaron que el diputado se hallaba en Guadalajara pero siempre sin aclarar dudas.****** Por cierto, con toda su arrogancia y soberbia, que a veces raya en la altanería, nuestros amigos, con Luis Munguía harán miaja con Raúl “el rorro” Rodrigo Pérez Hernández, el creador del fracasado “Silicon Valley” de Bahía de Banderas, ex secretario particular del fugitivo ex gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda, en cuyo gobierno también fue secretario de Turismo. Dado que en Nayarit, también en Bahía de Banderas se le cerraron muchas puertas cuando la persecución de su jefe Roberto Sandoval, “El Rorro” halló cobijo en el grupo político de Munguía y “el mochilas”. Faltaría que en un día de estos, don Santo Amlo intervenga por Edgar Veytia, consiga su liberación y el ex “fiscal zeta” se venga a hacer campaña para su amigo Héctor Santana y Munguía. Acordémonos que el ex diputado local de Nayarit, Héctor Santana es discípulo de Sandoval y de Veytia y ahora mismo hace campaña para ser candidato de Morena. Y pues a este lado del río Ameca, el ahijado político del malvado dúo Sandoval-Veytia Munguía motejado como “el rorro” se enroló con Munguía y es su asesor estrella.****** Ya para cerrar el tema. Quienes nos afirman y apuestan que el gobernador Enrique Alfaro se ha propuesto meter mano y tratar de apoderase de Morena, nos han dado varios nombres de aspirantes surgidos del Movimiento Ciudadano que de repente irrumpen en el proceso interno. Son sospechosos los casos de la prima de Alfaro, la diputada local Mariana Fernández Ramírez quien hace dos semanas renunció a una militancia de 15 años. Y apenas se apartó del PRI, solicitó su registro para competir loa la candidatura a la alcaldía de Zapopan. Que también aplica el ejemplo local de “la güera” Edelmira Orizaga Rodríguez, quien hasta mediados del año presumía estrechas relaciones con Alfaro y ahora se apuntó para abanderar a los morenos por la alcaldía de Puerto Vallarta. Ahora que Munguía da el brinco, los morenos no creen en las coincidencias y ven la mano del gobernador.