CONTEXTOS
Lunes 18 de enero, han transcurrido dos años de la tragedia de Tlahualilpan donde murieron 136 personas al explotar ductos de petróleo. Los noticieros dan detalles de masacres en el sur de Veracruz, del incesante ataque con batería pesada a rancherías de Michoacán. El fin de semana en Zacatecas dos agentes de las Guardia Nacional son levantados frente a su cuartel y los afortunados aparecen vivos. En Guanajuato, sus habitantes abonan con sangre la tardía reacción en el combate a los violentos grupos de la delincuencia organizada.
Puerto Vallarta amanece con nuevo mando de policía. Un Capitán de Navío, Fernando Viveros Hernández releva a Misael López Muro, el sheriff que con amparo en mano esperó en vano nuevo turno para someterse y aprobar el examen de control de confianza.
La noticia no parece asombrar a los vallartenses y lo aprueba sin mucho chistar. Un sector de la ciudadanía, se advierte que los menos, reacciona con agrías críticas al trabajo de la policía municipal y con cierta tibieza hila la noticia con los sucesos violentos registrados en las últimas semanas. En la memoria son frescos sucesos como el mortal atentado al ex gobernador Aristóteles Sandoval Díaz (18 de diciembre) y la balacera en el crucero de Las Juntas de donde se llevaron al empresario Felipe Tomé (22 de noviembre).
Conforme avanza el lunes, dos posiciones se confrontan y se radicalizan opiniones y posiciones. Hay quienes suponen que la seguridad pública en Puerto Vallarta ha estado en manos de “narcopolicías”. Si hay quienes aplauden que un marino tome el mando de la policía preventiva, otros vaticinan que se asoman tiempos difíciles. Eluden argumentar y prefieren escurrirse.
Una expresión también socorrida: Se militariza la seguridad pública en el municipio con un marino al mando. Los improvisados expertos en la materia, mismos que ven riesgos y amenazas parecen ofrecer enviar mensajes cifrados, por lo menos recordarnos aquel atentado contra Roberto Preciado Rodríguez, aquel infortunado jefe de policía que trajo Ramón Guerrero Martínez y con dos semanas en el cargo fue rociado de plomo y granadas cuando del lado sur, ingresaba a la ciudad por la calle Insurgentes a cumplir sus tareas.
En la intuición popular del vallartense está que el mando no solo debe tener el nombramiento del munícipe, sino de los otros “jefes” y concluyen que los últimos se opondrán a un enviado de las fuerzas armadas, militar o marino. Esa lectura prevalece desde aquel atentado al jefe “Robertito”, quien contra su voluntad, días luego anuncio su retiro.
Ignoramos a ciencia cierta si alguna investigación reciente, sea lo concerniente a las muertes del ex gobernador o del empresario Tomé ha obligado a militarizar el mando de policía. Puede que el gobierno federal atinó ya a saber que los responsables de la seguridad respondan a dos mandos, el mando legal y el mando ilegal. El mando de facto es de temer.
Cuando David Cuevas García fungía como presidente municipal, el regidor comisionado de la Seguridad Pública fue a buscarlo hasta Mismaloya para informarle que la estructura policial había suido carcomida por la delincuencia. Un 7 de octubre, otro subordinado de David Cuevas pudo presenciar el fuerte regaño de un jefe de plaza a un comandante que en los siguientes años llegó a jefaturar a la policía municipal. Reclamó al comandante por un pedido de dinero para gastar en las fiestas de Las Juntas. David Cuevas, ahora director de la radio y televisión, el Grupo CPS de Fernando González Corona, quien también por cierto gobernó la ciudad (1995-1997, supo de grupos criminales infiltrados pero no hizo nada.
La Policía de Puerto Vallarta no ha dejado de estar en el ojo del huracán. Son varios los escándalos acumulados de jefes que injusta o con razón han sido acusados de estar ligados a grupos delincuenciales. Hubo un arresto ejecutado en los pasillos de la presencia municipal, policías que indignados, se dijeron traicionados “y puestos” por funcionarios municipales que los llamaron a una comparecencia administrativa.
A principios de febrero de 2018 desaparecieron dos agentes federales en Bahía de Banderas y pocos días después sus cuerpos fueron arrojados en Xalisco, Nayarit. El suceso causó la furia de los altos mandos que implementaron una serie de operativos en la zona y en un mes tenían varios detenidos. Además de uno o dos altos jefes, un experto en maneo de redes sociales, se informó de la aprehensión del número dos de la policía municipal. Era Ubaldo Cruz Cárdenas, alias “el cocho”. Le fincaron causa a un policía de menor rango de nombre Rogelio Pérez Espinosa. Por esos tiempos, Misael López ya despachaba al frente de la Comisaría. La investigación había sido minuciosa pero no le hallaron vínculos como para fincarle acusación de ninguna naturaleza.
No por sostenerse el destino en los últimos años entre los de más alta percepción positiva en materia de seguridad su policía ha estado ajena a las sospechas de prestar algún tipo de servicio a los grupos delincuenciales. Lo saben, de menos deberían saberlo, quiénes en su momento han ocupado diversos cargos de gobiernos. Sin duda también debe haber excelentes elementos en sus filas. No vemos por ningún lado por qué Puerto Vallarta debería ser diferente a cualquier ciudad del país. Por desgracia, o fortuna, nos tocó vivir en esta época que la economía en general se conduce con dinero manchado y la presencia de notables varones pillados y aprehendidos en los últimos años permiten presumir que de menos acá se gasta buen dinero y no siempre es dinero limpio.
En las postrimerías de la década de los 80 acá se apresó a Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”, por aquella muerte del agente Camarena de la DEA. En la última década varios capos han sido sorprendidos en paseos o en restaurantes. Cayó “Don Chelo” en Fluvial Vallarta, uno de “los cuinis” en Marina Vallarta. Hace unos días, un jovenzuelo de origen colombiano luego de escandalizar al pie de la puerta de su amada en La Aurora.
Cuando se encarceló a “el cocho”, hace tres años, le fincaron delitos por asociarse. La razia implicó un total de 18 detenidos, se informó en la capital de país. Lo que se supo entonces, fue que el operativo culminó y los investigadores sea cuartelaron lejos de aquí.
Hoy, con un capitán de la marina haciendo punta regresan y toman el mando de la policía municipal. Es una acción conjunta entre los tres niveles de gobierno, federal, estatal, y municipal para preservar la seguridad y la paz de los vallartenses. Que se sepa, todo se da en buena lid y en los mejores términos. El alcalde Arturo Dávalos se muestra en paz, tranquilo y relajado. Había planeado separarse vía licencia el viernes pasado pero pospuso para plantar cara en un histórico momento.
La semana pasada, algo supimos que se venía. Preferimos el sigilo, guardar discreción y ser prudente. Todo indica que no se dispone de información que compromete a los actores de gobierno. La labor de Misael López, aunque con sus sobresaltos, sus superiores la aprueban. Ha perdido la paciencia de una larga espera para su examen de control y confianza. No pudo aprobar un primer test y opta por dejar de lado el amparo que le permitió mantenerse en el cargo. El gobierno del estado le dio de largas y todos han optado por aceptar el ofrecimiento de las fuerzas armadas y probar suerte con un mando de la Marina.
Uno de sus amigos del ex comisario nos confió que en su futuro inmediato está regresar a tareas de la campaña electoral que está en puerta. Nadie sabe que se le busque algún espacio en el gobierno municipal lo estatal. A menos que algo extraordinario ocurra, López Muro volverá a encontrase con Arturo Dávalos en la campaña.
Revolcadero
Nos llamó la atención que desde Guadalajara se remitió un boletín de prensa para dar la noticia del “esquema mixto de mando en la Seguridad Pública de Puerto Vallarta”. Se lee en el sumario: En el esquema participan coordinadamente los tres niveles de gobierno. No se trata de una intervención sino del reforzamiento de la seguridad en el municipio”. De texto tomamos lo siguiente: “Con el objetivo de fortalecer la estrategia de seguridad en el municipio de Puerto Vallarta, a partir de este lunes inicia la implementación de un esquema mixto encabezado por la Secretaría de Marina. (…). En este formato participan los tres niveles de gobierno con sus distintas corporaciones, reforzando la presencia en el destino y coordinando plenamente la estrategia en todas las zonas del municipio. Cabe destacar que este esquema en ningún momento representa la intervención de la comisaría municipal, simplemente se realiza un relevo en el mando y el resto de la corporación se mantiene en sus actividades ordinarias. Dicha decisión se concretó en el seno de la Comisión Ejecutiva del Consejo Estatal de Seguridad en la que todos los representantes de la federación, estado y municipio estuvieron de acuerdo”.****** Ya entrada la tarde, Misael López Muro, publicó en redes sociales un elocuente escrito dirigido al presidente municipal, Arturo Dávalos Peña. “Agradecido con dios por cerrar un ciclo más en mi carrera profesional, a mi familia por aguantar las ausencias y al Ing. Arturo Dávalos Peña por la oportunidad tan grande que me dio, de la responsabilidad, de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, mil gracias Jefe Arturo por tantas enseñanzas y por ser un gran líder y ejemplo, gracias a mis compañeros directores por todo el apoyo brindado, y a todos lo que pertenecen a esta administración que sin duda gente muy valiosa, agradezco muy especialmente a todos los integrantes de la Dirección de Seguridad Publica por todo el apoyo, a los comandantes y sobretodo la tropa que sin ellos los mandos no somos nada, un orgullo ser parte de esta distinguida corporación……simple y sencillamente mil gracias a todos”.****** En donde las cosas están color de hormiga en del otro lado del río Ameca. Está fin de semana se cometió un “sabadazo” y fue contra un dirigente sindical de la UAN, el viejo dirigente sindical, Luis Manuel Hernández Escobedo. Días antes había sido encarcelado el ex alcalde de Tepic, el priista Héctor González Curiel, conocido por su mote de “el toro”. Seguidores, amigos y familiares del dirigente sindical universitario se apostaron el domingo para clamar justicia y la liberación del preso. La acción de la justicia ocurre en la semana que una comisión de dirigentes sindicales de diversas universidades del país viene a Tepic a solidarizarse en la exigencia del pago de salarios. La Fiscalía de Petronio Díaz Ponce y el gobernador Antonio Echevarría García ha respondido con rudeza.